Hacerse donante de órganos, una decisión que salva vidas

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En lo corrido del año 2013 se realizaron 961 trasplantes de órganos en todo el país, teniendo a la cabeza la Regional 2, de la cual hace parte el departamento de Antioquia, con un total de 348 trasplantes. Tristemente al finalizar el año, 1767 personas esperaban por un trasplante de órganos que les permitiera remplazar alguno de los que habían fallado de manera irremediable en su cuerpo. La situación se hace cada vez más difícil para estos pacientes, debido a la falta de sensibilidad que existe actualmente en Colombia con respecto a la donación de órganos, cuya cifra real fue de 329 donantes al finalizar el año; esto sumado a los mitos que se tejen alrededor de este delicado tema, y a los pacientes que semanalmente, ingresan a lista de espera, hacen que cada vez sean más insuficientes los donantes para trasplantes.

Los pacientes que tienen la posibilidad de recibir un nuevo órgano lo hacen de por vida, logrando mejorar su calidad y expectativa de vida, apoyados permanentemente por los medicamentos que facilitan la adaptacion de ese órgano al cuerpo. Para lograrlo el receptor debe pasar por un arduo proceso, primero para ingresar a la lista de espera; y segundo, para que desde la institución hospitalaria se le pueda realizar el procedimiento quirúrgico.

Según el doctor Germán Lenis Duque, Director y cirujano del centro de trasplantes de Centros especializados de San Vicente Fundación, “es importante tener presente que una sola persona puede dar vida a muchas otras, ya Dr.-Germán-Lenis-Duque-(3)que se pueden beneficiar cerca de 55 pacientes; si se parte del hecho de que hay personas que necesitan diferentes tipos de trasplante, ya sea de  órganos o tejidos”.

La consecución de los órganos se realiza siempre mediante el contacto con los familiares de la persona que ha fallecido, pues tanto aquellos que fallecen por muerte violenta o natural que son declarados con muerte cerebral o que han tenido un paro cardíaco pueden ser donantes.

Puntualmente, las personas que fallecen en los rangos de edad entre los 7 días  y los 63 años pueden ser donantes potenciales de órganos y tejidos.

 

Falsos mitos que se han creado alrededor de la donación

“Todas las personas, sin importar su estrato económico, pueden acceder a un trasplante. Aunque en el imaginario popular existe la creencia de que estos procedimientos se hacen únicamente de forma preferencial, con aquellos que poseen la capacidad de comprar un órgano, o que generalmente son destinados a  receptores extranjeros”, agrega el Doctor Lenis Duque; lo que en cifras concretas del Instituto Nacional de Salud, según el último informe de la Red de Donación y Trasplante, presentado en marzo de este año, representa tan sólo el 0.31% del total de los trasplantes en extranjeros; es decir, sólo tres de ellos, uno  realizado en la regional 2.

Para la doctora Claudia Patricia Franco, Coordinadora Operativa de Trasplantes de Centros Especializados de San Vicente Fundación, “socialmente se ha generado una falsa creencia sobre los altos costos y los beneficios Dra.Claudia-Patricia-FRANCOmonetarios que tiene un institución que efectúa un trasplante; lo cual es totalmente errado, si se  tiene en cuenta el costo de la cirugía de trasplante, los medicamentos utilizados para el rescate del órgano y  el proceso postoperatorio o de recuperación del paciente, que en algunas ocasiones llegan a necesitar más tiempo de lo esperado para su recuperación dentro de la entidad hospitalaria.

Cuando es autorizada la donación, el cuerpo queda a disposición del centro hospitalario para iniciar con el análisis del estado real de los órganos y efectuar las pruebas infecciosas que garantizan que el receptor no estará expuesto a la transmisión de alguna enfermedad que se pueda transmitir. “Procedimientos en los cuales en cuerpo del donante no está  expuesto en ningún momento a sufrir alguna deformidad” afirma el Doctor Lenis.

Para poder efectuar un trasplante, y permitirles a las personas que se encuentren en la lista de espera tener la posibilidad de mejorar su calidad de vida,  el protocolo es supremamente estricto, a pesar de los paradigmas que existen  en torno al tema. “Son varias las condiciones para que un  órgano pueda resultar apto para el paciente; primero, en el caso de aquellos que necesitan de un riñón, es necesario que el tipo de sangre sea compatible; en al caso del aquellos que necesitan un nuevo hígado o un corazón, es trascendental que el receptor posea un peso, una talla y un tamaño similar al donante” expresa la Doctora  Claudia Franco.

Lo que en síntesis significa este proceso, es la importancia de la compatibilidad de los pacientes con respecto al donante del órgano, lo cual se determina a partir de la inmunología y la posibilidad de que los genes sean idénticos  a los de este último, reduciendo significativamente la posibilidad de que el cuerpo rechace el órgano. De este modo se desdibuja drásticamente un mito que se ha vuelto común con el paso  de los años, como lo es el hecho de que se puede traficar con órganos y estos pueden servir a cualquier persona que lo necesite.

Con referencia a este tema, tanto el Doctor Lenis como la Doctora Franco,  concuerdan en afirmar que en Colombia no existe ningún registro sobre el tráfico de órganos, ni mucho menos que en otros países como  España, donde se hace común escuchar sobre el comercio de órganos, en el mercado negro, se haya presentado un caso en el cual alguna de las persona haya podido sobrevivir después de haber sido trasplantado de forma clandestina.

En nuestro país, agrega la Doctora, “es mínima la posibilidad de que se presenten estos casos, si se tiene presente que un litro de fondolíquido de preservación que se utiliza para la conservación de los órganos antes del trasplante, resulta bastante costoso; y adicionalmente, para un rescate se utilizan entre nueve y once litros. Y por otro lado, las garantías no están dadas para que por fuera de un hospital se le pueda hacer un estudio riguroso de compatibilidad al órgano, realizar los exámenes pertinentes y  suministrar los medicamentos necesarios.

Todas estas creencias generan la disminución de posibles donantes y por consiguiente, aumenta la posibilidad de que más pacientes mueran estando en lista de espera; aunque el porcentaje no es muy alto. Pero para el doctor Lenis, “no debería morirse ni uno sólo paciente por falta de donantes”, cifra que en el año 2013, según el Instituto Nacional de Salud, ascendió a 83 receptores, diez de ellos en la Regional 2, a la cual está adscrito  Centros Especializados de San Vicente Fundación.

Este tipo de casos generalmente se presentan por la falta de conciencia social  para hacerse donantes, pero principalmente por la pérdida de sensibilidad sobre el tema y el poco trabajo que se ha hecho con los ciudadanos sobre la importancia de donar órganos, lo cual se ve claramente reflejado en el bajo índice de donantes por millón, el cual se redujo un 17, 1% con respecto al año 2012, según el Instituto Nacional de Salud.

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