Emergencia carcelaria: Ilusión o realidad

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Hace catorce años escribí “Cementerio de Libertades”, una serie de crónicas que daban a conocer la realidad que se vive adentro de las cárceles de Colombia, particularmente la de Bellavista en Bello.
La “pandemia” declarada por Naciones Unidas me ha retornado al pasado, a las pequeñas celdas atiborradas de seres humanos que nadie siente porque no los ve. Esos miles que permanecen en el Cementerio de Libertades y que sólo le duelen a sus familias porque esta sociedad indolente no siente la más mínima preocupación por lo que sucede en esos botaderos de seres vivos.
El anuncio de una crisis carcelaria y la posible liberación, por razones humanitarias, de miles de presos me llena de alegria y esperanza. Más de la mitad de las personas recluidas en este país son inocentes pero no tienen los recursos para pagar un abogado y hay muchos ciudadanos, que hoy se sientan a manteles y hasta aparecen como “padres de la patria”, que son culpables pero nunca pagaran un solo día de cárcel.
Pienso particularmente en don Javier Cadavid, un comerciante cuyo caso revisa en este momento la Corte Suprema de Justicia y lo vulnerable que es frente a la Corona Virus por cuanto tiene un epoc pulmonar crónico y su situación sicologica es lamentable, situación certificada por la misma Medicina Legal.
El Juez Sexto de Penas y Medidas de Medellín le ha negado de forma sucesiva todas las solicitudes que le han hecho, no solo don Javier y su familia, sino también diferentes Organizaciones de Derechos Humanos.
Esperemos que esta “emergencia carcelaria” le devuelva la libertad a don Javier, mientras la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia resuelva su situación y el Estado Colombiano reconozca su responsabilidad con este falso positivo de una justicia injusticia.
Por: Oscar Hernando Castaño Valencia

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