
El desarrollo del Oriente Antioqueño ha dado un giro significativo con la liberación de 361 predios de las veredas Abreo, Abreito y Chachafruto cercanos al aeropuerto José María Córdova, en Rionegro. Esta medida, anunciada por la Superintendencia de Notariado y Registro, pone fin a más de seis años de incertidumbre para cientos de familias que veían limitados sus derechos sobre sus propiedades.
La decisión fue impulsada por una acción de tutela interpuesta por la Personería de Rionegro, en cabeza de Jorge Luis Restrepo, que exigió una respuesta clara frente al estancamiento del proyecto de construcción de la segunda pista del aeropuerto. Este avance permite a los propietarios realizar modificaciones, ventas o legalizar sus terrenos (muchos predios no se encuentran legalizados debido a sucesiones o construcciones), acciones que estuvieron restringidas desde que se anunciaron los planes para la ampliación en 2015.
Una lucha por los derechos humanos en medio del desarrollo
El personero de Rionegro, Jorge Luis Restrepo, fue clave en este proceso. Con firmeza, destacó que el desarrollo de infraestructura no puede ir en detrimento de los derechos fundamentales de los ciudadanos:
“No nos oponemos al progreso, pero no podemos permitir que las comunidades carguen con injusticias. Este fallo devuelve a los ciudadanos la posibilidad de gestionar su patrimonio bajo las garantías de un Estado social y democrático de derecho”, afirmó Restrepo.
Francia Rodríguez, líder de la Junta Administradora Local, también celebró la medida:
“La comunidad ahora puede legalizar sus predios, construir, ampliar o vender, acciones que estaban paralizadas. Esto representa una victoria para nuestras familias y para el desarrollo local.”
El reto de la segunda pista: una deuda pendiente
El Plan Maestro de Expansión del Aeropuerto, valorado en 3.7 billones de pesos, sigue en etapa de planificación. Aunque crucial para atender el creciente tráfico aéreo y fomentar el turismo en la región, el proyecto enfrenta múltiples desafíos, especialmente en la adquisición de terrenos. La construcción requiere al menos 290 hectáreas, lo que ha generado tensiones entre el desarrollo económico y el respeto por las comunidades afectadas.
Desde su anuncio, la falta de avances en la compra de los predios ha sido un obstáculo constante. Los propietarios no podían vender ni modificar sus terrenos, mientras las obras permanecían estancadas, al igual que mantenían estancados los precios de hace seis años en una de las zonas con mayor valorización del Oriente, según expresó el personero. Esta situación evidenció una desconexión entre el Gobierno Nacional y las comunidades, que ahora se empieza a corregir con esta medida judicial.
Impacto económico y social
La liberación de estos predios también tiene implicaciones económicas significativas. El descongelamiento permitirá a las familias revalorizar sus propiedades y reactivar actividades comerciales que antes estaban detenidas. Al mismo tiempo, se plantea la necesidad de replantear los costos y estrategias para retomar el proyecto de la segunda pista, que es fundamental para consolidar a Rionegro como un eje logístico y turístico en Antioquia.
El equilibrio entre desarrollo e inclusión
Aunque esta decisión representa un triunfo para las comunidades locales, el desafío ahora está en encontrar un equilibrio entre el desarrollo aeroportuario y la protección de los derechos ciudadanos. Las autoridades locales y nacionales deberán trabajar de manera articulada para garantizar que el progreso no excluya a quienes lo habitan.
El personero Jorge Luis Restrepo lo resume de manera clara:
“El desarrollo no puede ser una excusa para vulnerar derechos. Hoy hemos dado un paso importante, pero queda mucho camino por recorrer.”
Mientras tanto, el futuro de la segunda pista del aeropuerto José María Córdova continúa siendo un tema clave en la agenda del Oriente Antioqueño, no solo como símbolo de progreso, sino también como una prueba de la capacidad del Estado para gestionar el desarrollo de manera inclusiva y sostenible.
Preocupaciones desde las comunidades afectadas
Vecinos de la vereda Abreito, como Don Jaime y Edwin, han expresado su incertidumbre sobre el camino a seguir tras la liberación de los predios. Aunque celebran el levantamiento del congelamiento, critican que los trámites para formalizar la situación de cada terreno deberán realizarse de manera individual.
Los habitantes también señalaron que los efectos de la construcción de la segunda pista del aeropuerto José María Córdova no se limitarán a los predios directamente involucrados en la obra. La contaminación auditiva generada por el aumento del tráfico aéreo y el impacto ambiental de las obras afectan a toda la comunidad. Edwin, vecino de la comunidad, enfatizó que esta situación podría desvalorizar por completo las tierras de Abreo, Abreito, Chachafruto y El Carmín, lo que perjudicaría gravemente a las familias que dependen de sus propiedades como sustento económico.
“Es injusto que se hable solo de desarrollo cuando nosotros somos quienes pagamos las consecuencias”, añadió Edwin, resaltando que aún no existen planes claros para mitigar estos impactos negativos ni propuestas concretas para compensar a los afectados.
Pasos a Seguir para la Comunidad Afectada
Francia Rodríguez, líder de la Junta Administradora Local (JAL) del corregimiento Casimiro García (Un corregimiento que, según ella, se verá afectado eventualmente en un 90% por la ampliación del aeropuerto), explicó que, aunque los 361 predios afectados han sido liberados del congelamiento, los propietarios aún deben cumplir un trámite crucial para recuperar el control total sobre sus terrenos.
1. Visita a la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos: Cada propietario debe acudir a esta oficina para gestionar la desafectación oficial de su predio. Este trámite es indispensable para eliminar las restricciones impuestas durante años de manera más ágil.
2. Legalización de Predios Irregulares: Muchos terrenos no se encuentran formalmente legalizados debido a que fueron heredados o se construyó en ellos durante el periodo de restricciones. Esto requerirá un proceso adicional para regularizar su situación legal antes de proceder con otros planes.
3. Planificación Posterior: Una vez realizados los trámites, los dueños podrán disponer libremente de sus predios, ya sea para venderlos, construir, o realizar ampliaciones que anteriormente estaban prohibidas.
Francia Rodríguez celebró la oportunidad que esto representa para las comunidades:
“Es muy bueno para la comunidad porque tendrán la oportunidad de legalizar sus predios y hacer actividades que antes fueron limitadas por el gobierno. Con esta decisión, cada propietario podrá recuperar sus derechos y planificar el uso de su terreno sin restricciones.”
El llamado es a que los propietarios se acerquen lo más pronto posible a las instancias correspondientes para aprovechar plenamente esta nueva etapa y garantizar el desarrollo de las veredas afectadas.
Un Despegue que Debe Considerar a Todos
La liberación de los 361 predios en Rionegro marca un hito en el estancado proceso de construcción de la segunda pista del aeropuerto José María Córdova, abriendo una nueva etapa de posibilidades para los propietarios que durante años enfrentaron restricciones injustas. Sin embargo, el anuncio también pone en evidencia los desafíos sociales, ambientales y económicos que este tipo de megaproyectos generan en las comunidades cercanas.
Mientras las autoridades celebran un avance hacia la modernización de la infraestructura aérea, los habitantes de las veredas afectadas alzan la voz para exigir una planificación integral que priorice sus derechos y bienestar. El equilibrio entre el desarrollo regional y la justicia social será la clave para que este proyecto no solo despegue, sino que también aterrice con éxito, sin dejar a nadie atrás.