El Carmen de Viboral protagonista en el cierre de la edición número 30 de Colombiamoda

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Una gran asistencia tuvo el desfile de cierre de Colombiamoda que siempre promete ser de los mejores de la feria y este caso no fue la excepción, los diseñadores sorprendieron por ofrecer un trabajo integral en el que la escenografía jugó un papel importante.

La pasarela estaba ambientada con grandes ejemplares de cerámica como jarrones y tinajas en colores tierra, amarillo y rojo, que conservaron espacios entre sí, para después ser completados por las modelos.

Se trató de todo un escenario como si fuese un museo de antropología adaptado para que los asistentes se transportaran en un recorrido artístico.

La música del folclor latinoamericano que amenizó la presentación, hizo tributo a los artesanos que con el tiempo resisten a las inclemencias de las innovaciones y conservan la tradición que se expresa a través de sus manos, para seguir elaborando artesanías que marcan un antecedente histórico e identitario. Todo un espacio místico y llamativo se llevó la atención completa, dado es el caso de la puesta en escena de las modelos que formaron un performance en el que se destacó a través de las prendas, maquillaje y accesorios, el proceso por el que pasa la escultura antes de su resultado final.

Momentos de la colección

Una pasarela seccionada en colores y estilos fue la que hizo referencia a esta elaboración artística por medio de cuatro etapas.

En ‘ráquira’, la primera sección del desfile, los diseñadores quisieron hacer alusión en cada una de las prendas a la transformación que sufre el barro con el agua.

‘Chamba’ se denominó el segundo ciclo inspirado en el contacto de las piezas con el fuego y en ‘Guajira’ se destacó el colorido y las grafías.

El cuarto momento fue ‘Novias’, en el que se desfilaron trajes pintados a mano por artesanos de El Carmen de Viboral y la etapa final se denominó ‘El Carmen’.

Esta se destacó por presentar prendas blancas intervenidas con grafías propias del lugar al que le hacen homenaje.

De esta manera, se hizo tributo a las esculturas precolombinas a través de cada uno de los diseños que hicieron lucir a las modelos como mujeres fuertes, empoderadas y orgullosas de sus raíces.

Cabe resaltar que las narigueras, collares y aretes complementaron los looks compuestos por colores terracotas, rosas pálidos, negros y grises.

Fueron estilos pensados en la elegancia y comodidad que resaltan la figura de la mujer, exaltan su belleza y pueden ser usados en diferentes situaciones.

Fuente: El Nuevo Día

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