-Para ver la región con otros ojos-
Por Mario Augusto Arroyave
El proceso de transformación que vive la región genera mucha inquietud entre la ciudadanía y por supuesto es el tema de conversaciones cada vez que aparece un síntoma que afecta la cotidianidad y que contrasta con la otrora tranquilidad y sosiego de nuestros pueblos. Quizá es ya sólo reminiscencia el ambiente tradicional y calmo cuando hoy es creciente el caos en la movilidad, el incremento poblacional, la inseguridad, la aparición de grandes edificaciones y la expansión urbana.
Ante esto es necesario el compromiso y la voluntad política para enfrentar con máxima responsabilidad el reto de un desarrollo que ofrezca condiciones dignas para todos los habitantes y de respeto con los recursos naturales. Si pretendemos construir visión regional, cada uno de nosotros debe contribuir entendiendo el papel que tenemos en el ejercicio solidario de la cultura ciudadana y el sentido de pertenencia. Contemplar y apreciar cada uno de los valores patrimoniales, la protección de la memoria, hablar positivamente y actuar propositivamente.
Es el objetivo de esta sección, proponer una mirada a la región con ojos sensibles, con optimismo y orgullo por el privilegio que tenemos de vivir en El Oriente y para conocernos mejor.
San Vicente Ferrer
Sobre una imponente colina se levantó la zona urbana de San Vicente Ferrer y desde su cima, caprichosamente las empinadas calles serpentean entre casas de construcción tradicional que cada día se transforman y modernizan quedando ya pocas tapias y escasos solares. Nuevos barrios y algunos edificios han aparecido en los últimos años dejando atrás la bucólica y sosegada cotidianidad de los sanvicentinos.
Su cercanía con la autopista, la vecindad con el municipio de Concepción, la vocación turística y de recreo de su zona rural que toca buena parte del embalse de Guatapé, va dando lugar a un nuevo paisaje y a otros usos del suelo. Sorprende al visitante la profusión de nuevas construcciones en su zona rural.
La piedra de Peñolcito, vecina del peñón de Guatapé, el cerro Morrito y el Valle de Corrientes son algunos de los hermosos atractivos turísticos de San Vicente.
Guarne
Dramática por decir lo menos, es la transformación que vive actualmente “La puerta del Oriente”. Es tal vez el municipio que siente con mayor rigor la cercanía con Medellín convertido en un “pueblo dormitorio”, con una enorme zona industrial a lo largo de la autopista donde hacen presencia reconocidas empresas. Enormes edificios hacen parte del paisaje del pueblo comunero que conserva interesantes tradiciones como el transporte en los típicos y vistosos buses escalera hacia Rionegro y algunas veredas, al igual que el singular fenómeno de los chiveros, los famosos “dayatsus” en una cantidad y estado que enorgullece al gremio transportador y que han servido a la población durante muchos años.
En educación, el programa “Guarne pa´la U” es una novedosa convocatoria que la administración municipal realiza dirigida a quienes hayan realizado el bachillerato o al menos cursado los últimos 4 años de bachillerato en una institución educativa del Municipio. Se cierra el 27 de febrero.
La Ceja del Tambo
Con una privilegiada ubicación y paisaje, La Ceja del Tambo es un referente del fenómeno que los especialistas en desarrollo territorial llaman gentrificación. Hoy en el municipio se abren las puertas de grandes centros comerciales, se instalan nuevos puntos semaforizados y se extiende la oferta de vivienda en diferentes modalidades como parcelaciones, urbanizaciones y edificios que ya se disputan el protagonismo con el tradicional verdor de su horizonte y montañas aledañas como el cerro Capiro o el Corcovado.
Se apresta el municipio a transformar el parque principal, lo que representa el mayor reto para que la administración municipal haga historia entregando una remodelación a la altura de un pueblo orgulloso de la preciosa arquitectura que exhibe y los elementos ornamentales y escultóricos allí dispuestos. La recomendación, sin duda, priorizar el espacio peatonal, proteger el patrimonio y descontaminar visualmente el lugar reglamentando el uso de avisos publicitarios.
La Ceja tiene hoy alrededor de 54.000 habitantes de los cuales -según el DANE-, el 37% nació en otro municipio.