La difícil crisis mundial que generó el Covid-19 desencadenó una pandemia sin precedentes en el mundo que afectó a toda la población en cada rincón.
Algunos aún están saliendo de esta dura situación, otros lo perdieron todo, y hay quienes convirtieron las debilidades en fortalezas, como es el caso de Carlos Daniel Torres Martínez.
Carlos Torres es un emprendedor que ha sabido soportar las dificultades, con creatividad, esfuerzo y disciplina.
“Yo creo que el secreto para emprender es no hacerlo nada más porque sí, sino antes de montar el negocio tener tiempo de mirar qué ofertas no habían explotadas. Fue una idea que durante dos años de pandemia tuve la oportunidad de prepararla y de investigar, pues ya tenía claro que quería montar un negocio y quería emprender”, puntualiza Carlos.
Las Alitas San Martín nacen después de la pandemia, “este negocio se llama San Martín, porque yo tengo un hijo que se llama Martín. Eso le dio poder al negocio; el tener claro por qué lo estoy haciendo”, cuenta Carlos Torres su propietario, quien por medio de un pequeño préstamo de un familiar, analizó que propuestas en el mercado no habían sido explotadas y así se le ocurrió la idea de vender alitas de pollo, costillas, papas, cocteles y sodas saborizadas en Rionegro, en el sector de San Antonio de Pereira, donde a pesar de la fuerte competencia de comidas rápidas y restaurantes en la zona, el producto que él ofrecía, era una alternativa diferente en el sector, convirtiéndose en un espacio para disfrutar en familia.
“Tenemos clientes que desde el primer día vinieron, y vienen todas las semanas. Clientes fieles, personas que desde el primer día que abrimos han venido siempre.
Este es un espacio muy familiar, para charlas y estar con los amigos, con un ambiente tranquilo donde suenan baladas americanas, rock en español, música que a los clientes les evoca muchas etapas de su vida”, comenta Carlos.
Generando oportunidades de trabajo para él y muchas más personas, creando una pequeña empresa de comidas llamada Alitas San Martín, la cual ha crecido poco a poco en el oriente antioqueño.
Para Carlos: “La base de todo negocio exitoso son los colaboradores; que estén contentos y que esté bien el equipo de trabajo. Tenemos chicos que la gran mayoría son de la Universidad Católica, casi todos son estudiantes, son personas que tienen un proyecto de vida, y que San Martín es algo de paso para ellos, donde se divierten, pueden ser ellos mismos y se les remunera muy bien su labor.”
El secreto de las Alitas San Martín es el toque secreto milenario de la abuela como así lo describe su creador; “tenía la receta de la abuela, un adobo milenario que fue con la que empecé las alitas”, pero ahí no paró de generar empleo y oportunidades, montando tres negocios más. Después de Alitas San Martín, nacieron San Paisa, La Fondita de la Chiva y un parqueadero. Generando una gran cantidad de empleos para la población del oriente antioqueño.
“En este momento tengo ya cuatro locales, han pasado dos años de trabajo, pero se han visto los resultados, al encontrar la oferta que se acomode al mercado, esforzarse más que los demás, ser constantes y ser conscientes de hacerlo con amor.
A los jóvenes les quiero decir: ¡Emprender y tener éxito si se puede, y sí es un hecho!”