En Rionegro, un municipio de relevancia histórica y que se proyecta como la ciudad con mayor crecimiento del Oriente Antioqueño, se vive actualmente una agitada coyuntura social y política, que es precedida por el desacuerdo de una buena parte de la población con las decisiones de la administración “Rionegro Tarea de Todos”; lo que ha desencadenado, incluso, en algunas manifestaciones públicas en contra de dicha Administración.
Con estos sucesos y en contraposición a las decisiones que ha tomado la Alcaldía –decisiones que algunos consideran arbitrarias- nació, hace un par de meses, un pequeño grupo, a quienes durante un fuerte discurso el mismo alcalde Andrés Julián Rendón denominó “minorías ruidosas” y quienes comenzaron a liderar procesos guiados a la protección del pueblo y del patrimonio rionegrero.
Las minorías ruidosas, han estado a la cabeza de algunas de las batallas realizadas en Rionegro por temas como los altos impuestos, la enajenación de EPRio y el indignante cierre del hospital Gilberto Mejía Mejía, entre otros.
En los últimos días, este grupo ha puesto en el debate público el Acuerdo Municipal 033 de 2017, por medio del cual se modifica el estatuto tributario del municipio de Rionegro, el cual ya fue aprobado, y es indignante como se quiere gravar con más impuestos, entre otras cosas, a quienes ejercen profesiones liberales, tales como los psicólogos, abogados, arquitectos, ingenieros, etc.
Con su interés por lo social, este grupo ha tenido un crecimiento exponencial, dejando de lado, poco a poco, el calificativo de minorías. Cada día parece fortalecerse más y contar con el apoyo de más ciudadanos interesados en el bienestar del municipio, por no mencionar que con cada día que pasa gozan de un reconocimiento mayor, tanto a nivel local, como regional.
Hace unas semanas, por gestión de las minorías ruidosas, comenzó en Rionegro una recolección de firmas que tiene como fin impulsar un referendo derogatorio del orden municipal. El referendo busca evitar que se siga vendiendo el patrimonio de los rionegreros y luchar porque se preserven las empresas públicas. Asimismo, busca evitar que se malgasten los recursos del municipio.
El referendo es uno de los mecanismos de participación ciudadana por excelencia y, en este caso, algunas personas tienden a confundir el REFERENDO DEROGATORIO con el REFERENDO REVOCATORIO, los cuales tienen diferencias abismales. Mientras el primero, es decir el derogatorio, busca –para el caso de este referendo- simplemente dejar sin efectos total o parcialmente unos Acuerdos aprobado por el Concejo Municipal en los que se le faculta al Alcalde de Rionegro para la venta de predios y bienes del municipio. El otro, el revocatorio, busca acabar con el periodo de un cargo público antes de su término oficial, es decir, revocar el mandato a quien hoy día ejerce como Alcalde Municipal.
Ahora bien, no debe confundirse la recolección de firmas con el referendo como tal. La recolección de firmas es un requisito previo, luego de esto, la Registraduría convocará a votaciones, donde la ciudadanía rechaza o aprueba los contenidos puestos en consideración.
Este referendo, en pocas palabras, busca salvaguardar el patrimonio y la estabilidad financiera del municipio y, a su vez, defender recursos y espacios tan valiosos como lo son el lote de la Laguna Azul, y el Centro de Convenciones, conocido popularmente como el Lote del Tránsito, los mismos que están a la espera de ser vendidos por la administración Municipal y, con lo cual, la Administración aspira recaudar, aproximadamente, 60 mil millones de pesos.
Apropiarse de estos mecanismos es de vital importancia para el desarrollo y correcto funcionamiento de una sociedad, sea el referendo de orden municipal, departamental o nacional, es claro que hacerse partícipe de estos espacios genera, no solo una veeduría indirecta de los proyectos y procesos que se están llevando acabo, sino que también se muestra, o mejor dicho, se evidencia la unión de la comunidad y cómo esta tiene la fuerza y un enorme poder decisivo para defender el interés general.
Firmar por el referendo es una buena forma de involucrarse y hacer parte del desarrollo local, pero participar activamente del referendo cuando se presenten las votaciones es una gran forma de demostrar que la ciudadanía se puede apropiar y lograr objetivos claros, en este caso, la defensa de su patrimonio y de sus recursos.