Una familia emprendedora echada “pa’ lante”, el mejor ejemplo de un antioqueño, vivía en Puerto Venus, en Nariño-Antioquia. En aquel entonces, en ese recóndito lugar de nuestra región no había “nada”, ninguna entidad bancaria. Ellos manejaban prácticamente la economía de la región, gracias a una distribuidora muy grande, que a base de esfuerzos y sacrificios habían logrado construir, ellos eran asediados por la guerrilla de las FARC, y como habían pescas milagrosas, atracos, se tuvieron que ingeniar la forma de trasladar sus ingresos y no perder todo en mano de estos.
“Empezamos a camuflar el dinero en los bultos de arroz o de panela, y así, para poderla sacar de allá porque no había entidad bancaria” Mariela Toro Zuluaga
El señor Javier empezó a servirle a toda la comunidad, no solamente a los campesinos sino también al Ejército, a la Policía, a los maestros. Porque debido a su negocio se convirtió en un corresponsal no Bancario de Bancafé
“En ese entonces no había ejército, no había nada, pero cuando el ejército o la policía llegaba, allá no había donde recibir las mesadas. Javier les pagaba a la Policía, le pagaba de acuerdo a la nómina que mandaran y el Gobierno le consignaba a Javier. Entonces, así nosotros nos librábamos de sacar la plata y de perderla y con eso el pagaba deudas en la mayoritaria que era donde surtíamos” cuenta con angustia la señora Mariela.
Su actividad nunca se consideró captación ilegal de dinero, tampoco lavado de activos, lo que hacía el señor Javier era un servicio a la comunidad, tanto así que ni siquiera cobraba las transacciones de efectivo. Además, ningún banco podía llegar a lo más recóndito de nuestra Región, Puerto Venus.
Por infortunio, o simplemente porque estamos en Colombia donde impera otro mundo gobernado por el hampa; a la cuenta de Javier empezaron a consignar dinero mal habido. Los campesinos de Pácora y Aguadas Caldas estaban siendo extorsionados y ellos consignaban el dinero a esa cuenta.
“Resulta que a campesinos de Pacoras y Aguadas, empezaron a extorsionarlos, nunca llegaron cuentas como para uno alarmarse. Eran cuentas de un millón, dos millones, las cuentas no eran muy subidas. Extorsionaban a estos campesinos y como Rojas que es el responsable directo de estas extorsiones; como Rojas manejaba la región, él era el que manejaba la situación allá, entonces Rojas mandaba un campesino “Vaya dígale a don Javier que le van a mandar esta plata” sin que uno supiera, el campesino “Ve don Javier, una platica que me pusieron de Aguadas, una platica que me pusieron de Pácora” Javier constataba en el sistema, ¡ah si aquí está! Y le entregaba su plata” narra Mariela Toro Zuluaga
Pedro Pablo Montoya, alias “Rojas”, el guerrillero; ese que le corto la mano a su comandante, Iván Ríos, para reclamar la suma de 5 mil millones de pesos, de los cuales le dieron 800 millones. Dinero que jamás tuvo en sus manos, porque el gobierno los uso para reparar a las víctimas. Rojas el comandante del frente 47 de las FARC, era quien estaba extorsionando a los campesinos y pidiéndoles que consignaran la plata a través de la cuenta de este hombre.
“Entonces ese era el tejemaneje, las extorsiones pasaban por las puertas de Javier, sin Javier darse cuenta pero, jamás nos quedamos con ningún peso, jamás. De hecho, usted sabe, es claro para el mundo entero, si usted se le queda con un peso a las FARC o a las autodefensas, lo que sea, usted muere”. Cuenta con dolor Mariela Toro
Por estos actos delictivos; el fiscal, Mariano Ospina, le imputó cargos por extorsión y enriquecimiento ilícito. Incluso, se le acusó de ser un colaborador de las FARC. El juez, Néstor Jairo Hincapié, falló en contra del señor Javier Cadavid, quién no quiso declararse culpable, condenándolo a 23 años de prisión por el delito de Extorsión en concurso con enriquecimiento ilícito.
Lo particular del fallo, y lo que inquieta tanto a la Familia Cadavid Toro, es que ninguno de los testigos de la fiscalía señaló al señor Javier Cadavid, incluso los propios guerrilleros de las FARC han dicho, que el señor Cadavid no tiene nada que ver con los actos delictivos. La misma Elda Neyis Mosquera, alias “Karina”, aseguró que el señor Cadavid no pertenece a la FARC, incluso, le pidió perdón, en las audiencias a la familia, porque las FARC les robaron y les saquearon su central de abastecimiento. Además, con respecto al enriquecimiento ilícito, “Karina” dice que la “organización” lo hubiese matado, donde el tipo se quedará con algún dinero.
“En las audiencias no hay un solo extorsionado que señale a Javier, ninguno, todo mundo dice a ese señor no lo conozco. A mí me quitó la plata Rojas. Otro dice, a mí me extorsionó “Karina”. O sea todos hablan de lo que les hizo el cuarenta y siete frente de las FARC, que nosotros no tenemos nada que ver”. Asegura Mariela Toro Zuluaga
“En muchas audiencias, “Karina” como gestora de paz y nueve o diez reinsertados más que están postulados en justicia y paz, han dicho que ese señor no tiene nada que ver. En palabras textuales de Karina: “donde ese señor se hubiera quedado con un peso de la organización, ese señor no estaba en una cárcel, a ese señor hace años lo había matado las Farc y lo habían tirado al rio como hacíamos con todos””
Incluso para demostrar la inocencia de su esposo, la señora Mariela consiguió cartas certificadas de la mayoría de las fuerzas armadas de Colombia, donde ninguno de estos identifica a Javier Cadavid como un colaborador de los terroristas.
“Yo le pedí a la policía de Antioquia, al Ejército Nacional, a la Cuarta Brigada; que si en las listas que ellos tenían de los vinculados a las Farc, el nombre de Javier Cadavid Palacio y unánimemente, tengo las cartas de las respuestas, que no aparece en ninguna parte. Lo que yo quiero saber es: si el Ejercito, si la Policía, si el pueblo entero ha dicho ese señor es inocente, si la misma guerrilla está diciendo Javier es inocente y no hay una prueba, es que no hay una prueba, por qué Javier no puede salir libre”
Después de varios años en la prisión de Manizales, en el 2014 la familia Cadavid, después de hablar con múltiples personas, sobre quienes se reserva su identidad, logró trasladar al señor Javier a la cárcel de Itagüí, donde tuvo que pagar 2 millones de pesos para poder tener una celda.
“En Manizales es deplorable todo, lo que se vivía en Manizales esa miseria, esa cárcel, ese desorden, ese mugrero, eso era horrible. Pero Itagüí si es muy distinto a las otras cárceles. Por lo menos Javier tiene un cuchitril de dos o tres metros, pero que le hace. Cuando él llegó allá, un policía ya iba a salir y le dijo; hermano yo tengo una habitación, pues, para vender y la compró en dos millones de pesos. Pero que importa, eso es horrible, horrible. En Manizales, en un cuarto que no es el baño mío, siquiera, habitaban 6 personas.
Mariela Toro Zuluaga luego de invertir lo poco que les quedaba en múltiples abogados, enviaron una carta a la Comisión de Derechos Humanos del Senado de la Republica, dirigida al funcionario Juan Pablo Porras, con todo el material probatorio, los testimonios de los campesinos extorsionados, las cartas de la Fuerzas Armadas, 53 entrevistas hechas a los campesinos y más de 700 firmas recogidas en el corregimiento de Puerto Venus, en pro de la liberación del señor Cadavid. El caso de su esposo ha vuelto a resurgir.
“Enviamos una carta a Juan Pablo Porras, a la Comisión de Derechos humanos del Senado, le presentamos todo y se apersonó del caso y Fue a la Fiscalía, Procuraduría Y Defensoría del Pueblo para que investigaran que es lo que pasaba. Gracias a esto el caso se empezó a mover otra vez y el juez y el fiscal que nos han hecho tanto daño están siendo investigados”. Narra con esperanza reflejada en sus ojos, Mariela.
Ahora la familia está a la espera de las declaraciones de Alias Rojas, el cual se ha unido al proceso de Justicia y Paz, incluso la familia ha sido reconocida como víctima del conflicto, bastante paradójico ser víctima y a la vez victimario. Se espera que con esto el señor Javier quede en libertad y vuelva a estar con sus seres queridos
“Así como presionaron a Javier, son muchos los colombianos presionados por las autoridades y terminan reconociendo delitos que no cometieron” Mariela Toro Zuluaga