Intervención del Ecoparque Lago Santander, ¿una decisión correcta?

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Foto: Óscar Castaño

Desde 1996, la Corporación Ecológica Mi Lago estuvo a cargo del cuidado del Ecoparque Lago Santander. Para el 2018, después de 22 años de estar bajo su supervisión, le entrega a la Administración Municipal el manejo de este espacio en el que rionegreros y visitantes han podido disfrutar por más de dos décadas.

Según la Alcaldía del municipio, dicha entrega se hace con el fin de conservar el Ecoparque como un espacio público y para el servicio ambiental de la comunidad. La Secretaria de Planeación y la EDESO están a la cabeza de su recuperación, además de garantizar mayor accesibilidad con el retiro de las mallas que circundaban el sitio, adecuándolo y protegiendo su fauna y flora.

El Lago Santander es un referente histórico de los rionegreros y, desde años atrás, ha sido un espacio para el encuentro y esparcimiento de muchos. Según el secretario de Planeación, Guillermo Gómez, hace aproximadamente 40 años, se tomó la decisión de cercarlo, lo cual trajo consigo varias restricciones en el uso del espacio. Asegura que, para el presente año, “vamos a terminar con 6 m2 de espacio público para habitante”, y destaca que es importante que la comunidad se apropie del espacio y continúe disfrutándolo.

Asimismo, con la apertura y renovación del lugar, buscan que los ciudadanos tengan más zonas de encuentro y entretenimiento en el municipio, por lo cual, las autoridades realizarán múltiples adecuaciones teniendo en cuenta la seguridad de quienes asistan al Lago.

“Lo que hoy hacemos lo vamos a complementar de forma inmediata con la protección de los patos, un pequeño cerramiento que se va a hacer allá para que ellos se acostumbren que esto ya es un espacio abierto; vamos a poner seguridad de inmediato para que la gente no tenga miedo, que vengan personas indeseables, atracos, inseguridad. Pero, sobre todo, vamos a iluminar completamente este espacio público para que la gente se sienta segura”, asegura el Secretario de Planeación.

Por otra parte, con la adecuación del Ecoparque, se entregarán senderos peatonales y ciclorutas, proyecto en el que, además, participará el Banco Interamericano de Desarrollo, entidad que realizará la señalización en la estación que contará con el Sistema Bicirío.

Según la Administración, se estima que para finales del 2018 las puertas del Ecoparque Lago Santander, volverán a estar abiertas, tanto para los rionegreros como para los visitantes de otros municipios.

La otra cara de la moneda

Un grupo de ciudadanos habitantes del sector del Lago Santander y, algunos de ellos, antiguos promotores e integrantes de la Corporación Mi Lago, se contactaron con este medio para expresar su preocupación e inquietud frente a la intervención que la Administración Municipal está efectuando en el sitio, pues, al ser personas que han estado presentes durante casi toda la historia del Ecoparque, consideran que hay procedimientos que no se están realizando de la mejor manera, ya que la población colindante se verá afectada.

De los inicios del Lago Santander, recuerda Gualberto Goenaga, uno de los habitantes del barrio y voluntarios de la Corporación, fue la misma comunidad la que se encargó de la limpieza del sitio, y el municipio, al ver la iniciativa de las personas, decidió proporcionar una volqueta para sacar los desechos que se habían extraído del lago, en total, según el Gualberto, 25 viajes fueron necesarios para eliminar la basura.

En cuanto al predio en el que se encuentra el parque, asegura que fue una venta realizada por el señor Juan Lorenzo Villa Becerra y sus familiares, al señor Hernán de Jesús Ospina Sepúlveda, quien para el año 2006 era el Alcalde de Rionegro, bajo la escritura pública 2.512, con un valor de $ 1.260.000.000 y 41.734 metros cuadrados. De este modo, afirma Goenaga, los vendedores dejaron como condición que el sitio debía ser de uso ambiental, ecológico y recreativo, exclusivamente; sin embargo, en parte de este sitio, han funcionado entidades pertenecientes a la Administración.

“Ahí fue cuando la corporación empezó, hace un año, a pelear con Planeación. En el POT reza que esta es un área de protección ambiental y conservación ambiental, no se debe tocar, es inajenable, no se debe regalar”, expresa Gualberto Goenaga, quien, además, hace referencia a que el Centro de Desarrollo Infantil que se encuentra actualmente en construcción “absorbió o le quitó al parque 1.200 m2” fuera de la edificación que siempre ha estado con fines educativos.

Asegura que antes de que se comenzara con la remodelación del sitio donde operará el CDI, se contactó con la Corporación Autónoma Regional de los Ríos Negro y Nare -Cornare- y les manifestó la preocupación que la Corporación Mi Lago tenía en cuanto al posible desarbolado de ese sector. “Son 100 árboles que están ahí, de eso 100 árboles, hoy está la mitad, y Cornare no se ha pronunciado” comenta.

El Lago Santander, de manos de la Corporación Mi Lago a manos de Administración de Rionegro

Expresa Gualberto Goenaga, uno de los principales gestores de la Corporación Mi Lago, que el sitio fue entregado al municipio porque seguir dando la pelea se había convertido en una tarea desgastante, puesto que durante la última reunión con EDESO, les manifestó que “el municipio tiene asesores, abogados, jurídicos, tienen cincuenta mil abogados que pueden pagar, la corporación no tiene plata ni para pagar medio abogado, entonces nos rendimos”.

Además, cuenta que mientras Mi Lago estuvo a cargo del sitio, le solicitó a la Administración que se hicieran varias mejoras en el lugar, entre ellas, la instalación de cinco lámparas en sitios estratégico y, aunque en primera instancia su solicitud fue atendida, una vez llegó el encargado al parque, manifestó que le habían prohibido ubicarlas, ya que podían afectar la fauna y la flora del Ecoparque. Lo que no entienden hoy los habitantes del sector, es por qué, según lo estipulado para el proyecto de intervención, se ubicarán 50 luminarias y, años atrás, les prohibieron adaptar solo cinco.

Socialización a la comunidad

Según Germán Echeverry, habitante del sector Los Lagos, del proyecto no se les ha socializado nada, y no entiende por qué fue retirada la malla, aspecto que, expresa, puede complicar aún más su vigilancia y seguridad. “Lo que a uno lo disgusta es por qué hacen las cosas sin contar con la comunidad. Este parque no es del municipio, es de la comunidad, entonces ellos por tener la autoridad, no pueden hacer lo que les dé la gana con la gente” dice. 

Pese a que Gualberto ha asistido a todas las reuniones realizadas por EDESO, entidad encargada de la obra, asegura que en ninguna de ellas se ha presentado el proyecto ni una maqueta del mismo, lo cual pasó también con la construcción del CDI, pues afirma que en sus socializaciones únicamente “mostraron una diapositiva con la fachada, porque no mostraron ni su distribución, simplemente la fachada, ni siquiera mostraron lo que se metía en el parque, en bloque de concreto”.

Además, asevera que de cada reunión ha solicitado las actas, pero ninguna de ellas le han sido entregadas. “Yo siempre pedí las actas de las reuniones, no hay un acta, pero le muestran una lista de firmas, pero no pasan de 15, todo lo demás son trabajadores del municipio”, manifiesta Goenaga.

Novedades después de la retirada de la malla

Comentan los habitantes del sector que, si bien el Ecoparque era un sitio frecuentado por los consumidores de sustancias, luego de haberse retirado la malla la asistencia de estas personas se incrementó aún más, pese a que se cuente un vigilante, quien, entre otras cosas, según los vecinos, no llama a las autoridades mientras estas personas se encuentran delinquiendo.

Otro de los hechos que se presentó luego de haber sido retirada la malla, fue la quema de una uno de los árboles emblemáticos del parque, un pino, el cual, según Gualberto, tiene una altura entre 20 y 25 metros. El hecho se dio el pasado 11 de septiembre en la horas de la noche.

La voz de la comunidad

Germán Echeverry, habitante del sector:

Germán Echeverry, habitante del sector: 

Para Germán su mayor preocupación es que no sabe qué es lo que están haciendo en el sitio, pues, asegura, no les han dado ninguna información acerca de la intervención del parque, ni por qué la malla fue retirada, “eso afecta la seguridad de todo el sector, un espacio no puede quedar abierto, sino que debe seguir con su malla, como estaba primero, con entrada libre. Pero ahora, de esa manera, la inseguridad va a aumentar demasiado, muy preocupante eso, y lo más grave y lo que más lo disgusta a uno es que un no sabe qué están haciendo. ¿Por qué hacen cosas sin contar con la comunidad?” expresa.

Asimismo, dice que dicha modificación en el Ecoparque puede llevar a que este se termine, puesto, al aumentar la inseguridad, las familias pueden sentir temor y dejar de frecuentar el sitio.

Mateo Mosquera, estudiante de Derecho de la Universidad Católica de Oriente y habitante del sector

Mateo Mosquera, estudiante de Derecho de la Universidad Católica de Oriente y habitante del sector: 

Según Mateo, la comunidad va a ver afectada su seguridad, en primer lugar por el haber retirado la malla del parque, “en el sentido de que van a quedar descubiertos, obviamente, los puntos de más influencia de los consumidores y, más que todo, en las noches. Personalmente, yo ya no paso por la vía peatonal de noche, por eso mismo, queda abierto y un no sabe qué se puede encontrar” manifiesta.

Por otra parte, expresa que, desde el contexto ambiental, el sector también se verá afectado, “porque le van a hacer otras modificaciones, van a construir otras cosas, va a afectar el pulmón de este sector de Los Lagos” plantea.

Gualberto Goenaga, gestor de la Corporación Mi Lago y habitante del sector

Gualberto Goenaga, gestor de la Corporación Mi Lago y habitante del sector:

Para Gualberto su mayor preocupación radica en la contaminación que está presentando el Lago Santander gracias a las construcciones que se están realizando aguas arriba del nacimiento principal del lago. “Se está haciendo una construcción de una urbanización, el movimiento de tierra no lo ha controlado Cornare ni el municipio, ese movimiento de tierra afecta el nacimiento principal del lago que está en la parte baja, por arrastre de la lluvia, no tiene control, no tiene farillón, no tiene ninguna clase de control del arrastre del material suelto. Esta es la mayor preocupación que yo veo en el futuro para el parque Lago Santander” expone.

Asimismo, expresa su inquietud frente a la poda sin control de los árboles que están en el parque y asegura que Cornare no se ha manifestado frente al hecho. Además, plantea que el dejar el sitio descubierto es preocupante, “porque, infortunadamente, la vigilancia en Rionegro deja mucho que desear”.

Por último, enfatiza en la importancia de la socialización del proyecto, ya que la comunidad debe saber cuál es la intervención que se piensa hacer. “Es de vital importancia que no se siga diciendo que están socializando tal proyecto, porque lo que han hecho fueron reuniones e informaciones informales, no hay una sola acta de las cuatro reuniones que han hecho” dice.

José Lubín García, habitante del sector

José Lubín García, habitante del sector:

José Lubín expresa que se siente preocupado por la retirada del cerco, pues asegura que el lugar se convirtió en el sitio propicio para el encuentro de consumidores, quienes, afirma, asisten durante el día y la noche. Además, manifiesta que “el lago quedó muy inseguro, porque pueden venir niños aquí y un niño grande empuja al otro al lago y ahí se ahoga. Quedó muy inseguro porque ya tiene la gente muy fácil acceso allá, eso es más inseguridad. No estamos de acuerdo con haber retirado el cerco” declara.

En cuanto a la socialización del proyecto, dice que no se le ha informado acerca de lo que se está haciendo.

Eriberto Jiménez, gestor de la Corporación Mi Lago y habitante del sector

Eriberto Jiménez, gestor de la Corporación Mi Lago y habitante del sector:

A Eriberto lo inquieta el haber retirado la malla y se pregunta “por qué no primero arreglaron la parte de adentro, hicieron lo que tenían que hacer adentro y luego retiraron la malla. La preocupación ahora es la inseguridad y ya lo empezamos a ver” dice.

Relata que “hace cuatro meses entregamos esto, y esta semana prendieron un cambuche que tenían debajo de un pino que lleva más de 50 años y lo quemaron, estaba lleno de melena, era hermoso y está quemado del todo”.

Por otra parte, dice que el consumo se ha incrementado, pues, a cualquier hora puede asistir una madre con sus hijos y lo único que verán es consumo.

Por último, asegura que “no es que nos opongamos al embellecimiento del parque, sino que, como digo yo, debieran de hacer primero lo de adentro y haber dejado la malla. Ya prácticamente el daño está hecho”.

Juan Rafael Montoya, habitante del sector

Juan Rafael Montoya, habitante del sector:

Juan Rafael opina que la modificación del parque se convirtió en “un peligro para los niños de la guardería Mi Lago, aunque vayan con los padres de familia, si se les sueltan de la mano, la curiosidad de ellos es muy fuerte y pude ocasionar un accidente, aunque haya seguridad y aunque haya redes o mallas protegiendo y evitando que pasen al lago”.

Asimismo, dice que el sitio, a la larga, puede convertirse en el lugar de preferencia para los consumidores y delincuentes, quienes “aprovecharán el sector para hacer sus fechorías”.

 

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