En el silencio de los bosques del Oriente Antioqueño, donde la humedad acaricia las hojas y el sol juega entre las ramas, las orquídeas florecen con la elegancia de quienes conocen su valor. Estas joyas de la naturaleza, que encierran la riqueza de un país y la fragilidad de un ecosistema, tienen una historia que contar cada 22 de noviembre, Día Nacional de la Orquídea.

Colombia, con su biodiversidad sin igual, alberga cerca de 4.000 especies de orquídeas, lo que la posiciona como líder mundial. Pero, como lamenta Ana María Ceballos, Jefa de la Oficina de Gestión de la Biodiversidad de Cornare, esta abundancia contrasta con la poca conciencia que se tiene sobre su cuidado:
“Siendo el país más rico en biodiversidad de orquídeas, somos un país que desconoce mucho estas flores”.

Foto colección personal.

En la jurisdicción de Cornare, se han registrado 344 especies, de las cuales, al menos el 12% están en riesgo de desaparecer. Una cifra que podría ser aún mayor. Entre ellas se encuentra una especie emblemática, endémica de Colombia y, más aún, del Oriente Antioqueño. Su distribución limitada en un área pequeña la convierte en un tesoro que Cornare busca proteger mediante su propagación y reintroducción en ecosistemas naturales.

Las orquídeas no solo son hermosas, sino también únicas. Su anatomía es fascinante: sus órganos sexuales se encuentran en la misma flor, y su polen, encapsulado en masas compactas, depende de polinizadores para dispersarse. “Al cuidar a las orquídeas, también estamos cuidando a los polinizadores”, explica Ceballos.

Esta Orquídea es un emblema del Oriente antioqueño, solo habita en una pequeña fracción de nuestra región. Foto colección personal.

Sin embargo, su mayor amenaza no proviene de la naturaleza, sino de las acciones humanas. La deforestación y la extracción inadecuada las ponen en peligro. Muchas veces, arrancarlas de su hábitat significa condenarlas a morir, mientras que adquirirlas en viveros, donde se cultivan de manera sostenible, puede ser una alternativa que preserva su existencia.

El mensaje es claro: las orquídeas necesitan que las admiremos desde la prudencia, que las protejamos desde el conocimiento y que las celebremos con la misma delicadeza que exigen sus pétalos. En el Oriente Antioqueño, la apuesta por su conservación no es solo una tarea ambiental, sino un acto de amor hacia la vida misma.

Debemos aprovechar este día nacional de las Orquídeas para recordar la importancia de estas flores en nuestra región. Foto colección personal.

Este Día Nacional de la Orquídea, mientras las montañas respiran su fragancia y las pequeñas flores alzan su voz silenciosa, recordemos que cada una de ellas es una historia que debemos proteger. Por ellas, por sus polinizadores, y por los bosques que aún guardan su belleza intacta.

Loading

Comentarios