Cruz Helena Hoyos, granadina, tiene una hija con autismo. En diciembre del 2000, después que se agudizara el conflicto armado en Granada, decidió desplazarse. “Salí con sólo algo de ropa para Bogotá a empezar de nuevo. Tres años después tuve a mi hija, y cuando ella tenía cuatro la diagnosticaron con TEA – Trastorno del Espectro Autista-”.
Esta es su historia
Mi familia: somos 5 hermanos, mis papás y una hermana viven en Granada, el único hombre de mi familia vive en Medellín, mis otras dos hermanas y yo vivimos acá en Bogotá. Tengo una niña en condición de autismo de 13 años, cuando tuve a mi hija dejé de trabajar para dedicarme a cuidarla; es muy complejo, difícil sacar un hijo adelante cuando tiene una condición especial; porque se deben afrontar muchas barreras de acceso a sus derechos fundamentales como la salud, educación, socialización.
Es increíble que viviendo en la Capital de Colombia, tengo que luchar para garantizarle a mi hija una vida digna. La población con autismo en Colombia y demás personas en cualquier condición de discapacidad son muy discriminadas, están muy olvidadas por el Estado Colombiano al no garantizarles sus derechos fundamentales; por todo esto me uní con otros papás con hijos en condición de autismo y otras discapacidades para defender sus derechos en cuanto al tema de salud. Mi hija lo es todo para mí, me he convertido en su doctora, abogada y defensora.
Me desplacé en la toma guerrillera del 6 de diciembre del año 2000, cuando las Farc colocaron el carro Bomba. Trabajaba en ese entonces como secretaria de la Corporación Antena Parabólica de Granada. Cuando llegué a Bogotá empecé a trabajar en el Centro en San Victorino, con un señor de Santuario, Antioquia, vendía monturas y gafas de sol al por mayor y detal.
El próximo 10 de diciembre cumplo 16 años viviendo en Bogotá. Mi hermana menor trabaja en San Victorino y mi otra hermana trabaja desde su casa. El proceso de adaptación no ha sido fácil, a pesar de los años, porque vivir en Bogotá no lo tenía planeado en mi proyecto de vida; siempre me imaginé vivir y trabajar en mi pueblo, en mi terruño. Salir así de la noche a la mañana es muy traumático…. Deja muchas heridas que aún no han sanado. Es muy diferente vivir en un pueblito donde conoces casi a todos sus habitantes, donde salía a la hora que quisiera…y donde el ambiente que se respira es muy sano; mientras que aquí en la ciudad tu vida corre a mil por hora, mantienes un nivel de estrés impresionante, siempre corriendo de un lado al otro y donde el tiempo no alcanza para nada; además Bogotá es una de las ciudades más costosas para vivir en Colombia, pero a pesar de todo estoy agradecida con la ciudad, acá he conocido personas maravillosas de las cuáles he aprendido mucho, he encontrado médicos, terapeutas excelentes que me han ayudado a tratar la condición de autismo de mi hija; porque el autismo es muy complejo y cada caso es único, además no se sabe que causa esta condición.
Extraño mucho a Granada, mi pueblo hermoso, mi pueblo soñado, extraño su gente….mi gente; allí nací, crecí, estudié, trabajé; recuerdo tal y como era La Variante, El Ganadero, La Viña, Noches del Recuerdo…….locales comerciales situados en esa zona antes de que la destruyera el carro bomba. En mi mente no está la nueva Variante….Esta es mi Granada y nadie la podrá borrar de mi mente….lindos y hermosos recuerdos.
Su compromiso social es enorme, actualmente viene trabajando con varios padres de familia y de la mano de un grupo de profesionales para luchar por los derechos de esta población, de la cual no se tiene un censo en el país; el drama se agrava por la poco respuesta de las EPS para el apoyo en los tratamientos. Familias de escasos recursos se ven obligadas a enfrentarse en batallas legales para poder obtener ayuda, la tutela se convierte en la herramienta para exigir más apoyo y compromiso.
Conozcamos un poco sobre esta enfermedad: El autismo es un trastorno neurológico complejo que generalmente dura toda la vida. Actualmente se diagnostica con autismo a 1 de cada 68 individuos. Es cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas. El autismo daña la capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros. Los síntomas pueden oscilar desde leves hasta muy severos.
“En mi pueblito hermoso hay personitas con autismo, y otras discapacidades. Acá en Bogotá estoy trabajando duro con un grupo de mamás, médicos, abogados defensores de derechos humanos. Ha sido muy difícil luchar contra las barreras impuestas por el sistema de salud, educación, y demás entidades del Estado Colombiano. Mil gracias por ayudar a sensibilizar, nadie debe ser ajeno a este tema. Un abrazo”
Información de: http://www.desdegranada.com