La lectura como hábito cultural

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Con la excusa de que nuestros niños hagan uso adecuado y creativo de su tiempo libre y que están en proceso de formación es posible hacer de lectura una actividad de gusto libre que les permite crear, actividad propia del humano, y ganar aperturidad a nuevos mundos y posibilidades desde la infancia. Cuando leemos, aprendemos; aprendemos a hacer uso del lenguaje, en nuestro caso del español, idioma tan vasto y hermoso como complicado; aprendemos ortografía, gramática, usos y desusos de nuestras palabras. Las palabras nos dan capacidades, de expresar, de imaginar y de soñar, con las palabras nombramos nuestro mundo y nuestro alrededor, lo entendemos. La lectura nos permite pensar, pensarnos, desde nuestras costumbres y tradiciones y a nosotros mismos y nuestro modo de proceder en el mundo pues nos crea una conciencia activa del mundo en el que vivimos en medida en que contemplando nuevas formas, nuevos mundos, tantas formas de ver la vida, nos educamos, nos regalamos a nosotros mismos nueva vida, mucha vida; nos alejamos de aquellos pensamientos que nos enmarcan y condicionan, la lectura nos permite libertad. Es la iniciación en la lectura un proceso que debe darse desde la temprana edad. En nuestra primera etapa de formación estamos sujetos a absorber, a conocer y reconocer el mundo el cual habitamos y vamos creando así nuestra forma de habitar en él. Los espacios de lectura nos permiten crear, imaginar, soñar. Cuando hacemos lecturas atentas escribimos y hablamos bien y se nota. Todos los niños tienen derecho a tener buenos libros pues las palabras en los libros se vuelven consejos maravillosos.

En tiempos como los que corren donde la explosión mediática y de manipulación no para parecer un reto, y más en una cultura como la nuestra, fomentar la lectura, más que un reto parece que se ha olvidado, no la promoción sino leer en verdad. Despertar un interés por esta actividad es una apuesta en un espacio donde los ojos de todos parecen estar en todas partes que los puedan entretener. Estar dispuestos a que la lectura cambia vidas, a que la imaginación nos nos alcanza para tantas palabras dichas y que las palabras se quedan cortas para tanta vida. Leer nos permite conocer y pensar.

LA VIDA ES UN SUEÑO    

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe                                                 
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Qué hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,                                                
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Pedro Calderón de la Barca.

 

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