La misión estuvo clara desde el principio: “rodolfizar” a Colombia para llevar al empresario Rodolfo Hernández a la Casa de Nariño. Y, aunque era un candidato poco conocido, su red de apoyo logró lo impensable y lo condujo a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
La caravanas de “rodolfistas” en carros y motos han recorrido el país suramericano, convirtiéndose en lo más idiosincrásico de esta red de voluntarios articulados y organizados a distintos niveles, coordinados por redes sociales, para llevar un “voz a voz que crece como la espuma”.
EFE
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