Argelia: La parcela inmortal de Antioquia

0
50

En el mundo hay dos Argelias, dice Jackeline, uno es ese país por allá lejos, y el otro es este municipio de Antioquia. Para llegar hay que cruzar el páramo de Sonsón, una extensión de montaña espesa y helada, y aterrizar en un pueblo inclinado, campesino y postal.

Argelia se ubica al extremo de Antioquia, y así, tan distante como figura en el mapa resulta también a la mirada del Gobierno. Aún se habla con recelo del rastro de los grupos armados en la zona, a susurros se menciona la historia, y apenas si se nombra la masacre que ocurrió hace 13 años.

Lejos de la mirada nacional, su pasada alcaldesa armó un castillo personal a costa de los recursos del municipio, y después de muchos fraudes finalmente fue enviada a prisión. Actualmente, un alcalde nacido y criado “a lo montañero”, como dicen sus habitantes, ha logrado recuperar la perdida confianza del pueblo, recibe y atiende citas en su despacho abierto, y decora las instalaciones con burros artesanales confeccionados por él mismo.

Afuera, en la plaza, Jackeline Rivera también se contagia de los nuevos aires, y con tan solo 15 años y de la mano de sus compañeros de grado noveno, se abandera de una especial iniciativa apoyada por La Fundación Mi Sangre la cual llegó en el año 2016 y sumó el Municipio de Argelia a los 35 donde ha llegado con su teoría de cambio.

El proyecto, Jóvenes constructores de una paz territorial, invitó a los “pelaos” a mirar su espacio con otros ojos, a identificar los problemas, que es algo bastante usual para todos, pero también, a encontrar y diseñar soluciones, que es algo que pocos hacen.

Es así como un grupo de unos 40 jóvenes de ese municipio remoto, reconoció que hay una problemática de perros callejeros en su pueblo, y que si van a hablar de paz, deben también pensar en los demás, especialmente en “aquellos que no tienen voz”.

Idearon juntos una acción de cambio y la llamaron “Huellas Caninas”, formularon el proyecto, lo presentaron en un panel frente al Alcalde y representantes de organizaciones locales, gestionaron parte de los recursos, y emprendieron la marcha.

Recogieron 23 perros callejeros, los bañaron, vistieron y encontraron  en  menos  de  un  día  un  hogar  para  todos.     Los

campesinos y personas del pueblo los llevaron a sus fincas y casas, se comprometieron a cuidarlos y regresar después para esterilizarlos. Consiguieron también el apoyo de dos veterinarios para dicha jornada, y se unieron a la propuesta de construir el primer albergue canino de Argelia, el cual esta tratando de construirse por parte de la administración Municipal.

El matadero municipal o la planta de sacrificios, como se le ha denominado hasta ahora, ha sido un escenario dedicado históricamente a arrebatar vidas, pero esa visión y ese lugar se transformará próximamente en el refugio de los perros callejeros. El proyecto de acuerdo está en manos del Concejo, y la ONG OMPC (Organismo Mundial de Paz por Colombia) quienes donarán la adecuación del espacio.

Un refugio en la pequeña Argelia llamado “Huellas Caninas”, eso es incidencia, eso es liderazgo. Jóvenes que se convierten en agentes de cambio, y en efecto, dejan huella.

Por: Lizeth Noreña

Loading

Comentarios