Después de estudiar la vida de más de cien parcelas, utilizando datos de largo plazo, científicos revelaron que desde 1980, las fuertes sequías, temperaturas más altas y niveles más altos de dióxido de carbono han afectado el crecimiento de algunas especies.
No es un secreto que el cambio climático altera la composición de las especies, en este caso, de los árboles amazónicos. Estos individuos, oriundos de la selva tropical, se transforman gracias a los efectos de este fenómeno. Sin embargo, acaban de descubrir investigadores internacionales, esos cambios no están sucediendo lo bastante rápido y las condiciones de sus entornos, que suelen llegar a altas temperaturas, estarían afectándolos más de lo que se pensaba.
Ese el resultado del estudio de un equipo de más de 100 científicos ha evaluado el impacto del calentamiento global en miles de especies de árboles en todo el Amazonas para descubrir a los ganadores y perdedores de los 30 años de cambio climático. El equipo, liderado por la Universidad de Leeds, en Reino Unido, en colaboración con más de 30 instituciones de todo el mundo, utilizó registros a largo plazo de más de 100 parcelas como parte de la Red de Inventarios de la Selva Amazónica(RAINFOR) para rastrear las vidas de árboles individuales en toda la región amazónica.
Sus resultados encontraron que, desde la década de 1980, los efectos del cambio ambiental global (sequías más fuertes, temperaturas más altas y niveles más altos de dióxido de carbono en la atmósfera) han afectado lentamente al crecimiento y la mortalidad de especies de árboles específicos.
En particular, el estudio, publicado en ‘Global Change Biology’, encontró que las especies de árboles más amantes de la humedad están muriendo con más frecuencia que otras especies y los árboles que se adaptan a climas más secos no se pudieron reemplazar.
“La respuesta del ecosistema se está quedando por detrás de la tasa del cambio climático. Los datos nos mostraron que las sequías que afectaron a la cuenca del Amazonas en las últimas décadas tuvieron graves consecuencias para la composición del bosque, con mayor mortalidad en las especies de árboles más vulnerables a las sequías y un crecimiento compensatorio insuficiente en las especies mejor equipadas para sobrevivir en condiciones más secas”, señala la autora principal, Adriane Esquivel Muelbert, de la Escuela de Geografía de Leeds.
Las especies del dosel de los bosques ganan a las más pequeñas
El equipo también encontró que los árboles más grandes, sobre todo especies que predominan en los niveles superiores de los bosques (dosel), están superando a las plantas más pequeñas. Las observaciones del equipo confirman la creencia de que las especies de dosel serían “ganadoras” del cambio climático, ya que se benefician del aumento del dióxido de carbono, lo que les permite crecer más rápidamente.
Esto sugiere además que las concentraciones más altas de dióxido de carbono también tienen un impacto directo en la composición de la selva tropical y la dinámica de los bosques, la forma en que los bosques crecen, mueren y cambian. Además, el estudio muestra que los árboles pioneros, los árboles que brotan rápidamente y crecen en los huecos que quedan cuando mueren los árboles, se están beneficiando de la aceleración de la dinámica forestal.
El coautor del estudio, Oliver Phillips, profesor de Ecología Tropical en Leeds y fundador de la Red RAINFOR, dice que “el aumento de algunos árboles pioneros, como la Cecropia de crecimiento extremadamente rápido, es consistente con los cambios observados en la dinámica forestal, que también pueden, en última instancia, ser impulsados por el aumento de los niveles de dióxido de carbono”.
Por su parte, el doctor Kyle Dexter, de la Universidad de Edimburgo y coautor del estudio, apunta que “el impacto del cambio climático en las comunidades forestales tiene consecuencias importantes para la biodiversidad de la selva tropical”. “Las especies más vulnerables a las sequías tienen un doble riesgo, ya que son las que están restringidas a menos ubicaciones en el corazón del Amazonas, lo que hace que sean más propensas a extinguirse si este proceso continúa”, añade.
En resumen, los hallazgos resaltan la necesidad de medidas estrictas para proteger las selvas intactas existentes. “Se sabe que la deforestación para la agricultura y la ganadería intensifica las sequías en esta región, lo que está agravando los efectos que ya está causando el cambio climático global”, advierte Dexter.