Ese es José Darío, con gorrita de alerón caído, ojo despierto, cejas de motilar, nariz aguileña como buen paisa, baja estatura, imaginario infinito, poncho y mochila a falta de carriel, buen machete y pulcro vestir, va por la calle con unas ganas de conversar que le pone tema hasta a la sombra. Cualquier tema le sirve porque sabe de todo. Es un cazador sin escopeta, no la necesita dice.
Por: Álvaro Idárraga Alzate.
Un personaje legítimo del pueblo de Guatapé es José Darío, conoce a todo el mundo aunque no todos le conozcan a él.
Basta saludarlo e inmediatamente fluye como una caja de música. Pues charlar ha sido su mejor oficio en la vida, se ríe diciendo: yo duermo más y mejor cuando me acuesto bien charlado que cuando me acuesto bien comido y bebido. Jamás he conocido el aburrimiento ni el mal humor que a tantos ataca. Andar con plata o sin plata, lloviendo o haciendo sol, con trabajo o sin trabajo; ese no es el problema, es mejor andar con una buena historia en la jeta pa contala al que sea y así se pasa bueno cualquier mal rato.
Darío sabe contar relatos y experiencias propias y ajenas, habla al oído cuando la cosa requiere de cierto sigilo, misterio o cuando no conviene que la escuchen muchos porque es experto en guardar secretos que sólo comparte con quien conviene para no afectar a nadie. Habla todo el día de todo el mundo pero nada de chisme ni de maledicencias, quien disponga de un momento para escucharlo, perderá la noción del tiempo en un momento. La gente dice que conversa más bueno que Cosiacas y sabe más historias que Pedro Rimales.
Yo me siento en el Bar Kénide (Kennedy) ai en la plaza y me pongo a charlar con uno y otro, a veces, resultan conversando conmigo una manada de mujeres y la gente me pregunta ¿Qué va a hacer usté con tantas novias? Hombre y la gente se ríe. Es porque yo trato las personas con mucha maña pa no ir a ofender. Cuando yo digo alguna salvajada es porque me dan tiro. Uno puede hablar todo el día con cualesquiera sin rajar de nadie ni hacer quedar mal a otro. A mí me dicen cualquier cosa y o no le paro bolas a nada. Una señora me dijo: Usté cómo es que hace con tan poquito estudio que tiene y sabe dialogar mejor que nosotras que estudiamos y nos prepararnos. Yo es porque sé catalogar a las personas; en la televisión también las catalogan pero yo las catalogo mejor.
Me llevo el gusto de ser honrao y por eso todo el mundo me quiere, siempre me ven tratando con gente buena con gente de respeto como usté aunque a veces me gusta chacotiar y dar bomba, tengo amigos y amigas sin contadero.
Voy pa 30 años de casao con la Rosario, fueron dos meses de relaciones cuando nos pusimos la condición de no celar ni andar siguiéndole los pasos el uno al otro y viceversa. La hija se nos creció, se casó, ya tuvo y estamos felices de abuelos.
Vivo contento en el pueblo, no tengo casa, no tengo nada, nada me ha faltao, ai me defiendo. Estuaquí ai onde usté lo ve le echa ventaja a cualquier pueblo y hasta a la tierrita onde yo nací. Gracias a dios nosotros somos pobres pero generosos y resinaos, así vivimos muy bien.
Le hablo de cacería porque también he sido cazador, vea estamos aquí en la plaza pero esto a unos pasos está lleno de animales y la gente no ve. Onde yo ponga una trampa allí, cojo una buena presa pero pasa un animalito adelante y mete la pata, por eso no la he podido agarrar, he perdido el tirito. Hay guaguas, gurres en esta plaza; leones marinos pero de monte que corre contra monte y es cazador; hay zorra trigrillo guatín, pero lobo, hay de todo.
Soy mecánico pero sin herramientas, arreglo motores visconci, bistratú o cabuyeros, Clinton de gasolina pa plantas de luz. Istalo y arreglo arietes pa subir agua de las cañadas. Heredé la carpintería de mi abuelo pero no quedaron herrameintas; a mí todo me queda chiquito. También le jalé a la música. En la canción, la guitarra va adelante como el mayor.
Yo fui serenatero de vereda a dúo y conjunto con tiple o guitarra. Tocábamos: Despierta de ese sueño, El amor con llanto, Noches tenebrosas, Hoja de café, Esperanza -en pasillo- o esta canción que decía: Las mujeres engañan a los hombres con sus palabras dulces y forma de mirar –y al final dice- el mundo siempre es mundo y el tiempo se retira…
Esa canción sólo se le toca a mujeres coquetas, falsarias o mentirosas; mejor dicho, a esas que se ven con uno y con otro. No es canción pa una mujer seria. Uno como serenatero debe saber el sistema de cada pareja pa ver qué se le canta.
Hay letras de música guasca que se puede tocar con ritmo legre o sentimental, el merengue; como popular, la ranchera como La Traidora. Yo cantaba con Daniel Santa, Luis Hincapié, Francisco Arias, el difuntico Enrique Orozco; nadie los conoce por aquí.
Yo nací en vereda de un pueblo vecino, Pastora mi madre me descargó a la orilla del camino porque era una mujer andariega; ai me tuvo, así nací yo; claro que ella iba era de vecino en vecino y después se amañó acariciando a los ahijaos, tuvo más ahijaos que hijos y los quiso más que a los propios.
Mi madre iba pa los cien años de andar, al que me avisó de la muerte de ella, le dije: si preguntan por mí, dígales que no me ha visto, que no estoy informao de eso y que ando por parte leja. Lo que hace falta es días y noches pa conversar porque esta es otra historia ni siquiera he comenzao a contar. *****