EL ESTRÉS LABORAL: LA ENFERMEDAD DEL SIGLO XXI

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El trabajo es una de las áreas de desarrollo más importantes en el ser humano, pues aparte de constituirse en  un medio de supervivencia económica personal y familiar, genera otros beneficios como: experimentar satisfacción por los logros alcanzados, fortalecer la autoestima, incrementar las relaciones interpersonales y el status social, ejercer la profesión, entre otros. Sin embargo, todas las variables que rodean el alcance de estos objetivos pueden convertirse en un generador de altos niveles de estrés, que manejados inadecuadamente derivan en problemas que afectan la salud física y psicológica del trabajador y en consecuencia la productividad y la estabilidad económica de la empresa.

Pero, ¿qué es el estrés laboral?

Es una saturación física y mental, que poco a poco va incapacitando a la persona para desarrollar sus actividades laborales y personales de una manera adecuada y optima, por lo tanto va ocasionado un desgaste físico, mental y emocional que puede generar el desencadenamiento de enfermedades orgánicas graves tales como cefaleas crónicas, problemas coronarios, acné, sudoración excesiva, hipertensión entre otras  y síntomas psicológicos importantes como ansiedad, depresión, ataques de pánico, dificultades de pareja, disfunciones sexuales, irritabilidad, etc. Como vemos, es mucho más que una palabra de moda que se ha incluido en nuestro vocabulario para denotar el cansancio o el agotamiento, este síntoma afecta realmente nuestras funciones cerebrales y nuestro desempeño en la vida.

Dentro de los estudios realizados a nivel mundial, el estrés, ha sido categorizado en el segundo lugar del ranking de problemas de salud en el trabajo y se estima que entre el 50% y el 60% del ausentismo laboral está dado por esta causa.  Según el último Estudio sobre Salud Mental del Ministerio de Salud, el 23% de la población Colombiana padece de estrés. Es decir, alrededor de nueve millones de personas. Y según planteamientos de la OMS (organización mundial de la salud) para el año 2020 la principal enfermedad de la población mundial será la depresión causada por el estrés, superando así al SIDA como una de las enfermedades más letales. Con este panorama, será importante que tanto las instituciones gubernamentales como nosotros mismos, hagamos consciencia y podamos adoptar conductas preventivas, que puedan favorecer nuestra expectativa de vida y hacer de nuestro trabajo una manera de aferrarnos a la misma y no a la muerte.

¿Qué podemos hacer para prevenir el estrés?

Existen muchas estrategias que nos pueden ayudar a prevenir el estrés, una de las principales, es podernos hacer conscientes que este síntoma existe y que nosotros podemos llegar a padecerlo, entonces, es asumir una actitud responsable con nosotros mismos. A continuación te brindo otras estrategias que pueden complementar este proceso preventivo:

  1. Practica alguna actividad física: Realizar ejercicio físico, ayuda a relajarse y a relacionarse con amigos o familiares. Sirve para liberar tensiones corporales, disminuir los niveles de cortisol (hormona del estrés) y favorecer la producción de endorfinas (la hormona de la tranquilidad y la felicidad) y alejar los pensamientos negativos que pueden incrementar el estrés.
  2. Regálate espacios de descanso: Dormir suficiente. Disfrutar de las vacaciones y los fines de semana como tiempo de ocio, y desconectarse de los problemas del trabajo cuando acabe la jornada laboral.
  3. La dieta antiestrés: Hay que evitar sobrecargar el organismo con digestiones pesadas. Es conveniente seguir una dieta sana y equilibrada, no abusar del alcohol ni de sustancias energizantes como la cafeína y el cigarrillo. Cuando comas deja tu celular y computador a un lado, para que ese tiempo solo sea dedicado a la alimentación.
  4. Relaciones con los demás: Reforzar las conductas positivas con las personas del entorno e intentar corregir las negativas. Rodéate de personas que te brinden afecto, confianza, compañía, buenos consejos y sean apoyo en el momento de los problemas, esto es, Construir redes de apoyo sanas y positivas.
  5. Fortalece tu autoestima: Es bueno quererse y tratarse bien. Si se ha hecho bien una cosa, felicitarse por ello y, si se ha fallado, reconocer que en ese caso no se ha actuado correctamente e intentar rectificar los errores, sin culpabilidades ni pensamientos negativos sobre uno mismo. Refuerza tu autoestima. Quiérete a ti mismo, cuida la salud, tú eres la persona más importante.

 

Paula Andrea Restrepo Arango

Psicóloga Universidad de San Buenaventura.

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