Por: Luis Felipe Vélez Pérez – Historiador de la Universidad Nacional de Colombia y estudiante de Maestría en Historia
Durante el proceso de independencia en la Provincia de Antioquia se produjo una serie de acontecimientos, que particularizaron el proceso sociopolítico de la región. En los primeros meses de 1813 se conoció la noticia de la ocupación casi total de la península Ibérica por los ejércitos de Napoleón Bonaparte. Esto llevó a que la ciudad de Rionegro se declarara independiente el 7 de febrero de ese año y que algunos meses más tarde, el 11 de agosto, las autoridades del Estado declararan la independencia absoluta de toda la región, rompiendo con cualquier vínculo que la uniera a la península o al rey Fernando VII, preso en Bayona.
En mayo de ese mismo año, el ilustre Francisco José de Caldas entró al territorio antioqueño huyendo de la persecución de los españoles y del gobierno central de Santa Fe, por haber luchado del lado de las Provincias Unidas y de las fuerzas patriotas confederadas. Rápidamente se estableció en Rionegro y comenzó a trabajar en diversos asuntos relacionados con el entrenamiento y el fortalecimiento de las tropas y la protección del Estado contra eventuales invasiones.
La amenaza de las tropas realistas, que habían comenzado a ganar batallas en el sur y avanzaban hacia el centro-occidente del Virreinato, obligó a las autoridades antioqueñas a otorgar el gobierno del Estado al comerciante momposino Juan del Corral, quien asumió el mando con facultades de dictador. Del Corral delegó inmediatamente en Caldas la tarea de construir fortificaciones en los pasos de Bufú y Caná, junto al río Cauca, y poco después impulsó la creación de una Maestranza en la ciudad de Rionegro, donde Caldas dio comienzo a la construcción de misiles, armas de guerra y otro tipo de elementos de batalla.
Pero entre estos acontecimientos, se destacó también el nombramiento del rionegrero Liborio Mejía como maestro de la Cátedra de Filosofía del Colegio de Antioquia, fundado en 1803 por Fray Rafael de la Serna como un colegio de franciscanos para la Villa de Medellín. En junio de ese año, el presidente del Supremo Poder Executivo, José Miguel de Restrepo, señaló que las cámaras legislativas del Estado crearon la Catedra de Filosofía siguiendo las bases que había sentado la constitución de 1812. Después de examinar las peticiones y sugerencias, nombró a José Miguel de Uribe como encargado de la Cátedra. Sin embargo, este tuvo que abdicar de su cargo, pues contrajo matrimonio en otra ciudad y le fue preciso trasladar su domicilio. Durante su salida manifestó la idoneidad del ciudadano Liborio Mejía, quien acababa de terminar sus estudios en el Colegio de San Bartolomé en Santa Fe. Así, José Miguel de Restrepo declaró:
En nombre del Estado de Antioquia, ordeno y mando a todos los vesinos, estantes y avitantes de dicha Villa, y a las demas corporaciones y justicias de el, reconoscan y tengan por tal catedratico de Filosofia al indicado ciudadano doctor Liborio Mejia, y le guarden y hagan guardar todos los expresados privilegios sin haser cosa en contrario (1)
(1) Archivo Histórico de Medellín, Concejo, Tomo 73, ff. 89r-90r.
El nombramiento se firmó el 19 de junio de 1813, pero muy pronto Liborio tuvo que dejar su cargo como maestro para incorporarse en el contingente militar antioqueño, que partió de Rionegro hacia el suroccidente del territorio, donde se estaban librando las batallas más decisivas de ese momento coyuntural de la Primera República. Durante los tres años siguientes se enfrentó a las tropas realistas y participó activamente en la resistencia independentista contra la Pacificación de Pablo Morillo.
En junio de 1816, el presidente de república, José Fernández Madrid, renunció a su cargo ante su incapacidad para liderar la campaña independentista. Inmediatamente, la Comisión Permanente del Congreso nombró a Custodio García Rovira como presidente y a Liborio Mejía como vicepresidente. Sin embargo, las vicisitudes de ese momento impidieron la posesión de García Rovira y Liborio ocupó la presidencia a la edad de 24 años.
La situación del ejército independentista se hizo crítica a mediados de 1816 y Liborio tuvo que hacer frente a una batalla en La Cuchilla del Tambo, donde fue derrotado y capturado poco después por las fuerzas realistas. Fue conducido a Santa Fe y posteriormente fusilado el 3 de septiembre de 1816, junto con otras figuras destacadas de esos turbulentos años de la Primera República. Caldas sufrió el mismo destino y murió en octubre de ese año.
Este 3 de septiembre, entonces, se conmemoran 200 años de la muerte de una ilustre figura de la historia nacional. Sea tiempo para recomponer el retrato histórico de su corta vida, con el fin de valorar sus contribuciones.