La trampa del “progreso”

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Por Carlos Osorno.

En un país donde han existido todo tipo de “carteles” de la ilegalidad, se ha venido gestando silenciosamente y con el pasar del tiempo, una de las más perjudiciales y corruptas de las mafias, LA MAFIA DEL PROGRESO.

La politiquería, que es hermana siamesa de la corrupción, se ha venido transformando y “evolucionando”, alcanzando hoy niveles de sofisticación tales, que a muchos les hacen creer que su accionar, y sobre todo sus intenciones, surgen del genuino deseo de bienestar y progreso para todos los ciudadanos.  Aparece de manera muy espontánea, un súbito deseo por las obras de desarrollo, fundamentadas todas ellas en un espíritu “visionario” y modernista que obedece a los parámetros internacionales de un mundo cada vez más globalizado, más gris y menos verde.

Para nada son ajenos los municipios del Oriente antioqueño, a ese accionar de esta mafia modernista, que lenta pero segura va carcomiendo los tejidos frágiles de una sociedad cuyo arraigo es netamente campesino, pero que a los ojos visionarios de algunos gobernantes, ese arraigo debe desecharse y ser cambiado por lo nuevo, por las obras de progreso, así estas no se compadezcan de aquellos seres que, se supone, deben ser los beneficiarios directos de estas iniciativas.

A la mejor manera de un “concierto para delinquir” tipo La Casa de Papel, se orquesta todo un plan que creen perfecto, y se ingenian una VALORIZACIÓN que es absolutamente antisocial, acompañada de un “delirium tremens”, o más bien “delirium tren” llamado APM, que complementan de manera magistral con una irracionalidad llamada SONRÍO. Pero las cosas no le han salido tan perfectas a estos ingeniosos del progreso, pues al parecer no contaban en su plan, con que aparecerían por ahí ciertos elementos que entorpecerían su accionar, dándole a esta historia un final menos espectacular que el de la famosa serie de Netflix, obligándolos a replantear su estratagema.

Es por eso, que hoy los tentáculos venenosos de esta mafia, quieren atrapar una presa que les ha sido esquiva y difícil de cazar – el Oriente antioqueño – a la cual le han tirado el lance desde ya hace un buen tiempo, pero que aún no logran, NI LOGRARÁN, tener a su merced. Ese plan fallido antes mencionado, se ha cambiado hoy por uno nuevo llamado ÁREA METROPOLITANA DEL ORIENTE.

Luego de un estrepitoso fracaso electoral del Centro Democrático, donde “dejando pelos en el alambrado” apenas se pudo mantener el continuismo en Rionegro, se les hace imperativo recuperar ese PODER POLÍTICO a cualquier precio, y qué mejor manera que montando una figura administrativa superior a las mismas ya existentes, un Área Metropolitana donde como lo dice la sigla, el AMO sea el Uribismo recalcitrante.

Muchos años atrás a nuestros indígenas los deslumbraron con espejitos, hoy a nuestros campesinos los quieren deslumbrar con un falso progreso llamado ÁREA METROPOLITANA DEL ORIENTE.

El progreso es como la lluvia, puede ser fresca y beneficiosa cuando llega en su justa medida, o asfixiante y perniciosa cuando es excesiva. Hablar de progreso es hablar de un proceso, el cual debe ser gradual y armónico con las partes que en el intervienen. Pero para este caso de Rionegro y los gobernantes visionarios, es todo lo contrario, pues entienden como progreso unas cargas excesivas de obras de alto impacto que lo único que están logrando es tener un territorio que cambia su estado de manera acelerada, y en ese acelere va desplazando a aquellos que no logran aguantar todas las imposiciones tributarias generadas por ese modernismo.

El AMO es una figura administrativa que se apoya en una ley que es absolutamente gris como el cemento (Ley 1625 de 2013), donde se destaca un gran deseo por el urbanismo de los territorios y poco o nada se rescata por la ruralidad. Esta es la más desagradable continuidad de ese mensaje que tanto nos ha cacaraqueado el actual Alcalde sobre “LA RIQUEZA DE LA TIERRA”, donde ésta solo vale por su representatividad en dinero (si es que se logra vender) y no por su potencial productivo como riqueza agropecuaria.

Votar por esta inoportuna iniciativa convencidos que es una bella representación del progreso, es dar muestra de la más patética ingenuidad ciudadana (por no decirlo de otra forma), toda vez que no obedece al realismo actual, ni de Rionegro, ni del resto del Oriente, CON UN AGRAVANTE, y es que es una figura que trae oculto un serio componente, LA FACULTAD DE SER AUTORIDAD DE TRÁNSITO, lo que de manera inmediata le soluciona el problemita de SONRÍO al Reyezuelo Arrogante y se la sirve en bandeja de plata a su ungido sucesor.

El ÁREA METROPOLITANA DEL ORIENTE no es el anhelo de los orientales, es solamente el deseo desmedido de una mafia politiquera que hoy quiere disfrazar su malicia de progreso. Basta con ver cómo lograron bajar un umbral de un 25% a un 5% para poder acomodar los votos a su amaño, o cómo prácticamente sin socializar quieren que toda una comunidad vaya a las urnas a votar por algo que no entiende, o cómo sin definir temas fiscales ($$$) le muestran al ciudadano los supuestos beneficios, pero sin explicarle los costos que tendría que entrar a asumir (No se conoce el cierre financiero de AMO).

Así como el queso atrae al ratón hacia la trampa y el dulce a las moscas, que el AMO no te lleve a una decisión que te saque de tu territorio.  Bienvenido el progreso, pero de manera incluyente, gradual, muy ambientalista, y sobre todo, SIN BUROCRACIA. Por eso es importante recordar, que la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (LOOT), esa que define las OPCIONES de asociatividad entre municipios, NO EXIGE LA CREACIÓN DE UN ÁREA METROPOLITANA.

Son falsos profetas esos que hoy van afanados contra el tiempo que se les acaba, moviendo todos sus “contactos” para poder “meter ese tapado” a todos los orientales, enarbolando con una mano la bandera del progreso, y al mismo tiempo con la otra, negociando el territorio al mejor postor para sus desarrollos inmobiliarios.

En el Oriente aun no existen grandes metrópolis como para considerar un Área Metropolitana, y muestra de ello, es que una de sus grandes funciones, como lo es EL TEMA DE AUTORIDAD AMBIENTAL, NO PODRÁ INCLUIRSE EN ESTA FIGURA POR INSUFICIENCIA DE HABITANTES, ya que de ninguna manera se logra juntar un millón de ciudadanos (1’000.000), lo que permite entender que a la fecha NO ES UNA FIGURA ADMINISTRATIVA QUE APLIQUE PARA EL ORIENTE.

Votar NO AL ÁREA METROPOLITANA es mostrar una actitud y personalidad coherentes con nuestro realismo económico y social. Es dar una fuerte bofetada a esa mafia politiquera que trafica constantemente con nuestras necesidades, es poner fin a ese círculo vicioso de las obras de progreso y sus convenientes contratistas, y es dar un gran paso hacia el verdadero desarrollo, ese que surge del sentir comunitario y es el resultado de la planificación concertada.

Que no te muestren el progreso con espejitos. Al Área Metropolitana del Oriente VOTA NO.

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