El triste final de los Carpati de Nariño Antioquia

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Aparecieron relativamente juntos, uno detrás del otro, y de esa misma manera se fueron. Transcurría la década de los 70 y por las polvorientas calles de Nariño sólo transitaban mulas, carretillas y uno que otro vehículo de pasajeros. Justo por eso el ver pasar a 2 imponentes Camperos Carpati era toda una novedad.

Quizás para muchos, los Carpatis de “San Tropel” y de “Joaquín Volando” eran carros viejos, pero en realidad fueron dos importantes camperos de origen soviético que utilizaban un motor de cuatro cilindros 2.200 c.c. Pero más allá de eso, y haciendo honor a la canción que dice “Yo también tuve 20 años”, en su momento eran admirados por la elegancia de su carrocería, así como su potencia y resistencia en las escarpadas carreteras del sur de Antioquia.

Y aunque durante los últimos 43 años para los nariñenses se volvió costumbre ver por sus calles y carreteras a los Carpatis de Jaime Cardona y Joaquín Henao, serán los niños que hoy tienen menos de 5 años quienes poco conocerán de la historia vehicular de su pueblo, esa que empezó a evolucionar desde 1975, cuando llegaron a Nariño este par de vehículos, y que tristemente terminó con los accidentes de tránsito ocurridos en 2012 y 2018, respectivamente, cuando justamente hacían lo que mejor sabían: Transportar a los campesinos y sus productos.

Esos Carpati eran carros muy buenos y apetecidos para la carga y la trocha. Es muy triste ver en lo que terminaron estos majestuosos carros, pero es más triste que se pierda toda una historia porque no hay en el municipio quién los reemplace” expresa el periodista Goliat Pérez Pulgarín, quien fue el encargado de escribir la Monografía “Nariño, 100 años de historia”.

Una vida de recuerdos

Si a un nariñense se le pregunta por el Cerro de la Iguana, El Charco del Palo, Los Termales, el Cerro de Cristo Rey, la Vuelta a la O, la Chicha de las Toñilas, El Recreo y la Piscina de Piñón sabrán de qué les están hablando. Pero seguramente si le mencionas los carros de “San Tropel” o de “Joaquín Volando” alguna historia habrá por contar, algún recuerdo se vendrá a la mente.

Y es que estos tradicionales camperos, cuyos últimos años pasaron más tiempo en el taller que en las carreteras, fueron protagonistas de cientos de experiencias, prestaron servicio de transporte por más de 40 años y hasta guardaron decenas de secretos cuando eran contratados por los rumberos y paseadores.

“En ese carro nos íbamos para Los Termales; poníamos una colchoneta en el techo y ahí nos íbamos recochando. Una vez a mi hermana le sirvió de carroza durante un reinado, y fueron muchas las veces que mi papá nos recogió cuando salíamos del colegio” recordó en medio de la nostalgia Valeria Cardona, hija de Jaime Cardona “San Tropel”, el mismo que se recupera en una clínica de Medellín luego de rodar en su carpati por un precipicio de la vereda Vijagual de Nariño.

“La última vez que me monté en ese carro fue en unas Fiestas de la Cosechas; recuerdo que tenía mucho miedo porque le sonaba todo y hasta veía la fuerza que mi papá hacía para meterle los cambios; hasta sudaba de la fuerza que hacía. Eh, es que mi papá se ganaba la platica con mucho esfuerzo, jejejeje” recuerda Valeria en medio de risas.

Para esta joven estudiante de comunicación social, a la que muy seguramente la descrestan los carros modernos, no deja de ser triste el final que tuvo el Carpati de su familia. “Mi papá no desamparaba ese carro, era muy apegado a él. Y aunque le decían que lo cambiara porque ya estaba muy viejo, nunca se dejó convencer y por el contrario conseguía plata para hacerle mantenimiento y mandarlo a arreglar”.

 Juntos llegaron, juntos se fueron

Para los nariñenses que tengan más de 20 años, o incluso menos, no fue un secreto que “San Tropel” y “Joaquín Volando” no eran los mejores amigos, porque precisamente el tener dos carros similares y competir por los viajes hacia las veredas, los hacía distanciar. Lo que también es cierto es que, en este municipio empotrado en las montañas y que de manera admirable se sobrepuso a las adversidades, ambos son personajes que pasaron a la historia al igual que sus Carpatis.

Hay quienes dicen que es coincidencia, otros más osados aseguran que así lo tenía escrito el destino. Lo cierto es que en el 2012 “Joaquín Volando” perdió la vida al rodar en su vehículo, y curiosamente 6 años después, cuando justamente le habían exhumado los restos óseos a su antiguo compañero, “San Tropel” también rodó en su vehículo, por la misma carretera y en las mismas características.

En Nariño ya no es sorpresa ver carros modernos y de alta gama, pues la oferta ecoturística de este municipio ha llevado a más de un visitante a transitar por sus calles, lo que no dejará de sorprender e incluso de causar tristeza, es no ver los Carpati de “San Tropel” y “Joaquín Volando”, pues juntos llegaron y juntos se fueron.

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