Científicos de primera fila cuestionan la mascarilla obligatoria al aire libre y con distancia
Cada vez son más los expertos de primera línea que cuestionan estas medidas contradictorias, como el epidemiólogo Marc Lipsitch, director del Centro de Dinámicas de las Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Harvard (EE UU).
Las principales autoridades sanitarias mundiales recalcan que lo esencial es protegerse en los interiores
“Llevar puesta la mascarilla al aire libre y metérsela en el bolsillo al entrar en un bar es como llevar puesto el casco para caminar y quitárselo para montar en moto”, dice uno de los expertos.
Sin embargo, esa paradoja es habitual, con normativas que imponen la mascarilla al aire libre, pero hacen excepciones en los interiores de restaurantes y oficinas.
“Generalmente soy muy radical en la defensa de las normas con un beneficio claro, pero ponerse la mascarilla al aire libre tiene costos importantes y realmente no hay evidencias de sus beneficios”, advirtió Marc Lipsitch.
El coronavirus se transmite de manera predominante por el aire, a través de aerosoles que se acumulan como un humo invisible al hablar o toser, según expuso un equipo científico e incidían en las soluciones: evitar los interiores compartidos con personas no convivientes, aumentar la ventilación, utilizar mascarillas bien ajustadas dentro de los locales y reducir los aforos.
Greenhalgh es tajante: “Al aire libre solo es necesario ponerse la mascarilla cuando hacemos ejercicio extenuante, por ejemplo al correr, si pasamos muy cerca de otras personas, por ejemplo en una acera”. La investigadora sugiere guardar una distancia respetuosa.
Bazant, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, recalca que “los contagios al aire libre han sido extremadamente infrecuentes, incluso al principio de la pandemia, cuando nadie llevaba mascarillas”.