Segunda pista Aeropuerto Internacional José María Córdova ¿Un desarrollo perjudicial?

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Actualmente vivimos en un mundo en el que todo se mueve deprisa; un mundo que exige  soluciones inmediatas para los problemas de la vida diaria. Y esto ha generado que nuestra sociedad, inmersa en la era de la globalización, avale cientos de proyectos en “pro del desarrollo”.

Pero en el afán con que vivimos nuestra vida, hemos terminado por concebir una idea errónea de lo que es el desarrollo, pues no todo se trata de cifras, capitalismo y crecimiento económico. Como lo propone Manfred Max Neef, premio Nobel Alternativo de Economía, el desarrollo debe centrarse en el ser humano y en cómo este puede generar dinámicas que le permitan satisfacer sus necesidades y metas de vida, sin que esto verse exclusivamente sobre los ingresos que cada persona pueda generar.

El desarrollo en términos económicos ha sido la bandera con que la Aeronáutica Civil Colombiana ha trazado su proyecto para la construcción de una segunda pista para el reconocido Aeropuerto Internacional José María Córdova, proyecto que afectaría a las comunidades y al entorno ambiental de las veredas aledañas entre las que se encuentran la vereda Chachafruto, Abreito y el Carmín.

Esto ha desencadenado una preocupación generalizada entre las más de 2000 familias y habitantes del territorio afectado, quienes en su mayoría son nativos y campesinos de esta tierra, tierra en la que por generaciones han construido y desarrollado su proyecto de vida.

En medio de su preocupación, en el año 2015, algunos de los habitantes iniciaron la conformación de una veeduría ciudadana denominada “Veeduría Vida JMC”  la cual tiene un fin social, que es la protección de su territorio, de su comunidad y de sus derechos.

La Veeduría Vida JMC ha hecho una labor admirable, pues su compromiso con la comunidad ha llevado incluso a que la Aeronáutica Civil reduzca el polígono de ampliación del aeropuerto; sin embargo, se han visto enfrentados a problemas como los bajos precios en que la Aeronáutica Civil ha querido avaluar los predios afectados, alrededor de $19.000 por metro cuadrado, a esto se suman las enfermedades y traumas psicológicos que está generando en la comunidad la idea del desarraigo de su tierra y como si fuera poco, se ven enfrentados a la indiferencia de la Administración Municipal e incluso a la indiferencia de algunos de sus coterráneos que no se ven afectados por la segunda pista, entre otros más.

Adicional a esto, a la comunidad afectada se le suma el reciente congelamiento de sus predios tanto para poder venderlos, como para reformarlos o construir en ellos. Algunos habitantes manifiestan incluso que para ellos “es como tener y al mismo tiempo no tener su tierra”, que es irónico e indignante que no puedan disponer de sus predios, pero que sí tengan que pagar sus impuestos

Y en medio de los rumores que se han presentado en torno al tema, muchas personas expresan, con enorme tristeza y resignación, la preocupación que genera el tener que abandonar sus tierras; no obstante , con una voz generalizada de esperanza declaran  su deseo de seguir siendo habitantes del municipio de Rionegro, por lo que piden que se les trate con dignidad y por su tierra paguen un precio justo o que, por lo menos, los reubiquen en las mismas o en mejores condiciones de las que se encuentran.

Al contrario de lo que muchos piensan, la desaparición de esta zona, implica un problema general para el municipio de Rionegro, no sólo desde el punto de vista social y económico, sino también por el daño ambiental que representa la construcción de la segunda pista, aspecto que genera unos daños de niveles exorbitantes, puesto que en la zona afectada, no sólo hay una gran fauna y flora silvestre nativa, sino que además hay alrededor de 1600 afluentes de agua entre los que se encuentran nacimientos, cuencas y micro cuencas, los cuales representan una de las mayores fuentes de agua para todo el municipio de Rionegro.

A raíz de esta serie de sucesos, el pasado domingo 4 de febrero, se realizó una asamblea pública informativa, en donde la Veeduría Vida JMC socializó algunos de los temas más importantes sobre los últimos acontecimientos que se han presentado en cuanto a la segunda pista del Aeropuerto. En medio de una de las ponencias, se pronunció una frase que creo que nunca voy a olvidar: “los derechos no se mendigan, los derechos se conquistan y se hacen respetar”

Esto me recuerda, que en la historia del mundo, las grandes conquistas sociales, pasando  desde la revolución francesa hasta la caída del muro de Berlín, sólo fueron posibles gracias al compromiso y a la unidad de un pueblo que entendió y luchó firmemente por la convicción de hacer respetar sus derechos.

Los habitantes afectados  necesitan del apoyo y la solidaridad de los demás habitantes del municipio, pues el verdadero eje central para realizar esta lucha es la unidad. La comunidad Rionegrera debe entonces involucrarse en esto, dar su apoyo, recordar y tener siempre presente que “la voz del pueblo, es la voz de Dios”.

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