Investigadores de la UdeA descubren una nueva especie de chicharra y amplían el conocimiento sobre la biodiversidad colombiana

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Un equipo de entomólogos de la Universidad de Antioquia ha logrado un avance significativo en el estudio de la biodiversidad colombiana al descubrir una nueva especie de chicharra y documentar la presencia de otra previamente registrada solo en Ecuador. Estos hallazgos resaltan la riqueza biológica del país y subrayan la importancia de continuar explorando sus ecosistemas menos estudiados.​

Durante una expedición en los bosques húmedos del piedemonte andino, específicamente en la localidad de Cachipay, municipio de Santa María, Boyacá, los investigadores encontraron un ejemplar cuya morfología y patrones de coloración diferían de las especies conocidas. Tras análisis detallados en laboratorio, se confirmó que se trataba de una nueva especie de chicharra, denominada Abana colombiana. Este descubrimiento fue publicado en la revista científica Zootaxa. ​

Jefferson Sauceda, entomólogo y autor principal del estudio, expresó: “Cuando encontramos el primer ejemplar en Boyacá, sabíamos que estábamos frente a algo especial. Su morfología presentaba diferencias sutiles, pero claves, con respecto a las especies conocidas del género Abana”. ​

Además de Abana colombiana, los científicos registraron por primera vez en Colombia la presencia de Abana tissa, una especie previamente documentada solo en Ecuador. Este hallazgo amplía su rango geográfico y plantea interrogantes sobre su dispersión y adaptación a diferentes condiciones ecológicas. ​

El género Abana ha sido poco estudiado en Colombia, en parte debido a la escasez de especialistas en la familia Cicadellidae, a la que pertenece. Esta familia es una de las más diversas del planeta, lo que resalta la relevancia de estos descubrimientos. ​

La identificación de Abana colombiana presentó desafíos taxonómicos considerables. En entomología, la identificación de especies suele basarse en la morfología genital de los machos; sin embargo, en el género Abana, estas estructuras son extremadamente similares entre especies. Para superar esta dificultad, los investigadores recurrieron a análisis genéticos que confirmaron su identidad como una especie única. ​

Estos descubrimientos no solo enriquecen el conocimiento taxonómico, sino que también podrían tener implicaciones en la agricultura. Algunas especies de cicadélidos son vectores de bacterias y virus que afectan cultivos, lo que subraya la importancia de comprender su diversidad y ecología para evaluar su impacto y desarrollar estrategias de manejo efectivas. ​

El hallazgo de Abana tissa en Colombia trajo consigo otra sorpresa: se identificaron dos formas de la especie con diferencias en su coloración, una de ellas de tonos azulados, lo que sugiere un proceso inicial de especiación. Aunque inicialmente se pensó que se trataba de una nueva especie, análisis de ADN revelaron que ambas formas pertenecen a la misma especie, abriendo nuevas líneas de investigación sobre la evolución y adaptación de estos insectos. ​

Estos descubrimientos refuerzan el estatus de Colombia como uno de los países más biodiversos del mundo y destacan la importancia de continuar explorando y conservando sus ecosistemas. Cada nueva especie descubierta es un recordatorio de lo mucho que aún desconocemos de nuestra naturaleza y de la necesidad de protegerla.

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