La comunidad del corregimiento de Corrientes, en San Vicente Ferrer, volvió a encender las alarmas por el crítico estado de la carretera que los conecta con la zona urbana del municipio. Según residentes y conductores, el deterioro es tan grave que a diario se pone en riesgo la vida de quienes deben transitar por la vía. Los habitantes denuncian que los vehículos deben detenerse para que pasajeros —incluso adultos mayores y niños— bajen en los tramos más peligrosos, donde hay huecos profundos y zonas totalmente inestables. Aun así, los conductores se ven obligados a maniobrar entre grietas y hundimientos para continuar su ruta.

“Ya no es solo incomodidad, es miedo. Todos los días arriesgamos la vida”, expresó uno de los transportadores que moviliza cerca de 150 personas, entre ellas unos 40 estudiantes que viajan al casco urbano para estudiar. El conductor asegura que la situación lleva más de un año sin recibir atención. A esta problemática se suman dos fallas geológicas que avanzan por efecto de las fuertes lluvias. El punto más delicado se encuentra entre Corrientes y El Carmelo, donde un nuevo deslizamiento amenaza con cerrar completamente el paso. Otro sector crítico se ubica cerca del centro comunitario de El Carmelo, donde el terreno continúa cediendo.

El daño también afecta infraestructura esencial: el acueducto comunitario ha sufrido rupturas debido al deslizamiento del barranco, dejando a varias familias sin servicio. Aunque la comunidad ha solicitado apoyo institucional en repetidas ocasiones, aseguran que no han recibido soluciones definitivas. Los líderes señalan que, según información divulgada por autoridades locales, ya existirían recursos asignados para la intervención de la vía, pero en el terreno no se observan avances. “No entendemos cómo, si ya hay dinero, seguimos expuestos a que pase una tragedia”, reclamaron. La Secretaría de Infraestructura Departamental ha intentado brindar acompañamiento, pese a tratarse de una vía terciaria; sin embargo, no existe un compromiso concreto para atender la emergencia.

El llamado ahora es urgente: las comunidades de Corrientes, El Carmelo, Potrerito, Piedra Gorda, Guamal y Dispensas piden presencia inmediata de las autoridades, evaluación técnica de los riesgos y un plan de intervención que garantice movilidad, seguridad y la continuidad del acueducto. La situación se da en un contexto preocupante para Antioquia: 121 de los 125 municipios presentan riesgo por deslizamientos, con 42 en alerta roja, 61 en alerta naranja y 18 en alerta amarilla, según reportes recientes.

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