Oscar Hernando Valencia Castaño un experimentado periodista, conocedor como pocos de los más recónditos lugares de la geografía oriental y nacional, no es un comunicador de escritorio. Cuando habla con propiedad de muchos de los temas sociales y políticos de los cuales ha dado cuenta es porque ha estado allí y logrado recabar, no solo testimonios, sino pruebas que permiten esclarecer los más sonados casos de la corrupción y desgreño administrativo en la región.
Para algunos un villano, para muchos otros, un valeroso periodista que en ejercicio del derecho constitucional de informar, se hace incómodo para la institucionalidad que ve en esta práctica una afrenta a la gestión y un enemigo público, por su decisión de no callar los excesos y en muchos casos por evitar que se violente los presupuestos éticos de lo público.
Aquitania en San Francisco, Santa Ana en Granada y El Prodigio en San Luis, corregimientos azotados por la violencia han visto recorrer una y otra vez a este hombre, que mira a los ojos a los campesinos que aún viven y sufren con sus recuerdos frescos el olor de la guerra. “Somos mediadores entre quienes nos leen y quienes viven y sufren la región”, dice Oscar Castaño cuando se le pregunta por su activa participación en procesos sociales que ha tenido a las víctimas del conflicto como protagonistas.
El exilio, una parte de su vida
En 1.987 Oscar debió salir del país, épocas en que como vicepresidente nacional del Sindicato de la Universidad Nacional fueron arrancándole a la movilización muchos de sus líderes, unos asesinados, otros desplazados con amenazas de muerte. “En aquella época me dijeron que hacía parte de una lista negra llamada “amor por Medellín”, una manera de amedrentar y expulsar del territorio a quienes hacíamos y participábamos en procesos sociales”.
Con la ayuda de Amnistía Internacional salió del País el mismo día del entierro de Héctor Abad Gómez, defensor de Derechos humanos Antioqueño asesinado hace 30 años por cuenta de su activismo desde la Academia. En Europa, Canadá y otros países, Oscar tuvo la oportunidad de seguir informando lo que sucedía en su entorno, escribió para el New Times de Inglaterra, para periódicos y emisoras desde Centroamérica y para The Gardian en el viejo continente.
Su faceta como escritor
Huellas de dolor y esperanza (1995) y Cementerio de Libertades (2006), el primero es un libro que contiene la historia de los exiliados en Europa, documento que logró en sus 8 años de permanencia fuera de Colombia y el segundo es la recopilación de 17 crónicas escritas para el Periódico El Mundo desde la cárcel Nacional Bellavista y 8 más que haría luego en visitas a la cárcel de mujeres de Medellín.
Describir lo que sucedía en un centro penitenciario día a día, fue una de las experiencias que más recuerda, por la oportunidad de contarle al mundo lo que sucede puertas adentro, donde el 70% de los presos aún no han sido condenados, y lo que son los vejámenes y violación de mínimos derechos de la población recluida en los establecimientos carcelarios. Esas historias que cuentan la degradación y humillación de las personas, recuerdan como estos sitios difícilmente resocializan al ser humano.
Oscar ha padecido la retención, cuando fue acusado por sus gestiones humanitarias, donde además colaboró con la recepción de pruebas de supervivencia del inmolado Gobernador Guillermo Gaviria Correa. Hechos como este, dice, permitieron no solo dar una luz de esperanza a las familias víctimas del secuestro de seres queridos, sino además del regreso de muchos a la libertad.
“De esta experiencia con cementerio de Libertades queda una gran satisfacción y es que a partir del libro se creó el posgrado en derecho penitenciario en varias universidades de Medellín: Oscar Castaño.
Hacer periodismo significa hacer control social al poder y eso no le gusta a los que llegaron al poder para poder y no para servir! : Oscar Castaño.
Denuncias más, denuncias menos…
Quien fuera gestor y presentador del programa Calidoscopio de Teleantioquia, columnista y periodista en los diarios El Colombiano, El Mundo, y más recientemente en el portal Las 2 orillas y en el periódico El Oriente, cumplió 10 años al aire con su programa Oriéntese TV que realiza cada semana a través del canal nacional Cosmovisión.
Es precisamente en esta última década la que deja en su experiencia como periodista, los más connotados casos de denuncias. En un proceso de investigación para un canal internacional, Oscar fue retenido en contra de su voluntad en el municipio de Bello, allí permaneció varias horas secuestrado por un escuadrón que le prohibió seguir documentando casos de redes internacionales de abuso y prostitución infantil.
No es gratuito que este periodista cuente con 6 estudios de seguridad, en los cuales se ha demostrado su alto grado de vulnerabilidad como comunicador, hoy se conoce de la preocupación de organizaciones de periodistas, gremios y defensores de derechos humanos de la región y el país, que abogan por las precarias condiciones de seguridad en la que realiza su actividad periodística y que la Unidad Nacional de Protección UNP ha desconocido a pesar del conocimiento que tiene de su caso.
Las denuncias
La exalcaldesa de Argelia, Flor Dey Granada se encuentra en la cárcel por cuenta de denuncias hechas en 2015 por parte de Oscar Castaño, ampliamente difundidas por el periódico El Colombiano. En ese entonces el periodista documentó lo que sería parte de un entramado corrupto que giraba alrededor de la exmandataria y que sirvió de fachada para robarse recursos públicos de los argelinos, el tiempo le dio la razón y lo que para la Procuradora Provincial pasó de ser investigaciones superficiales, para entes de control como la Fiscalía había suficientes evidencias para su judicialización como en efecto ocurrió.
La venta irregular de tierras en el municipio de Guatapé y los aparentes hechos irregulares en la alcaldía del municipio de Aguadas en Caldas, se suman al historial de denuncias que Oscar ha evidenciado y que hoy han permitido a los órganos de control adelantar no solo las investigaciones, sino imputaciones por lo que serían delitos contra la administración pública.
Más recientemente se han conocido pruebas y testimonios que comprometerían al actual Alcalde del municipio de El Peñol, donde el mandatario José Cirilo Henao habría incurrido en actos de corrupción alentado por la falta de control político y social, que según dice: desangra las finanzas de esta localidad.
Capítulo aparte es su defensa y campaña por la inocencia de Eladio Giraldo, exalcalde del municipio de San Rafael y quien ha estado en la cárcel por más de 5 años, en un proceso que ha dejado en evidencia oscuros propósitos donde ya se concluyó en que un falso testigo y 6 ciudadanos que habrían participado en el montaje, ya están en etapa de acusación.
Las denuncias por injuria y calumnia ya nos son algo que Oscar Castaño extrañe, al contrario, hacen parte de su día a día. Actualmente tiene varios llamados de la Fiscalía por lo que serían denuncias en su contra, entre ellos del Alcalde de El Peñol, su secretario de medioambiente, la secretaria privada y una entidad contratista de la Alcaldía, y aún más recientemente del personero de Rionegro, Carlos Andrés García.
El garante de los derechos ciudadanos en Rionegro le reclama por las informaciones publicadas en sus redes sociales y el programa Oriéntese TV, donde ampliamente llevó registro de las actuaciones no solo del Concejo municipal, sino de los recientes fallos del Tribunal de Antioquia y el Consejo de Estado.
El máximo Tribunal, dice Oscar, en su fallo no decidió sobre las investigaciones en contra de quienes a través de un concurso de méritos amañado, impuso el Personero de Rionegro, más aún, las investigaciones de la Fiscalía y las adelantadas disciplinariamente en la Procuraduría están en curso y pronto darán resultados.
Sobre esto dice Oscar, que no se retracta de lo dicho porque lo ha hecho basado en pruebas, testimonios y fallos de magistrados debidamente fundamentados. Por lo pronto seguirá asistiendo a las audiencias donde de frente, como siempre lo ha hecho, verá a los ojos a sus verdugos para reiterarles que “la verdad no se concilia nunca”.
“yo no quiero irme de este país. El estado tiene que garantizar mi vida”, reitera Oscar Castaño a la pregunta de si el exilio sería nuevamente una opción ante la negligencia oficial para protegerlo.