La historia de los chiveros de El Carmen de Viboral que fueron asesinados como resultado de la expansión criminal de grupos armados en el Oriente antioqueño, es una historia que, a pesar de no ser olvidada, no se había contado. José Arnoldo Gómez aun no olvida a sus compañeros de trabajo, aquellos con los que compartía un tinto mientras esperaban un nuevo viaje con rumbo a La Chapa, Campo Alegre, o cualquiera de las más de 57 veredas del municipio; aquellos que fueron vilmente asesinados por diferentes actores armados, entre 1995 y 2005.
El pasado 30 de agosto, en la Casa de la Cultura de la localidad se hizo la presentación del documental ‘Los Queridos’, esta pieza cinematográfica cuenta la historia de Joaquín Emilio Arboleda López, popularmente conocido como ‘el querido’, pero es también la historia de los más de 55 trasportadores veredales que fueron víctimas del conflicto armado en esta región del departamento.
Según el informe sobre conflicto armado en el Oriente antioqueño, publicado por Conciudadania, la llegada de las extintas FARC al territorio “ocurrió a partir del desplazamiento de algunas de sus tropas provenientes del Urabá antioqueño; a través del Frente 9, con presencia en los municipios de San Carlos, San Luis, San Rafael, Cocorná, Concepción y Alejandría; y posteriormente la entrada del Frente 47 con presencia en los municipios de Sonsón, Argelia, Nariño y algunos límites entre San Francisco con la región del Magdalena Medio”.
Para la década de 1980, estas situaciones terminaron por materializarse en una fuerte confrontación entre las guerrillas de las FARC y el ELN como consecuencia de la persecución militar contra los frentes Carlos Alirio Buitrago y Bernardo López Arroyave del ELN, según lo afirma el Centro Nacional de Memoria Histórica.
Entre 1996 y 1997, la conformación de grupos paramilitares, como las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio (ACMM), refuerzan su expansión hacia el Oriente antioqueño con los frentes José Luis Zuluaga y Héroes de El Prodigio, al mando de alias McGiver y alias Terror, respectivamente, ubicándose por el corregimiento La Danta, de Sonsón. Desde allí lograron llegar a la cabecera del municipio y a los pueblos vecinos de Argelia y Nariño; así como en al municipio de El Carmen de Viboral penetrando por la región de los cañones y haciendo presencia en el casco urbano.
Para Alba Lucía Gómez, carmelitana e investigadora de Conciudadania, el recrudecimiento de la guerra llega mucho después por el control territorial y la intervención de múltiples actores en el territorio: guerrillas, frentes paramilitares y actores del Estado.
“Los chiveros como los llamamos nosotros, era un transporte inter-veredal para movilizar personas, para transporte de insumos agrícolas, de insumos de las tiendas que surtían de lo producido en el campo y los mercados del área urbana. Pero a principio de los noventa empieza la confrontación armada y la pelea por el poder territorial, y empieza la disputa entre paramilitares y los grupos que ya estaban instalados. Es así como comienza la desconfianza, las sospechas y la imposibilidad de los transportadores de poderse mover libremente por el territorio. Ya se tenían que cuidar porque no sabían si se podía llevar a una persona o no por sospecha de pertenecer a un grupo u otro” afirma Gómez.
Ahí, en medio de esa disputa por el control territorial fue donde los transportadores veredales (conocidos como ‘chiveros’) pagaron con sangre una cuota impuesta en silencio por los grupos armados que se disputaban el control de la región. Les costó su vida el querer continuar trabajando sin mirar quien necesitara del servicio. La historia de las vidas perdidas no se ha borrado de la memoria de aquellos que los recuerdan: madres, esposas, hijos, hijas, vecinos y amigos. Pero sus historias no se habían contado, y sus nombres no podían quedar en silencio.
El grupo Hacemos Memoria llegó en 2018 a El Carmen de Viboral con el propósito de generar procesos de memoria colectiva entre aquellos que sobrevivieron a las épocas más fuertes de la guerra en la región. Si bien los trabajos de este grupo ya habían comenzado en otros municipios, donde se realizaron documentales, líneas de tiempo y procesos de aprendizaje con la comunidad, en esta localidad buscaron aliados que les permitieran acercarse a las víctimas y construir, entre todos, productos que permitieran dar a conocer, no solo la historia de los crímenes, sino identificar y honrar la memoria de sus seres.
Según Lina María Martínez Mejía, investigadora de Hacemos Memoria y quien participó desde el comienzo del proyecto, “la idea de iniciar este proceso fue inicialmente formativo, pero que luego se desarrolló en producciones y documentos que sirvieron para relatar y documentar las vivencias de guerra en los sobrevivientes. La comunidad de El Carmen de Viboral nos recibió muy bien, muy dispuestos. Iniciamos en 2018 teniendo reuniones con cada uno de los participantes y grupos que iban a ser parte, y finalmente logramos armar un grupo sólido en el que participó el Instituto de Cultura del municipio así como el canal de televisión local, en este se fueron vinculando sobre todo periodistas que hacían parte del noticiero, también jóvenes del colectivo Antorcha y algunos miembros de la comunidad que no tenían vínculo particular con ninguna organización sino que simplemente estaban interesados en el tema; y también nos apoyó Conciudadanía, ellos por su cuenta durante muchos años hicieron también procesos de memoria y de investigación sobre el conflicto armado entonces tenían un material muy valioso que estaban dispuestos a poner al servicio del trabajo que queríamos hacer”.
A su vez, Víctor Casas, coordinador de Hacemos Memoria, contó que la metodología utilizada para el desarrollo del documental se dio gracias a la construcción participativa. Contrario a lo acostumbrado por periodistas, ellos llegaron al territorio a construir con la comunidad, a empoderarlos en cada decisión necesaria, a escuchar las historias que relataban las víctimas para decidir qué historias se contaran creando equipos de trabajo y, entre todos construyeron el formato del documental, personajes y narrativa con el que contó finalmente ‘Los Queridos’.
“Nosotros como periodistas muchas veces estamos acostumbrados a contar de determinada manera las historias. Casi siempre nos acercamos a desarrollar una idea ya establecida. Pero cuando se hace periodismo participativo hay que dejar un poco el ego y sacar de la balanza nuestros intereses como periodistas para mejor contar los intereses que tiene la comunidad”, afirma Casas.
“La historia de los chiveros creo que también fue un descubrimiento para la misma comunidad, porque fue por medio del diálogo que ellos mismos lograron dimensionar la importancia de estos personajes en la vida diaria del municipio y que, en realidad, sí hubo un gran número de personas afectadas. Fue por medio de los muchos talleres, entrevistas y datos sobre ese tema que descubrimos que el sector de los conductores fue un sector muy afectado en el oriente, pero en general en El Carmen.”, dice.
Para Edwin Ferney Correa Álvarez, sicólogo y magister en ciencia política, y quien trabaja en el Instituto de Cultura de El Carmen de Viboral, entender la historia asociada con las víctimas y conflicto armado presente en el municipio ha sido como una carta de navegación desde el plan municipal de cultura en su eje estratégico.
“Digamos que el Instituto tuvo una preocupación cuando nos planteamos unas acciones concretas frente al tema de la memoria histórica del conflicto, pues, y en general, sobre la memoria del municipio. Creo que de ahí en el instituto de cultura desde el 2016 trata como horizonte la reflexión de estos temas”, asegura Correa Álvarez. Es así como se crearon espacios como ‘Cátedra abierta’; un escenario de reconocimiento y búsqueda de recuperación de la memoria colectiva a través de la reconquista del diálogo y la palabra.
Construir desde la paz es uno de los compromisos que organizaciones como Hacemos Memoria y Conciudadania trabajan en municipios del oriente antioqueño. Allí se encargan de la construcción de memoria colectiva, esclarecimiento de la verdad y realización de procesos formativos que ayuden a las víctimas en procesos de superación del conflicto.
Se espera que para el próximo año el grupo de Hacemos Memoria haga la presentación de un nuevo proceso en El Carmen de Viboral, en compañía del Instituto de Cultura de El Carmen de Viboral y con la Universidad de Antioquia con la cual se pretende desarrollar una línea de tiempo de hechos de violencia y violaciones de derechos humanos. Se propone una cronología que le permita a las personas de El Carmen de Viboral saber qué pasó, cuando pasó, a quienes les pasó y en dónde pasó.
Por Jean Carlos Severiche con información de Hacemos Memoria