Van pasando los días y en nuestro entorno no ha habido muestras de cambio, algunos de entre el pueblo estamos inconformes.
El Gobierno Santos nos tiene desde hace ya un buen tiempo un tanto entretenidos con el llamado proceso de paz, la paz es importante, la paz es necesaria, pero ¿Qué entiende el gobierno actual por paz? seguramente la ausencia de guerra.
La paz es fruto del compromiso personal, es decir de la actitud que tenemos cada uno con el otro.
¿Qué tipo de paz quieren estos grupos al margen de la ley Si no han reconocido la libertad del otro?
¿Cuántos se encuentran en cautiverio?
Los mismos señores que están alzados en armas no se han dado cuenta de que ellos mismos son cautivos en un principio liberador que genera prisión.
La “Justicia civil” está alerta para cambiarles su lugar de prisión: de las verdes selvas a los fríos patios de las cárceles.
Hablan de querer ser reconocidos como una fuerza política que trabaja por el bienestar del pueblo, lo curioso es que lo hacen al mismo tiempo en que otros de sus compañeros queman tractomulas, bombardean sistemas de electricidad y perjudican al pueblo que según ellos buscan defender, mientras tanto procuran llegar a un supuesto acuerdo con los representantes del gobierno, personajes “ilustres de la patria” que no han sufrido el suplicio de la guerra y que como yo solo conocen de los hechos por medio de terceros que narran la historia vivida en los micrófonos de quienes por vocación o solo por morbo les dan la oportunidad de expresarse, son ellos los que verdaderamente deberían estar negociando.
No basta con el silencio cómplice de los líderes políticos del mundo frente a la situación de injusticia social que padece Venezuela, como si fuera poco nuestro mandatario recibe con prestigio al hombre que secuestró a toda una nación, que encarceló a quienes regulan su actuar, que calló a tantos jóvenes que se han atrevido a no ser simples espectadores de la injusticia. Ante esto no solo hay silencio si no indiferencia.
La paz no se logra solo cuando se desmovilice un determinado grupo, si no cuando haya equidad social, cuando nuestra gente no muera de sed en un país rico en agua aun cuando el verano nos golpee, cuando festejemos la independencia sin sentirnos esclavos, cuando no nos de miedo enfermarnos porque en la actualidad preferimos morir en nuestra casa recostados en nuestra cama y no en una silla incómoda en la sala de espera de un hospital cobijados por el frio y acompañados de la negligencia de aquellos a quienes les confiamos nuestra situación de salud.
No cambiaré el mundo con estas líneas, no cambiaré conciencias, algunos se sentirán identificados otros dirán que son palabras bonitas, para otros no es más que basura, sea lo que sea que suscite en ti, déjame manifestarte la gratitud por regalarme minutos de tiempo.
Aquel que no piensa, aquel que no sueña es el indiferente ante la situación que a su alrededor acontece.
Necesitamos hombres y mujeres que sean del pueblo, necesitamos seres que nos dirijan y estén comprometidos con la causa de aquellos que confiamos en ellos; no necesitamos falsos príncipes encerrados en la casa de Nariño o en sus fincas de reposo que solo pasean en aviones o vehículos de alta gama, queremos hombres y mujeres que nos den la mano, la misma que trazó una x en un tarjetón y que hoy sigue vacía, esta vez esperando que la sujete aquel o aquellos que pidieron no los soltaran cuando lo necesitaron.
“Necesitamos hombres y mujeres que sean del pueblo, que gasten menos gasolina y más antisolar, y suela de zapatos”
John Fredy Arenas García. Estudiante de comunicación social // Universidad Católica de Oriente