El convenio BIO, firmado por EPM y la Universidad de Antioquia en 2017, ha permitido descubrir las maravillas naturales de Antioquia, en una iniciativa científica que busca fortalecer la gestión integral de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos mediante la planificación, ejecución y monitoreo de acciones de conservación en las áreas de interés de generación de energía eléctrica de EPM.
De este modo, la Universidad de Antioquia aporta a la producción de conocimiento científico a partir de la implementación de 23 investigaciones en las que ha logrado importantes hallazgos de especies de flora, fauna terrestre e ictiofauna en las zonas de influencia de los embalses Porce II y Porce III, ubicados en el Nordeste antioqueño.
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Para la identificación de estas especies se han realizado monitoreos permanentes utilizando métodos y técnicas no invasivas como cámaras trampa, cortinas de niebla, implementación de códigos de barras de ADN y marcación de individuos.
En el Día Internacional de la Diversidad Biológica, que se celebra el 22 de mayo, ambas instituciones destacan un grupo de especies de flora y fauna terrestre identificadas en el área de influencia de Porce II y Porce III, así:
El pichí o tucancillo collarejo que habita en las zonas de la selva húmeda y bosques secundarios cercanos a las centrales Porce II y Porce III. Esta ave, que puede formar grupos pequeños para vivir en el mismo árbol, se alimenta principalmente de frutas, pero también consume insectos, reptiles pequeños, huevos de aves y otras presas pequeñas; El pacó, una especie de árbol presente en Porce III que recibe su nombre en honor al botánico colombiano Juan María Céspedes. Es polinizada por insectos y sus semillas son dispersadas por el viento. Crece en sitios luminosos, entre los 0 y 2.000 metros sobre el nivel del mar. Además, es usada como ornamento y su madera es empleada para elaborar canoas; El Cedro, árbol que puede alcanzar los 40 metros de altura crece naturalmente en los bosques de los embalses de Porce II, Porce III y Playas. Presenta una abundante floración, con flores suavemente perfumadas, de color crema verdoso. Su madera va del rojo hasta el marrón claro, lo que la hace muy atractiva por lo que sus poblaciones naturales han sido diezmadas por su uso y aprovechamiento.
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Más especies
Otras especies son La Sombra de Nicéforo María, cuyo primer registro se hizo en 2016 en áreas protegidas de Porce III, de la cual no se sabe su fuente de alimento, dados los pocos estudios efectuados. Se conoce que habita en zonas boscosas, recibe su nombre en honor al zoólogo Nicéforo María y ha sido registrada en Antioquia, Caldas y Tolima; El ocelote o tigrillo, un hermoso mamífero está presente en Porce II y Porce III. Con un tamaño de hasta 90 centímetros y un peso promedio de 14,5 kilos. La amplia dieta de este felino está compuesta por otros mamíferos, aves, reptiles, frutas e insectos. Solo abandona su vida solitaria para aparearse en los bosques, manglares y pantanos que habita. El tigrillo es vulnerable a la cacería y a la pérdida de su hábitat; Murciélago espectral, es uno de los murciélagos más raros y grandes del neotrópico y habita en zonas de Porce II y Porce III. Se trata de un depredador, que, a pesar de presentar poblaciones reducidas, tiene una amplia distribución en las zonas boscosas, pastizales y frutales, donde se alimenta de otras especies de murciélagos y un variado tipo de pequeños vertebrados.
La Salamandra Bolitoglossa lozano, es endémica del Magdalena Medio es un espécimen abundante y representativo en Porce III, que es, junto con el Oedipina, los únicos géneros de salamandras en Suramérica. Sus hábitos le permiten llevar una vida nocturna mientras se alimenta de los insectos existentes en los árboles donde residen, los cuales suelen pertenecer a hábitats muy conservados; Pristimantis jaguensis, colorida nueva especie de rana registrada en Porce III. Su poliformia le posibilita poseer los colores rojo, amarillo, anaranjado y verde. Lleva su nombre por la vereda el Jagüe, del municipio de San Rafael, donde fue encontrada por primera vez. Está asociada a coberturas vegetales secundarias como guaduales, cerca de lagunas y bosques intervenidos, pero por ser una especie tan reciente, aún no se tienen estudios sobre su historia de vida o fuente de alimentos.
Adicionalmente, se encuentran hallazgos significativos sobre la ictiofauna de los ríos y embalses, como la identificación de especies de peces migratorias como el Bocachico y el Pataló, las cuales son importantes por ser un recurso pesquero de gran interés en la zona y endémicas de la cuenca del Magdalena – Cauca.
Simultáneamente, la implementación de los códigos de barras de ADN ha sido un avance importante en los procedimientos de monitoreo de especies de peces. Este método de identificación no invasivo, evita la captura y sacrificio, fortaleciendo de esta forma la conservación de especies endémicas, amenazadas o con poblaciones reducidas.