Las dos caras “El Creador”

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Comunicador, Presentador, y actor son las tres facetas que caracterizan a Diego Gonzalez, que a pesar de ser un joven, ha tenido experiencias de grandes llegando a ser capaz además de dar vida en su propio cuerpo a alguien más.

Diego Gonzalez es el encargado de dar vida a Don Tertulio y aunque asegura que son personas completamente diferentes, encarna de corazón a este personaje que ha llenado de alegría su vida, de oportunidades y de sensibilidad.

A sus 30 años este hombre es oriundo de Rionegro, pero que vive en Marinilla; Estudió actuación y presentación de televisión en la Escuela de Talentos Efraín Arce Aragón de la ciudad de Medellín, actualmente es estudiante comunicación social de la Universidad católica de Oriente.

Es presentador de televisión, eventos sociales y empresariales. En este campo dio el primer paso en el Canal CNC de Rionegro quien le abrió las puertas para enfrentarse por primera vez a las cámaras y ser reconocido en la pantalla chica como conductor del noticiero del Canal, al cual hoy agradece porque le permitió abrirse a un campo más amplio donde la versatilidad no encuentra límites.

Un universo emocionante donde los formatos son infinitos y enriquecen el conocimiento de un Diego que se proyecta hacer lo que le apasiona de la mejor manera. En el año 2011 Diego inicia a hacer parte del equipo de trabajo de “Tertuliando” un programa de carácter cultural del Oriente, transmitido en varios canales comunitarios y subregionales. Éste proyecto televisivo ha crecido hasta tal punto de llegar al canal regional Cosmovisión, donde se abre la ventana para que el mensaje de “Tertuliando” llegue a mas rincones del país y del mundo. Este reconocido Magazín también hizo presencia en los Estados unidos en la ciudad de Hollywood florida como único medio nacional cubriendo el evento homenaje a Colombia el 20 de julio del año 2013 y donde por su parte también hizo presencia don Tertulio llevando sus ocurrencias al exterior Esta es entonces la vida de dos personas que viven en un solo cuerpo, uno desaparece mientras el otro entra en escena,

poniendo en contraste realidad y ficción pero llevando mensajes complementarios que buscan ser ejemplos de vida donde la persistencia y el trabajo arduo se encuentran en un mismo sitio y los construyen.

El caso es que el mensaje de ambos es claro, mostrar las raíces antioqueñas, el montañero que llevamos por dentro, el campesino que tenemos emprendedor, pujante y luchador que desde diferentes perspectivas reafirman que cada uno forja su propio destino, que hay gente que trabaja al sol y al agua y supera sus necesidades rompiendo paradigmas que plantean una vida mejor.

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