Hacerse donante de órganos es salvar vidas

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Para una persona que goza de buena salud es difícil comprender el dolor, ansiedad e impotencia que sufre un paciente que se encuentra en lista de espera de donación de un órgano o de un tejido. Según el Sistema Nacional de Información en Donación y Trasplantes, para el cierre del año 2021, se registran 3.106 pacientes en lista de espera, para quienes el trasplante se ha convertido en su única alternativa para salvar su vida o mejorar su salud. Para quienes hacen parte de esa larga lista el tiempo pasa lento, viviendo a la merced de un acto voluntario de cualquier persona que quiera donar.

Muchos, nunca logran llegar al día del trasplante. A pesar de que los números de donantes han aumentado consecutivamente para 2021 la Secretaría Seccional de Salud de Antioquia (regional numero 2) prende las alarmas frente al poco crecimiento que esta práctica desinteresada ha tenido en el departamento de Antioquia. Frente a esta problemática se han evidenciado dos razones que impiden seguir salvando muchas más vidas: el primero tiene que ver con que esta práctica se ha centrado en las grandes ciudades, de donde se recibe la mayor cantidad de donantes.

Según la doctora Juliana Buitrago Jaramillo, cirujana de trasplantes de la Unidad de Trasplante de Órganos Abdominales de la Clínica SOMER, “las ciudades principales son privilegiadas, pero el resto del país sigue muy en el olvido. Las personas no se registran como donantes y muchos no se enteran de los procesos de sensibilización que adelantan las IPS en la región”, afirma Buitrago Jaramillo.

La segunda problemática para aumentar los números de trasplante de órganos tiene que ver con la oposición de la familia del ser fallecido, ya sea por concepciones religiosas, mitos asociados a la donación, o falta de información. Para hacer frente a esta problemática, la Unidad de Trasplante de Órganos Abdominales de la Clínica SOMER de Rionegro cuenta con especialistas altamente calificados entre los que se cuentan: Cirujanos de Trasplante de Órganos, Anestesiólogo Cardiovascular y de Trasplantes, Nefrólogo de Trasplante, Hepatólogo de Trasplantes, Instrumentadores Quirúrgicos, Enfermeros de Trasplante y Nutricionista con amplia experiencia en trasplantes, así como una infraestructura y talento humano que ha permitido casos exitosos en el Oriente antiqueño y el país.

A la fecha, la Clínica SOMER, ha realizado un total de 57 trasplantes de riñón y 9 trasplantes de hígado. En el territorio nacional se realizan todos los tipos de trasplantes que, en la actualidad, han demostrado su eficacia y seguridad, tanto de órganos (riñón, corazón, pulmón, páncreas, hígado e intestino), como de tejidos (córneas, válvulas cardíacas, vasos sanguíneos, osteomuscular (huesos y tendones), piel o membrana amniótica), o células madre hematopoyéticas (médula ósea, cordón umbilical o sangre periférica).

En Colombia, hasta septiembre de 2021, según el Instituto Nacional de Salud, se han obtenido 188 donantes de órganos y 977 donantes de tejidos; se han realizado 660 trasplantes de órganos con donante vivo o cadavérico; 515 con donante cadavérico y 145 con donante vivo. De estos, alrededor de 347 fueron realizados por la regional numero 2, que abarca los departamentos de Antioquia, Caldas, Chocó, Córdoba, San Andrés y Providencia.
La donación es un acto voluntario y desinteresado de cualquier persona que da algo sin esperar nada a cambio con el cual pueden beneficiar más de 55 personas donando los órganos y tejidos después de fallecer. No hay límite de edad para ser donante de órganos y tejidos.

La Clínica SOMER cuenta con alta calidad en Trasplante de órganos abdominales en Antioquia

A pesar de haber consolidado el grupo que profesionales que dirige la unidad de trasplante de órganos abdominales de la clínica SOMER hace un poco más de tres años, esta unidad ha arrojado excelentes resultados, con la más alta calidad y el talento humano necesario para atender integralmente tanto al donante como al receptor en todas las etapas del proceso.

Según Juliana Buitrago Jaramillo, “a la fecha llevamos 57 trasplantes renales y 9 trasplantes de páncreas, con excelentes resultados. Esta es una unidad que maneja 5 líneas estratégicas de desarrollo, pero le apuesta a todo, no solo a los resultados en cuanto a calidad de la atención en salud y calidad de los resultados en trasplante, sino también a la humanización y la atención integral del paciente”.

Si bien esta unidad inició con trasplante de riñones e hígado, la experiencia adquirida, en conjunto con los profesionales que hacen parte de esta unidad, lograron que rápidamente pudieran habilitar para el 2022 el programa de trasplante de páncreas. Un trasplante muy importante para pacientes que han nacido con enfermedades como diabetes tipo 1, una enfermedad crónica que va deteriorando la salud progresivamente.

La donación en todos sus procesos tiene un registro detallado y una trazabilidad de cada una de las variables, manejado por una red centralizada del Instituto Nacional de Salud. En Colombia se establecieron los criterios de muerte cerebrales desde el año 1989, siendo uno de los primeros países en el mundo en adoptar esa legislación. En el año 2004 se creó la Red Nacional de Trasplantes y, mediante decretos, se implementó esta práctica a lo largo de los años y se ha venido perfeccionando mediante comisiones qué hacen los diferentes grupos de trasplantes del país.

Es de resaltar que todos los grupos de trasplantes en Colombia, incluyendo a la clínica SOMER, no pueden funcionar como una rueda suelta. Estos grupos tienen que seguir los criterios de la Red Nacional de Trasplantes, y seguimiento del Instituto Nacional de Salud, a la cabeza del Ministerio de Salud y Protección Social. Es decir, todos estos procesos están regulados y fuertemente vigilados.

Según el cirujano de trasplante, Álvaro Guerra Solarte, “tanto los donantes como los receptores en listas de espera de trasplantes están plenamente registrados. Existe una trazabilidad que registra quién fue el donante, dónde se originó, a quién se le asignó, y qué institución hizo el trasplante. Si por ejemplo el órgano no se usó por cuestiones médicas, la cadena de custodia debe determinar por medio de un profesional que certifica efectivamente por qué este órgano no se utilizó para efecto de trasplante y, entonces, se descarta, se incinera. Es importante que toda la comunidad entienda que los trasplantes son procesos plenamente regulados en Colombia”.

La desinformación y mitos relacionados que impiden la donación, ¿cómo combatirlos?

Si bien muchos de los donantes enlistados actualmente en Colombia realizaron este proceso de manera voluntaria, muchas veces, después del fallecimiento, la familia impide la donación de órganos por desconocimiento de que la persona fallecida así lo había querido.

Según los especialistas del Grupo de Trasplantes es muy importante que estas conversaciones se estén generando en los hogares, y de esa manera expresar el libre deseo de donar los órganos después del fallecimiento.

Entre los mitos asociados a la donación de órganos en Colombia se encuentran el temor por parte de los familiares a una posible desfiguración del cadáver. Actualmente las unidades adscritas a la Red Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos cuentan con profesionales capaces de hacer una extracción siguiendo parámetros de alta calidad sin alterar el cadáver para que la familia pueda seguir con los servicios funerarios.

Ante la entrada en vigor de la ley 1805 de 2016, la cual convierte a todos los colombianos en donantes de órganos y tejidos a no ser que en vida manifiesten lo contrario, el Ministerio de Salud y Protección Social expidió una circular que especifica los mecanismos para que los ciudadanos que no lo deseen puedan expresar su voluntad.
Otro de los mitos asociados a esta práctica, y que cada día cobra más fuerza entre la sociedad, tiene que ver con la creencia de que el receptor de órganos pueda desarrollar sensaciones, sentimientos, pensamientos, conductas o algunas características del donante. Según muchos profesionales, esto es completamente falso. “Una problemática que estamos evidenciando últimamente tiene que ver con las producciones audiovisuales que, supuestamente, se basan en hechos reales, pero caricaturizan la donación de órganos lo cual aumenta el miedo entre las personas que consumen estas producciones”, asegura el cirujano de trasplante, Álvaro Guerra Solarte.

Vivos y muertos pueden salvar vidas

Los pacientes que llegan a la Clínica SOMER con el interés de hacer parte del programa de trasplante de órganos reciben una atención integral en todas las etapas del proceso.

El protocolo pre-trasplante en la Clínica SOMER es sumamente efectivo dado que este centro hospitalario cuenta con todos los servicios integrados. Al ser una clínica de alta complejidad, esta cuenta con todos los servicios que el receptor requieren. Después de finalizar el proceso pre-trasplante con sus respectivos exámenes y valoraciones por los diferentes profesionales, las cuales incluyen también una valoración psicosocial, se realiza una junta con todos los especialistas de la unidad en donde se logra evaluar las condiciones del receptor y si es apto para recibir un trasplante. Una vez aprobado por la unidad de trasplante, el receptor entra en una lista de espera.

Pero los trasplantes siempre van a depender grandemente de la generosidad de las personas, de la comunidad en querer donar. Sin donante no hay trasplante. Después de que una persona fallece, se abre una luz de esperanza para darle vida a las muchas personas que están en esa lista de espera. En Colombia cada día y medio se muere una persona en lista de espera porque no llegó el órgano necesario para el trasplante.

Con los donantes cadavéricos, si el fallecido nunca presentó una oposición a la donación, y si sus familiares lo aprueban, la unidad de trasplantes de la Clínica SOMER puede iniciar el proceso de donación en cualquier departamento o municipio perteneciente al regional número 2.

“Entonces nosotros vamos a donde esté la persona fallecida, eso significa trasladar a todo el equipo, lo cual requiere una logística bastante grande. Cualquier institución que considera tener un buen equipo de trasplante debe entender que la logística es mayor”, asegura Juliana Buitrago Jaramillo.

De igual manera, se realiza un acompañamiento profesional, psicológico y espiritual con la familia, hasta que pueda entregarse el cadáver. Si la familia se opone a la donación, se entrega el cadáver para que la familia pueda seguir con los procesos exequiales.

Una vez lograda la donación, la unidad regresa a Rionegro e inician el proceso de trasplante. “Mientras nosotros estamos haciendo la extracción de los órganos, un equipo de la Clínica SOMER se contacta con los receptores para iniciar el traslado y preparación de los receptores”, afirma Buitrago Jaramillo.
Este proceso se realiza teniendo en cuenta criterios técnicos y científicos. Siguiendo los criterios de asignación que han sido definidos por el Instituto Nacional de Salud, los cuales son de obligatorio cumplimiento y, por supuesto, la Clínica respeta.

“Son criterios médicos exclusivamente porque ese donante tiene que ser compatible con el receptor; debe tener el mismo grupo sanguíneo, ser compatible físicamente, en tamaño, compatible genéticamente. Es decir, son muchos factores, pero son exclusivamente factores médicos. Aquí no hay rosca, aquí la plata no da prioridad, ni ser familiar del político, o la influencia; eso aquí no funciona porque el órgano tiene que ser compatible y se respeta el turno en la lista de espera.

Al momento en que un paciente entra a la lista de espera, entra haciendo colita. El primero en la lista es quien tiene la prioridad”, concluye Buitrago Jaramillo.

La Clínica SOMER de Rionegro tiene a disposición de la comunidad en general, un equipo multidisciplinario, con alta experiencia en trasplante de órganos, y programa integral que va desde la previa realización y evaluación de estudios especializados que buscan identificar al paciente apto para recibir un trasplante de donante vivo o donante fallecido, hasta el momento del trasplante; aumentando de esta forma las posibilidades de éxito; adicionalmente, se ofrece un acompañamiento a estas personas en estrecho seguimiento para lograr que este nuevo riñón se adapte y funcione adecuadamente por muchos años.

Algunas estadísticas

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