Desarrollo rural fue el tema del Foro por la Paz

0
485

En su XXIV versión el encuentro congregó a más de 300 personas en el auditorio Mons. Flavio Calle Zapata de la Universidad Católica de Oriente bajo el lema “Desarrollo Rural con Enfoque Territorial, un Desafío para la Reconciliación y la Paz”; cuyo objetivo es promover en la sociedad del Oriente Antiqueño la importancia del desarrollo rural, como escenario que garantiza una paz sustentable y duradera en horizonte de reconciliación.

El Foro fue organizado por la Corporación Vida, Justicia y Paz de la Diócesis de Sonsón-Rionegro, junto al PET de Derechos Humanos del Oriente Antioqueño; y contó con la participación y apoyo de diferentes organizaciones que le apuestan al desarrollo de la región y a la construcción de paz duradera para los Orientales.

Las ponencias estuvieron a cargo de Jorge Enrique Vélez García, Superintendente de Notariado y Registro; Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, director Secretariado Nacional de Pastoral Social, Conferencia Episcopal de Colombia (Pastoral Rural y de la Tierra). Luz Adriana Ramírez, profesional jurídica del PET Derechos Humanos coordinado por la Universidad Católica de Oriente. Doris Elena Suaza S., coordinadora del Área de Desarrollo Rural de la Corporación de Estudios, Educación e Investigación Ambiental CEAM.

El Superintendente habló del tema de los baldíos del Estado, la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. Entre lo más destacado de su intervención dijo que “En Colombia ha habido 65 formas de despojo, con las que ni el campesino se dio cuenta como le estaban quitando sus bienes”. Expresó que “la Unidad de Restitución estudia un millón doscientas mil hectáreas despojadas sólo en baldíos del Estado colombiano”.

La Unidad de Restitución que depende del Ministerio de Agricultura “tiene alrededor de 60 mil procesos en camino. Los jueces han recuperado 6 mil hectáreas, y en el 97% las restituciones han sido efectivas”.

Wilder Arias Gonzales tiene 16 años, hace octavo de bachillerato y con gracia dice que la pasa muy bien en este “Los Ángeles California”.

Monseñor Héctor Fabio Henao, señaló sobre el tema agrario, que “en las luchas campesinas de ahora se habla de las semillas, patentes y el derecho de los campesinos sobre el manejo de éstas. La posibilidad de desarrollar productos con semillas locales es un asunto ligado con los tratados de libre comercio pero que van creando restricciones sobre el mundo agrario”.

Doris Suaza destacó que según informe del PNUD “la población del Oriente es más rural que urbana”. Si bien el 49% de la población es rural, el 75% de los municipios del Oriente son rurales”. Dijo además que las poblaciones rurales con mayores necesidades básicas insatisfechas son las de Páramo y Bosques.

También comentó que según el Plan de Abastecimiento Alimentario hecho en 2010 por la Alcaldía de Medellín, “el Valle de Aburrá tiene una demanda de 148 mil toneladas de verduras y hortalizas, y de 144 mil toneladas de frutas al año; con la producción del Oriente se podría proveer toda esa demanda. Sin embargo Medellín importa el 70% de los alimentos de otros departamentos”.

La profesional jurídica Luz Adriana Ramírez explicó que “en el marco del conflicto armado vivido en el Oriente se dio abandono forzado de predios, y por esa figura la característica de las restituciones de tierras aquí ha sido primero jurídica y luego material”. Los campesinos quieren la solución respecto a la legalidad de las propiedades, después de haber sufrido el desplazamiento forzado.

Según el último informe de la ‘encuesta nacional de verificación de los derechos de la población desplazada’, que relaciona la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, Colombia es el primer país del mundo desplazador. La cifra es de 3 millones 700 víctimas de desplazamiento forzado. Pero otras organizaciones como CODES dicen que la cifra asciende a más de 5 millones de víctimas.

Luz Adriana concluyó diciendo que “la tierra para el campesino tiene un valor que trasciende lo económico, porque construye su identidad a partir de la relación con la tierra como asunto de vitalidad”.

En el manifiesto final del encuentro se postuló que una de “las realidades que no podemos desconocer, es el cambio que se ha dado al uso de la tierra, particularmente en el altiplano (Valle de San Nicolás), que de zonas de cultivo de pan coger, ganadería lechera, bosques nativos, han pasado a ser parcelaciones y urbanizaciones. Es innegable que el desplazamiento forzado dejó despoblados nuestros campos. Tampoco podemos negar que los cultivos ilícitos han incursionado en nuestro territorio, sobre todo, en las zonas Páramo y Bosques y el narcotráfico en la zona del Altiplano”.

Loading

Comentarios