La Estrategia de Recuperación Emocional Grupal desarrollada por la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas benefició a 2.939 víctimas del conflicto este año en los municipios focalizados para la reparación integral y el retorno de desplazados.
Con la intervención de un equipo de sicólogos capacitados en la atención a esta población vulnerable se generaron espacios mutuos de confianza, seguridad y solidaridad y fueron orientados con enfoques de género (mujeres, adultos mayores, niñez) para superar sus experiencias de sufrimiento y temores, la autorregulación emocional y la reconstrucción de sus proyectos de vida.
Ese efecto reparador lo manifiesta Edwin Giraldo, uno de los participantes y quien se desplazó siendo muy joven del Suroeste antioqueño junto a su familia tras la incursión de un grupo armado ilegal, en la que “amenazaron con matarnos y nos tocó vender regalada la casa y desplazarnos con mis padres y seis hermanos”.
Tras sufrir las penurias, el desarraigo y la pobreza como consecuencia del desplazamiento forzado, sentía depresión y supo que necesitaba recuperar su autoestima y por eso accedió a participar de la estrategia de recuperación emocional.
El resultado de su caso de superación se refleja en el águila que pintó en uno de los ejercicios sicosociales dirigidos a reconocerse más como sobrevivientes con fortalezas, que solo como víctimas que buscan compasión.
“Fue como un renacer para nosotros y por eso nos identificamos con el águila en esta recuperación emocional, porque esta ave vuela alto, no tiene depredadores y aprende casi por si solo a sobrevivir y renueva su plumaje… y en mi caso salí fortalecido y deje atrás con la ayuda de las sicólogas tantos miedos y rencores que no lo dejaba a uno superarse”, cuenta Edwin sonriente con el cuadro del águila en sus manos.
Gracias a eso y con su autoestima en alto, emprendió un negocio de ferretería “con el que me siento feliz y veo que mi situación ha mejorado, que la tristeza quedó atrás y que puedo alcanzar mis metas”.
“Aprendimos a llevar el dolor y a valorar la vida”
De las 2.939 víctimas beneficiadas de la Estrategia de Emocional Grupal en los municipios antioqueños en 2.015, 70 asistieron invitadas al evento de cierre del proceso sicosocial realizado en la Institución Universitaria Salazar y Herrera, en la que participaron de un acto simbólico en memoria de sus familiares asesinados o desaparecidos y un conversatorio para compartir sus experiencias reparadoras y hacer recomendaciones.
Allí recordaron como en las sesiones de grupo en las que lloraron, rieron, dibujaron y compartieron las experiencias de superación y resistencia reconocieron sus fortalezas. Según ellas; el amor, la familia, el respeto, la esperanza, la resistencia para superar la adversidad y sobrevivir tras el daño sufrido a manos de las guerrillas o los grupos de autodefensas.
Para Teresita Gaviria, madre de varios hijos víctimas de desaparición forzada y presidenta de la Asociación Madres de la Candelaria, “las víctimas llegamos con lágrimas en los ojos por la pérdida de hijos y familiares como las mujeres de nuestra asociación, pero gracias a este trabajo de recuperación emocional aprendimos a llevar el dolor, a valorar la vida y así muchas personas se salvaron de la depresión, del alcoholismo, la prostitución e incluso de perder las ganas de vivir”.
La Estrategia de Recuperación Emocional se desarrolla en las zonas urbanas y rurales en todo el país y en Antioquia se focalizó en regiones azotadas por el conflicto como el Oriente, Urabá, Magdalena Medio y Bajo Cauca antioqueño. También ha beneficiado a comunidades afrodescendientes e indígenas.
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