Erika Botero sigue rompiendo fronteras con el ciclismo

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Erika Botero de 21 años, es una joven ciclista profesional nacida en el municipio de La Unión, Antioquia. Desde los 9 comenzó a entrenar y su futuro como deportista es prometedor.

“El apoyo familiar ha sido incondicional, desde que dije que quería comenzar en el ciclismo mi familia me ha brindando todo el apoyo y ese ha sido mi motor para día a día salir adelante y en los pequeños momentos difíciles siempre han estado y ellos han sido el impulso más grande que he tenido”, expresa la ciclista, Erika Botero.

Ha sido varias veces campeona, ganando títulos como en la Vuelta del Futuro en 2017 y 2018, ese último año en el que quedó en la posición 12 en el Mundial de Austria.

“12 años de entrenamiento, donde siempre he tenido la cabeza en saber y decir que yo puedo y soy capaz, acompañada de la dedicación y disciplina con la responsabilidad de cumplir con mis obligaciones de día a día. Entrenar, una buena alimentación, un masaje, una proteína, y he podido saber que se puede llegar a competir en grandes competencias tanto a nivel nacional como internacional”. menciona.

Para ella todas las competencias son un reto que requieren un buen estado físico y un entrenamiento fuerte. “Creo que decir cuál es el logro más importante para mí, es bastante duro, porque cada carrera que hago me marca. Uno de las más bonitas para este año, fue cerrar los juegos Panamericanos con dos medallas, también lograr ser selección Colombia, por primera vez cuando en el campeonato del mundo en el 2018, estar en las Olimpiadas de la Juventud en Buenos Aires, Argentina y otras que me dejan muy satisfecha y con ganas de seguir luchando”.

Sin embargo, todos los procesos tienen sus altos y bajos, y la ciclista no es ajena a esto, asís se refiere al año pasado, el 2020, “Llegar ese virus del covid-19 a nuestras vidas y nosotros estando lejos de la casa, fue bastante duro, porque nos tocó encerrarnos y a pesar de que vivimos bonitos momentos, no tenía noción de lo que iba a suceder, pero bueno fue una época y nos ayudó a reflexionar”.

Para uno ser ciclista profesional nunca puede perder el amor y las ganas de salir adelante, la alegría de ir a entrenar todos los días, también de montarse en una bicicleta que uno sabe que va a sufrir independientemente si uno va suave o duro y de levantarse con más ganas para cumplir este sueño. Esto me motiva siempre a trabajar por estos méritos.

El mensaje para las personas que me ven como un ejemplo a seguir, es que uno con la ilusión de cumplir algo, se puede hacer con dedicación, responsabilidad, perseverancias se pueden alcanzar los sueños independientemente lo duro que sean, pero la motivación no se puede perder.

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