En un análisis del panorama de seguridad en el Oriente Antioqueño, las cifras de homicidios en 2024 reflejan dinámicas de violencia fluctuantes, con incrementos preocupantes en algunos municipios y una ligera disminución en otros. Con un total de 208 víctimas fatales, la subregión experimentó un aumento del 4% en comparación con el año anterior, lo que pone en evidencia los desafíos que enfrentan las autoridades locales en la lucha contra la criminalidad.
Municipios como Sonsón y El Retiro marcaron los incrementos más alarmantes. Sonsón, con un aumento del 190%, pasó de 10 homicidios en 2023 a 29 en 2024, mientras que El Retiro experimentó un aumento del 150%, subiendo de 2 a 5 casos. Otros municipios como Guatapé, que no había reportado homicidios el año pasado, registró 2 casos este año, y El Santuario duplicó su cifra, pasando de 5 a 10 homicidios.
Por otro lado, algunas localidades lograron reducir las cifras de homicidios de manera significativa. San Francisco, por ejemplo, reportó una disminución del 100%, sin homicidios en 2024, frente a los 2 casos ocurridos en 2023. Marinilla, El Carmen de Viboral y San Luis también destacaron por sus caídas en los índices de violencia, con descensos del 33%, 24% y 66%, respectivamente.
Rionegro, el municipio con más homicidios de la subregión, registró 35 casos, aunque experimentó una disminución del 7% respecto a los 38 homicidios de 2023. Le siguieron Sonsón con 29 homicidios, El Carmen de Viboral con 19, y Guarne con 18.
El aumento general en la cifra de homicidios plantea un desafío crucial para las autoridades de la región, quienes deberán reforzar sus estrategias de seguridad, con énfasis en los municipios con mayores incrementos. La violencia vinculada a los grupos armados ilegales, el narcotráfico y las disputas por el control territorial continúan siendo las principales causas de la creciente criminalidad, lo que resalta la necesidad urgente de abordar estos problemas de forma integral.