Aguas Claras, la planta de tratamiento de aguas residuales más grande y moderna del país

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  • Con la planta no solo se contribuye al saneamiento del río Aburrá-Medellín, también se aporta al cuidado de los demás ríos principales de Colombia

 

  • El costo total del proyecto fue $1,6 billones, con financiación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por USD450 millones

 

  • Con sus plantas San Fernando y Aguas Claras, EPM ya trata en promedio el 84% de las aguas residuales del área metropolitana del Valle de Aburrá

 

  • Desde el inicio de su construcción, la planta ha generado 10.593 empleos

 

El sueño compartido de los habitantes del Valle de Aburrá de recuperar el río Aburrá-Medellín da un importante paso, con la inauguración este martes 4 de junio de la Planta de Tratamiento Aguas Claras EPM, una de las más modernas de América Latina por la avanzada tecnología que emplea y la más grande de su tipo en Colombia.

 El Gerente General de EPM, Jorge Londoño De la Cuesta, indicó que “con la entrada en operación de Aguas Claras, unida a la Planta San Fernando de EPM, estamos recolectando en promedio el 84% de las aguas residuales del Valle de Aburrá para tratarlas, así evitamos que lleguen al río Aburrá-Medellín más de 140 toneladas diarias de materia orgánica, equivalentes a lo que pueden transportar 10 tractomulas con carga completa. Nuestra empresa contribuye con este trabajo a elevar el nivel de oxígeno disuelto en el río a un promedio de 5 mg/l (cinco miligramos por litro), característica de los ríos descontaminados”.

 Desde su concepción, la Planta de Tratamiento Aguas Claras es un proyecto sostenible, enfocado no solo en la construcción de infraestructura para el saneamiento del río Aburrá-Medellín, sino también en generar desarrollos urbanísticos y paisajísticos para la comunidad. “La recuperación del río permite que sus riberas se puedan destinar a desarrollos urbanísticos y espacios para la recreación y parques lineales, tal como sucede actualmente en el trayecto ya saneado del río”, destacó Londoño De la Cuesta.

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 EPM, comprometida con el cuidado del ambiente

EPM lleva en su ADN el cuidado del ambiente, como una manera de contribuir al desarrollo y al bienestar de la comunidad. Un legado para las generaciones de hoy y de mañana que la empresa materializa con el cuidado de las cuencas, los bosques y las quebradas, así como la calidad del aire.

En este sueño, la empresa ha trabajado de manera permanente en el saneamiento de las aguas residuales en el área metropolitana del Valle de Aburrá, para lo cual ha construido cerca de 4.600 kilómetros de redes de alcantarillado que conducen las aguas residuales usadas en hogares, comercios e industrias hasta sus dos plantas de tratamiento.

 La primera de estas plantas fue San Fernando, ubicada en el municipio de Itagüí, al sur del Valle de Aburrá, en operación desde 2000. Con San Fernando se inició la primera etapa del programa del saneamiento del río Medellín. En esta fase se logró la disminución de los niveles de contaminación del río, se recuperaron sus riberas y se mejoró la calidad de vida de la gente. Prueba de ello, es que el sistema de transporte masivo metro tiene gran parte de su recorrido por la margen del río, las ciclorrutas se realizan en las vías laterales, se han hecho importantes desarrollos urbanísticos y grandes empresas del país han fundado sus sedes en terrenos aledaños.

 La segunda planta es Aguas Claras, localizada en el municipio de Bello, al norte del Valle de Aburra. En su diseño se eligieron tecnologías avanzadas, como el sistema de secado térmico para el tratamiento de los biosólidos, que arroja beneficios ambientales y una alta eficiencia en su transporte y disposición final. El biosólido seco puede ser aprovechado para la agricultura, la recuperación de los suelos, como materia prima para la construcción y como combustible de bajo poder calórico.

 Una gigante verde

Con la operación de Aguas Claras, todos los habitantes del área metropolitana obtienen beneficios ambientales, así como las poblaciones ubicadas aguas abajo de la planta. De esta forma, no solo se trata el río Medellín, se aporta a los demás ríos principales de Colombia.

 Las obras civiles de Aguas Claras estuvieron a cargo del consorcio hispano-coreano Aguas de Aburrá HHA, integrado por las firmas coreanas Hyundai Engineering and Construction Co. Ltd., Hyundai Engineering Co. Ltd., y por la española Acciona Agua. La interventoría corrió por cuenta de la Unión Temporal Nippon Koei Sedic. La operación de la planta está a cargo del consorcio Aguas de Aburrá HHA hasta el 19 de octubre de 2019. Después de esta fecha la operación será asumida por Aguas Nacionales, filial del Grupo EPM.

 

Aguas Claras está conformado por cinco componentes:

 Interceptor Norte del río Medellín:comprendió el diseño y la construcción de tubería de gran diámetro (2,2 metros y 2,4 metros) para recolectar y transportar las aguas residuales hasta Aguas Claras.

 Planta de tratamiento:su capacidad de tratamiento promedio es de 5,0 metros cúbicos por segundo. A ella llegan las aguas residuales provenientes de los municipios de Medellín y Bello, de una población aproximada de 2.200.000 habitantes.

 Ramales colectores:se trata de la conexión de los colectores del sector comprendido entre Moravia-Caribe en Medellín y Niquía en Bello, al Interceptor Norte del río Medellín.

 Secado térmico de biosólidos:este proceso se realiza por medio de un sistema de cogeneración, con el cual se retira la humedad de aproximadamente 400 toneladas diarias de biosólidos provenientes de las plantas San Fernando y Aguas Claras, los cuales llegan con una humedad promedio del 71%.

 Unidad de Vida Articulada, UVA Aguas Claras:cuenta con cerca de cuatro hectáreas abiertas para el aprendizaje y la recreación de la ciudadanía. Se trata de un espacio lúdico, educativo y abierto a la comunidad, que invita a las personas a volver su mirada al río como articulador del territorio.

 

Para saber más sobre Aguas Claras…

 En sus procesos de tratamiento, Aguas Claras puede autogenerar entre el 30% y el 80% de la energía que consume, incluyendo la generación por parte del secado térmico. Así, hace un manejo eficiente de la energía que requiere para operar, con lo que esto representa para el cuidado del ambiente y la sostenibilidad.

 Tanto San Fernando como Aguas Claras hacen tratamiento de lodos activados.

 Con la planta de secado térmico se optimiza la disposición final de biosólidos.

 Contribuye al aprovechamiento del agua del río Aburrá-Medellín para usos industriales.

 La compensación forestal incluyó la siembra de cerca de 12.000 árboles en la zona.

 Para la construcción de la planta se hizo constante rescate y reubicación de fauna.

 El proyecto tuvo un componente educativo como parte de la compensación forestal.

 Más de 4.000 personas han hecho parte de las visitas experienciales a la planta.

 La Planta de Tratamiento Aguas Claras EPM es una contribución al cuidado del agua, elemento vital que une a la sociedad, que representa el progreso en constante movimiento y que busca aportar a un futuro mejor para la comunidad, la región, el país y el planeta.

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