“El cuida la quebrada La Marinilla”… ¿en serio?

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El pasado 29 de marzo de 2025, se firmó el pacto “Yo Cuido la Quebrada La
Marinilla”, respaldado por las alcaldías de Marinilla y El Santuario, la Corporación
Autónoma Regional Cornare y las organizaciones Asocomunal Marinilla y TAFA –
Corporación que agremia las organizaciones socioambientales de Marinilla-. (Ver registro https://youtu.be/je6VBMl52kY?si=S6dpi_dIpp4bNC4_).

Aunque el título del pacto sugiere un compromiso con la protección ambiental y el
cuidado de la quebrada, este acto simbólico contrasta de manera preocupante con
la realidad ecológica del afluente en los últimos años y la inacción o escasa
efectividad de las acciones emprendidas por las entidades firmantes.

Durante casi seis años, desde “La Marinilla Informa” – iniciativa ciudadana que
lidero con mi familia para promover el cuidado de la quebrada- hemos alertado y
documentado de forma constante el grave problema de contaminación hídrica y
deterioro de esta fuente natural. (Ver registros https://youtube.com/@lamarinillainforma). Lo hemos hecho a través de las redes sociales y medios de comunicación, en distintos espacios de participación ciudadana y también hemos utilizado los canales oficiales de Cornare para reportar la situación.

Hace cinco años, en junio 24 de 2020, ante el insistente llamado ciudadano
advirtiendo de posibles fuentes de contaminación que estaban afectando la
quebrada, la Corporación Ambiental Cornare presentó el informe Gestión Integral
del Recurso Hídrico Quebrada La Marinilla. El informe presentó el estado de la
calidad del agua de la quebrada en distintos tramos de su recorrido. Teniendo
como referencia el Índice de Calidad del Agua, señaló que la quebrada presentaba
agua de calidad media entre la cabecera del municipio de El Santuario y la
cabecera urbana de Marinilla, y agua de mala calidad desde la cabecera de
Marinilla hasta su desembocadura en el río Negro. Se puntualizaron tres causas
centrales de la situación de contaminación: La insuficiente capacidad de las
Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales – PTAR- en El Santuario y Marinilla,
la deficiente cobertura de los sistemas de alcantarillado en ambos municipios y la
existencia de distintos vertimientos no controlados en el recorrido de la quebrada.

El problema de contaminación presentado en el informe había sido advertido
varios años atrás. El informe citó los resultados de los ejercicios de monitoreo y control desarrollados por la entidad desde el año 2017 y los resultados del estudio
“Determinación de la calidad ecológica del río Negro y afluentes con base en la comunidad de macro invertebrados acuáticos, perifiton y diatomeas”, desarrollado por la Corporación Académica Ambiental de la Universidad de Antioquia en convenio con Cornare entre 2014 y 2015. Es de resaltar que por esta misma época se realizaron los estudios diagnósticos para la formulación del actual Plan de Ordenamiento y Manejo de la Cuenca -POMCA- del río Negro y del Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico -PORH- en la jurisdicción Cornare, dos importantes instrumentos para la gestión ambiental de la cuenca y el manejo
integral del recurso hídrico en la región que incluyen la quebrada La Marinilla.

Pasados cinco años del informe de Cornare, finalizado el corto plazo del POMCA
del río Negro (2022) y ad portas de finalizar la vigencia del actual PORH (2026)
¿Cómo ha mejorado la calidad del agua de La Marinilla? ¿Hasta qué punto el
instrumental dispuesto y la gestión ambiental realizada han resultado eficaces
para atender las causas y remediar el problema de contaminación de la quebrada?
¿Hasta qué punto los ejercicios de control y monitoreo realizados han tenido su
correlato en acciones de mejora efectivas para recuperar la fuente? Según el
último informe de rendición de cuentas de Cornare correspondiente a la gestión
2024, La Marinilla es aún uno de los puntos críticos de la cuenca y continúa como
hace ocho años vertiendo aguas de mala calidad al río Negro. Las causas de la
contaminación señaladas cinco años atrás en el informe de Cornare siguen aún
sin resolver.

¿Cómo esta problemática de contaminación ha podido afectar las vidas silvestres
de La Marinilla? ¿Cuál es el nivel de riesgo o amenaza que afronta la fauna
silvestre que habita la quebrada?.

El episodio más grave registrado ocurrió entre el 1 y el 4 de marzo de 2024,
cuando se presentó una mortandad masiva de peces (Sabaletas – Brycon henni -,
entre otros) en un sector de la vereda El Chagualo, límites entre el municipio de El
Santuario y Marinilla. La causa probable y aún no comprobada mediante un
estudio serio y riguroso: disminución crítica del oxígeno disuelto, alta carga
contaminante y posibles descargas tóxicas no controladas. Los biólogos
consultados por “La Marinilla Informa” coincidieron en señalar que la combinación
de bajos caudales, altas temperaturas y vertimientos de distinto tipo, pudo haber
colapsado temporalmente la vida acuática de la quebrada. (Ver registro del evento
en el siguiente enlace https://youtu.be/UUme1yIzJeA?si=tEBSFvgJdpAw_etL).

Otra de las posibles víctimas silenciosas del deterioro de la quebrada es la Nutria
neotropical (Lontra longicaudis), una especie categorizada vulnerable (VU) en el
país. Esta especie que habita la quebrada La Marinilla como lo hemos documentado en varios videos, depende de cuerpos de agua limpios y de una oferta suficiente de presas saludables como peces y crustáceos. Su presencia es un indicador de ciertos relictos funcionales de hábitat, pero también una alerta sobre lo que está en riesgo si no se toman medidas urgentes. (Ver registros presencia de la Nutria neotropical en La Marinilla)

https://youtu.be/TjmT9- XdnS4

https://youtu.be/MApMi6UT-qY?si=zTkkvX4Y-

https://youtu.be/flwNoI16c5s?si=QQcbEe4Hj1xXgHcZ

La contaminación reduce la biodiversidad, afecta la cadena trófica, bioacumula
toxinas en sus presas y puede provocar infertilidad, enfermedades y muerte en
estos mamíferos acuáticos. La literatura consultada y la evidencia científica
señalan que la exposición crónica a contaminantes como metales pesados,
nutrientes en exceso y compuestos orgánicos persistentes disminuye su
esperanza de vida, su tasa de reproducción y la supervivencia de sus crías. En
este contexto y de mantenerse las actuales condiciones de contaminación de la
quebrada, no resulta exagerado afirmar que podemos estar ante un proceso de
extinción silencioso de esta especie de nutria en La Marinilla.

Las respuestas de los actores institucionales han sido precarias, ambiguas, tardías
y fragmentadas. Es evidente la escaza integración entre los actores institucionales
que forman parte del sistema ambiental local y subregional.  Las administraciones
municipales involucradas en el pacto, han tolerado durante años el crecimiento
urbano desordenado, los vertimientos sin control y la inoperancia técnica para
hacer frente al deterioro de la quebrada. Cornare, con toda su capacidad técnica y
normativa, ha optado por la documentación antes que por la acción estructural.
Sus informes y estudios no se traducen en recuperación y restauración, y su
vigilancia ambiental ha sido, en el mejor de los casos, intermitente. La Corporación
ambiental continúa viento pasar agua de regular calidad por “el patio de su propia
casa”. Las Empresas de Servicios Públicos de ambos municipios  siguen
“pagando por contaminar”. ¿Cuánto se ha pagado en estos municipios por
concepto de tasa retributiva en los últimos ocho años?.

Pero no solo los entes públicos deben ser interpelados. También hay que
preguntar por el rol de las organizaciones sociales firmantes del pacto. En lugar de
actuar como contrapesos ciudadanos, TAFA y Asocomunal Marinilla han jugado
un papel funcional a la institucionalidad, legitimando decisiones administrativas
que omiten las causas estructurales del problema ambiental de la quebrada. Al
plegarse de manera acrítica a este tipo de pactos, terminan funcionando como
apéndices de una burocracia ambiental, validando mediante su firma decisiones
insuficientes y legitimando la precaria respuesta institucional. Su papel ha sido
más decorativo que propositivo, más cercano al aplauso que al cuestionamiento,
lejanos de las funciones sociales de veeduría y control ciudadano a la gestión pública ambiental. Su presencia en el pacto no representa una participación crítica
ni autónoma, sino una adhesión a un relato oficial que silencia la gravedad del deterioro.

Hablar de “cuidado” en este contexto resulta problemático. ¿Qué significa cuidar
cuando se minimiza el riesgo ambiental? ¿De qué pacto estamos hablando si no
se reconoce la gravedad del problema ni se incluyen metas claras, indicadores de
recuperación, presupuesto suficiente, ni vigilancia ciudadana efectiva?.

El deterioro de la quebrada y la precaria respuesta institucional, pone también en
evidencia un serio problema en la gestión integral del recurso hídrico y la
gobernanza del agua en estas localidades y la subregión. Pone en cuestión la
eficiencia, efectividad y participación/confianza del modelo de gestión y
gobernanza implementado, anclado en un enfoque reactivo, de mitigación del
daño y de control con fines sancionatorios, “el que contamina paga” que no ha
entregado resultados efectivos en más de cinco años.

La quebrada La Marinilla hoy sigue su curso vertiendo sus aguas contaminadas y
de mala calidad al río Negro. Las especies que la habitan resisten como pueden,
pero la amenaza ecológica no es menor ni futura: es presente y progresiva. Si
realmente queremos “cuidar la quebrada”, es hora de abandonar la retórica vacía,
asumir responsabilidades concretas, revisar el rol que jugamos en la reproducción
del deterioro y, sobre todo, actuar con coherencia, respeto y empatía con la
quebrada y las vidas silvestres que la habitan. “Cuidar la quebrada” no puede ser
sólo un acto simbólico o un eslogan de campaña, significa ponerse del lado de la
quebrada cuando está siendo sacrificada en nombre de un desarrollo mal
planificado.

El llamado nuevamente a Cornare, a las administraciones municipales de El
Santuario y Marinilla, a las organizaciones sociales y ambientales y a la
ciudadanía en general, es a asumir con compromiso y responsabilidad las tareas
pendientes en materia de gestión ambiental y saneamiento básico. Seguido resalto algunas tareas que considero fundamentales:

 Atender las tareas pendientes en materia de saneamiento básico ambiental,
identificadas por Cornare en 2020 como las causas principales de la
contaminación y deterioro de la quebrada. A saber: Optimización de las PTAR,
optimización de los sistemas de alcantarillado y manejo de los “vertimientos
difusos” o no controlados en ambos municipios.

 Cumplir las normas establecidas en materia de vertimientos en ambos
municipios. (Resolución 0631 de 2015 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible).

 Desarrollar acciones para conocer el estado y calidad del agua de las fuentes
tributarias a La Marinilla y emprender acciones para prevenir y/o revertir su
posible deterioro.

 Imprimir velocidad al cambio y reducir los tiempos para cumplir la MEGA
Cornare 2024-2035 en materia de calidad del agua y oxígeno disuelto en La
Marinilla (ACUERDO Cornare No 440 Agosto 25 de 2023), en atención a las
normas nacionales para la protección de flora y fauna (Decreto 3930 de 2010 y
Decreto 1076 de 2015 de la Presidencia de la República).

 Estudiar los efectos de la contaminación y deterioro de La Marinilla en las vidas
silvestres e implementar acciones para reducir los riesgos o amenazas que
afrontan.

 Revisar y ajustar el enfoque y los procesos de gestión y gobernanza ambiental
puestos en práctica durante los últimos años en ambos municipios y la
subregión.

 Evaluar con rigurosidad la ejecución de los instrumentos de gestión ambiental
establecidos (POMCA, PORH, POTs, entre otros), la integración entre los
mismos y con las políticas del orden nacional y departamental, y los resultados
de su implementación en La Marinilla y la cuenca del Río Negro.

 Hacer de la Nutria  neotropical una “Especie sombrilla” para cuidar la fuente.
Convertir esta especie en un símbolo para el cuidado de la quebrada y la
protección de las vidas silvestres que habitan La Marinilla y la cuenca del río
Negro.

Cuidar La Marinilla requiere voluntad política, acciones concretas, inversión real,
metas claras, transparencia y, sobre todo, reparación ecológica. Es preciso cerrar
las brechas entre la “misión normativa”y la “misión real” que hoy cumple nuestro sistema público de gestión ambiental local y subregional y, teniendo la ética del
cuidado como principio rector, transitar con paso firme hacia una misión deseable:
“La quebrada La Marinilla regenerada/restaurada”

Desde La Marinilla Informa seguiremos de frente a la quebrada gritando,
documentando y proponiendo, pero no lo haremos en nombre de un pacto sino en
nombre de la vida que aún resiste.

¡Súmate al grito! No dejemos morir otra quebrada en silencio en “el patio de
nuestra propia casa”.


“Cuidemos La Marinilla, protejamos vidas”

Por David Marulanda García | La Marinilla Informa

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