A dos horas y media de Rionegro se encuentra el municipio de Concepción, localizado en la subregión Oriente del departamento de Antioquia. El municipio posee una extensión de 167 kilómetros cuadrados, lleno de sitios turísticos, guayaba y mucha paz.
En el parque de este bello municipio, mirando la iglesia La Inmaculada Concepción a mano derecha, se encuentra un local que por fuera no llama mucho la atención, pues es de puertas de color café oscuro y no tiene mucha diferencia a los demás locales del parque principal, pero cuando entras, ves el local más hermoso de allí, está lleno de recuerdos, momentos inolvidables del país y de Concepción, de herramientas o artículos antiguos llenos de memorias; un negocio del cual vive doña Gabriela Aguilar y la historia de Concepción.
Gabriela Aguilar de Valencia, es una señora trabajadora, pujante como muchas de este municipio, amable y generosa como todos los habitantes de LA CONCHA, ella es de aquellas mujeres con la que cualquier persona le gustaría conversar, sabe mucho de donde vive y nos relató una historia que uno creería que es un cuento, por su forma de contar y la manera tan particular que salvaron la iglesia de Concepción.
La Iglesia
Hace unos años el padre de la iglesia de este municipio, Humberto Hincapié, notó que los años había deteriorado la estructura de la iglesia, construida en 1770, y decidió aprovechar que a Concepción lo habían declarado “bien de interés cultural del ámbito nacional”, mediante la resolución 1617 de noviembre de 1999, e intentó gestionar algunos recursos.
El 6 de junio de 1860 en el municipio de Concepción, una mujer decidió ceder el terreno donde estaba la iglesia de la localidad.“Nepomucena Osorio otorga escritura de donación a favor de la cofradía de las ánimas i de Nuestro Amo colocado en esta iglesia”, es uno de los apartes de la escritura 16 del 6 de junio de ese año, de cuatro páginas, precedida por un hombre de apellido Naranjo que oficiaba como secretario de la Corporación Municipal.
“El párroco fue al Ministerio de Cultura para solicitar un auxilio que le sirviera para reparar el templo y allá le exigieron que presentara un documento donde se estableciera la titularidad del bien inmueble, y dijo que él era el representante de las ánimas y de nuestro amo. No obtuvo una buena respuesta y, un poquito preocupado, me preguntó ‘¿qué se podía hacer?’ Le dije que podíamos demandar en un proceso de pertenencia, a los que figuraban como dueños y empezamos ese proceso”, relata el abogado Ramón Alcides Valencia Aguilar, aclarando que nunca se pudo establecer que la asociación de las ánimas y nuestro amo, fuera alguna corporación o entidad de la época.
151 años después
El 27 de Mayo de 2011 ante el Juzgado Primero Civil del Circuito de Rionegro, el abogado Ramón Alcides Valencia Aguilar, en representación de la parroquia La Inmaculada Concepción, ubicada en este municipio, crea una demanda a la congregación de las ánimas y a nuestro señor y a personas indeterminadas. El 26 de junio de 2011, es publicado un aviso de posición judicial, que informaba: “Demandante: Parroquia La Inmaculada Concepción. Demandado: La congregación de las ánimas y nuestro amo y personas que figuren como propietarios… Se advierte a los emplazados que si no comparecen a este juzgado a notificarse del que admite demanda de mayo 27 del 2011, dentro de los 15 días siguientes a la publicación de este requerimiento, se le nombrará un curador Ad-Litem, con quien se surtirá la notificación”, (Publicado en el periódico El Colombiano).
Después de haber pasado los 15 días, nadie se presentó o identificó como las ánimas, nuestro amo o propietario del terreno, así que se presentó ante el juzgado. “No aparecieron y se pudo ganar el auxilio que venía de la Nación para organizar la iglesia, para que perteneciera al pueblo se debía plantear esa demanda. La demanda la hizo el párroco Humberto Hincapié, esperando que aparecieran las ánimas del purgatorio” dice Doña Gabriela Aguilar, habitante del municipio de Concepción.
Las almas y el Dios eran legalmente propietarios de la iglesia y habían sido demandados porque para poder invertir recursos públicos en ella, tenía que haber una figura jurídica palpable. “El abogado y el sacerdote tenían que demandar para poder que el terreno y el inmueble quedara a nombre de la parroquia. Cuando se realizó el juicio, lógicamente las ánimas no se presentaron ni mandaron ningún representante, entonces el abogado ganó la demanda”, explica Gustavo Alonso López, alcalde del municipio de Concepción.
Escrituras nuevas
“Un proyecto con valor de $406’000.000 y en la actualidad tenemos otro proyecto presentado, una segunda fase, por $550’000.000”, especifica el alcalde.
El Juzgado Primero Civil del Circuito de Rionegro, en 20 de septiembre de 2012 mediante la sentencia 0151 de 2012, accede a las pretensiones del demandante, dejando sin lo que hace 155 años, le otorgó Nepomucena Osorio a seres en los que, seguramente, creía con mucha fe.