La ciencia lo confirma: los animales no solo generan bienestar emocional, sino que también tienen un impacto clínico real en la salud. Diversos estudios internacionales han demostrado que la terapia asistida con animales contribuye a reducir el dolor, la ansiedad y el estrés en pacientes hospitalizados, al tiempo que estimula la movilidad, la fuerza muscular y la coordinación. Con este respaldo científico, el Hospital San Vicente Fundación Medellín y la Fundación Huellas Sanadoras consolidaron un programa único en Colombia: la implementación de terapias asistidas con perros en la Unidad de Quemados, tanto pediátrica como de adultos.
El proyecto nació en 2020, en plena pandemia de COVID-19, cuando ambas instituciones unieron esfuerzos para acompañar emocionalmente al personal de salud en medio de la crisis. El éxito de esa experiencia inicial llevó a expandir la iniciativa hacia pacientes hospitalizados, hasta transformarse en un programa estructurado que hoy combina el acompañamiento emocional con objetivos de rehabilitación física.
“Con la terapia asistida por animales logramos sanar más allá de la piel. Estos terapeutas de cuatro patas generan un vínculo emocional que reduce el dolor, motiva a realizar movimientos con sentido terapéutico y devuelve esperanza en medio de un proceso difícil”, explica Liliana María Arango, fisioterapeuta del Hospital.
En la Unidad de Quemados los resultados han sido evidentes. Pacientes que se resistían a caminar por el dolor han dado sus primeros pasos motivados por los perros, y otros han recuperado movilidad en sus manos al peinarlos o jugar con ellos. Cada actividad tiene un propósito terapéutico y se desarrolla bajo estrictos protocolos de bioseguridad, que incluyen evitar cualquier contacto con heridas y garantizar la seguridad tanto del paciente como del animal.
El impacto es integral: los pacientes muestran avances más rápidos en sus procesos de recuperación, las familias encuentran un espacio de esperanza y el equipo de salud percibe mayor disposición y colaboración en las terapias, reduciendo así la carga emocional propia de un entorno hospitalario de alta complejidad.
Para la doctora Carolina Escobar, fundadora y presidenta de la Fundación Huellas Sanadoras, este programa es una muestra de transformación social: “Ser los primeros en Colombia en implementar la terapia asistida con animales en una unidad de quemados demuestra que nuestro propósito puede cambiar realidades. Ya vemos resultados medibles como menor uso de analgésicos, tiempos más cortos de recuperación y un impacto positivo en el estado físico y emocional de quienes participan”.
La preparación de los binomios (perro y guía voluntario) es rigurosa. Los animales reciben entrenamiento avanzado para interpretar señales de estrés y responder adecuadamente en las sesiones. Además, la Fundación evalúa de forma continua la idoneidad de cada perro y la calidad del vínculo con su guía, evitando que la participación sea forzada. Para los voluntarios, la experiencia también es transformadora, pues al brindar bienestar reciben a su vez un beneficio emocional que muchos describen como una sanación compartida.
Este programa pionero representa un paso adelante en la humanización de la atención hospitalaria en Colombia. Más allá de la innovación clínica, demuestra que la recuperación va más allá de los procedimientos médicos: requiere también del bienestar emocional y de la fuerza de los vínculos humanos y animales. Con esta estrategia, el Hospital San Vicente Fundación Medellín reafirma su compromiso con la Quíntuple Meta internacional, que busca fortalecer la calidad en salud, la experiencia del paciente, el bienestar del personal, la equidad y la sostenibilidad del sistema.
Con los perros como aliados, hoy los pacientes quemados del hospital no solo recuperan movilidad, sino también esperanza.