Por: Patricia Corrales Valencia
COMUNICACIÓN SOCIAL UCO, patii_corrales@hotmail.com
Cada día escuchamos cómo el número de contagiados sigue aumentando, y lamentablemente los profesionales de la salud son de las personas que más en riesgo están de contraer el virus. La mayoría de ellos, médicos y enfermeros, son los que mantienen en primera línea de defensa arriesgando su salud para poder ayudar a todos los que los necesitan. Son ellos los que en este momento se llevan la capa de héroes, ya sea trabajando desde sus hogares, ayudando a la logística para los protocolos y así asistir al personal, o aquellos que se presentan a diario a los hospitales siendo este un fuerte foco de contaminación. Aun así, ellos van a prestar su mejor servicio a los pacientes.
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Andrés Mauricio Tobón es médico general desde el 2019 y médico internista desde el 2014. Es una persona que tiene un porte elegante, y bien vestido. Tiene 37 años, es blanco y de estatura alta. En el momento se encuentra trabajando en la Clínica León XIII donde se desempeña como internista de consulta externa. Con la situación actual su vida se ha visto sometida a variaciones, tanto en lo profesional como en lo personal.
––El mayor cambio que he afrontado es aumentar los cuidados de protección personal, para evitar infecciones y evitar llevar infecciones a mi familia; aunque eso hace parte de la vida diaria de los que se enfrentan a diario con esa situación y con pacientes ––dice el galeno.
Todo este proceso que vive ha generado en él un aumento en las rutinas de cuidado, y ahora las hace con más esmero y dedicación.
La cotidianidad de todas las personas se ha visto afectada, pero más la de aquellos que en su diario vivir salen de sus hogares para prestarle un servicio a la comunidad. El médico Andrés Mauricio cuenta cómo ha variado la suya. “La rutina cambia porque ya ahora no se toman las situaciones tan a la ligera, ya se da más valor a muchas cosas que antes no se daba como el tiempo con la familia; trata de estar lo menos posible en el trabajo para precisamente disminuir el riesgo de infección”.
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Blanca Luz Cubides es la esposa de Andrés Mauricio. Es una mujer de 34 años, estatura promedio; su piel es blanca y tiene un cabello lacio y de color negro. Vivió los primeros años de su vida en Sonsón hasta que se fue a vivir a Medellín, ciudad donde vive actualmente y donde estudió su carrera. Siempre se ha caracterizado por ser una persona servicial, con buena empatía; además de una gran fortaleza emocional por lo cual tomó la decisión se estudiar Enfermería. Ejerce su carrera desde hace 12 años. Relata un poco sobre como su vida ha cambiado desde que la cuarentena inició, y ahora se encuentra realizando teletrabajo. “Me encargaba de hacer acompañamiento a las EPS básicas, es decir: Comfama, Prosalco, Servicios de Salud… Iba y hacia auditorías internas, pero a raíz de la contingencia todos los acompañamientos los estoy haciendo desde la casa de manera virtual”.
Ella tiene una especialización en gerencia de la calidad, y en este momento trabaja como auditora en la EPS Sura. Por ese motivo no se encuentra laborando presencialmente con pacientes. Aun así, recuerda que haber estudiado Enfermería es algo que siempre lo quiso hacer, y que, aunque ahora ejerce de manera administrativa no olvida lo asistencial. “Si me toca salir para atender pacientes lo voy a hacer, porque amo mi profesión”.
El hecho de no estar en un hospital ejerciendo no significa que su vida no se ha visto afectada por la pandemia. Su rutina ha cambiado porque ella se mantenía por fuera en las EPS, y en los hospitales, ahora se la pasa en la casa. Además, en este momento trabaja mucho más, tiene largas jornadas de trabajo en reuniones organizando procesos y programas para todo este tipo de contingencia que se está viviendo, y poder bajar el cargo para el personal asistencial. Igualmente le ha tocado encargarse de las labores de su hogar. Su hijo antes estaba en la guardería y ahora ella debe de repartir sus días para poder cumplir con sus obligaciones laborales, de madre, de esposa, además de encargarse de las labores de su hogar.
El médico internista Andrés Mauricio y su esposa no han tenido contacto con alguna persona con el virus, aunque ella se ha enterado de personas cercanas que han tenido relación con el virus y cómo ha tenido efecto en ellos sobre todo psicológicamente. “Se afectan en el sentido de que sienten nervios de contagiar a sus familias, a sus compañeros de trabajo; pero igualmente han recibido acompañamiento tanto de las partes donde trabajan como también de las EPS”.
El hecho de atender un posible caso no afecta el profesionalismo a la hora de prestar sus servicios. “La experiencia con ellos es básicamente la misma, eso no cambia mucho en cuanto a la manera como se atiende al paciente. Sin embargo, sí genera un poco de temor de tener mucho contacto, y también se puede observar que eso le genera al paciente estigmatización, porque el resto de personal de salud por el simple hecho de haber rotulado un paciente como potencial infectado de covid cambia la forma en que se atiende”.
La enfermería en medio de la pandemia
Sandra Janeth Corrales tiene 31 años y, al igual que Blanca Luz, vivió anteriormente en Sonsón. Allí terminó su educación básica en la I.E. Liceo Braulio Mejía. Luego de esto se fue a vivir a Medellín y estudió Auxiliar de Enfermería. Sandra es una persona con fortaleza física, emocional y mental. Por esa razón, tomó la decisión de dedicarse a la enfermería, y prestarle su servicio a la comunidad. Y más allá de eso se dedicó al área de la cirugía donde a diario también debe de atender pacientes con traumas que pueden dejar secuelas muy graves.
En este momento se encuentra viviendo de cerca con la pandemia dentro de su labor. Hace 8 años ejerce en el Hospital Pablo Tobón Uribe y hace 8 meses trabaja en cirugía. El mayor cambio en su vida profesional se ha dado en la implementación de todos los protocolos de seguridad, aunque en el área de la salud rige a diario un reglamento en pro de la seguridad de los pacientes empleados y visitantes. En este momento se es más estrictos con las medidas que se implementa para evitar el contagio y propagación del covid-19.
En su vida personal (al igual que para todos), se han presentado alteraciones. “Los cambios son debido a las medidas de seguridad implementadas por el gobierno nacional: el aislamiento preventivo, el uso de elementos de protección en todo lugar fuera de la casa, evitar los contactos… También porque, aunque vivo lejos de mi familia, lo más normal es visitarlos una vez al mes, ahora llevo un largo tiempo sin poder verlos; esto lo siento más en mis días de descanso ya que en los demás se labora normalmente”. Además, su rutina diaria se vio afectada, en su trabajo por el contacto con los compañeros. “
Foto cortesía por Sandra Janeth- Hospital Pablo Tobón Uribe.
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––Somos un equipo de trabajo y es muy común demostrar afecto con un abrazo y un buen saludo… cosas que ya no se pueden hacer ––dice Sandra.
Ella, al igual que la mayoría del personal de la salud, le ha tocado tratar con casos sospechosos, aunque hay que tener en cuenta que este momento toda persona puede ser sospechosa no se sabe quién pueda tener el virus. “Se siente temor, pero este temor se convierte en acto de responsabilidad por mí y por los demás. Como lo decía, el hospital nos tiene capacitados para enfrentar este tipo de situaciones. Uno lo que hace es seguir estrictamente los protocolos”.
Hospital Gilberto Mejía Mejía, Rionegro Antioquía.
Donde sus pasillos y salas de esperas ahora se ven solos debido a la cuarentena. |
Es un momento donde se corre un alto riesgo al trabajar en un hospital y más cuando se está prestando un servicio a los pacientes. Aun así, ella está segura de que estudiar Enfermería sí fue lo correcto. “A diario en el hospital nos enfrentamos a virus y bacterias que podemos contraer al tener contacto con algún portador. Este virus que nos está atacando es muy delicado, pero gracias a las capacitaciones y el apoyo que nos brinda en el hospital, sabemos cómo enfrentarlo y prevenirlo. Es normal sentir un poco de temor, pero se pasa cuando se sabe que se está en la capacidad de evitar el contagio y que se puede seguir prestando un buen servicio. Servicio que es agradecido al ver la recuperación de los pacientes”.
Ellos tres, al igual que millones de médicos y enfermeras en el mundo, siempre han cumplido con una labor admirable a la hora de prestar su atención profesional a los pacientes, pero en este momento tan difícil para la humanidad es cuando su labor se torna mucho más valiosa porque ahora es cuando más en riesgo están poniendo su vida para poder ayudar a todas las personas que requieren de su servicio. Y a pesar de que cualquiera de sus pacientes puede ser un posible caso de riesgo, se les sigue brindando una atención respetuosa y profesional; por lo que hoy se llevan el título de héroes, porque a pesar de estar agotados y en riesgo, siempre dan lo mejor de sí mismos para atender a sus pacientes.