Según la Ley 54 de 1990, en Colombia solo era posible la Unión Marital de Hecho entre hombres y mujeres. Esto implicaba no solo que las parejas homosexuales no fueran reconocidas legalmente como una familia, sino también que estas estaban excluidas del Régimen de Protección Patrimonial. Así, por ejemplo, una pareja de hombres que llevara más de dos años conviviendo, no tenían derecho a los bienes de su cónyuge ni a ser beneficiario de las prestaciones sociales; y sí que menos a heredar los bienes de la pareja en caso de que alguno muriera.
En el 2005, el Congreso de la República modificó la mencionada Ley y estableció nuevos mecanismos que agilizan el procedimiento para demostrar la Unión Marital entre partes. Lo importante de esta modificación es que no se habla de unión entre hombre y mujer sino de unión entre las partes. Esto se amplía en el 2007 cuando la Corte Constitucional declaró, por medio de la Sentencia C-075, que la Ley 54 del 90 vulneraba los derechos humanos de las parejas del mismo sexo, dándoles así un reconocimiento jurídico. O sea que la comunidad LGBT logró que la unión libre en parejas homosexuales fuera legal.
Desde ese momento la población LGBT ha logrado que se les reconozca derechos que unos años atrás serían impensables: ser reconocidos como familia, la libre opción sexual, la unión marital de hecho, la pensión y la salud, las visitas conyugales en las cárceles, la no exigencia de libreta militar para personas transgénero y, recientemente, la adopción de hijos por parejas homosexuales siempre y cuando alguno de los dos sea el padre o la madre biológica, gracias a la tutela que interpusieron Ana Leidermany Verónica Botero, pareja de madres lesbianas, y que la Corte falló a su favor el pasado 28 de agosto.
Estos logros, por supuesto, obedecen a la presión de colectivos y organizaciones LGBT que buscan participar no solo de las políticas públicas que afecten a su comunidad, sino también a otras minorías. Desde que en Holanda se legalizó el matrimonio igualitario en el 2001, otros veinte países lo han aceptado dentro de sus legislaciones. México fue el último país de la lista en legalizarlo, el primero de septiembre de este año.
En Colombia, el matrimonio igualitario aún no existe. Lo que sí pueden hacer las parejas del mismo sexo es formalizar y solemnizar su vínculo contractual ante un notario o juez. La disputa es, pues, porque en el papel se escriba la palabra matrimonio, al igual que lo hacen las leyes en el caso de las parejas heterosexuales.
Políticas públicas para parejas del mismo sexo en Colombia
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Por: Cristian Peña Osorio cristianpo271@gmail.com y Estefanía Carvajal Restrepo lacocinadeolivia@gmail.com. Publicado originalmente el el periódico De La Urbe