Por: Presbítero Victor Quiceno – Granada
¿“Si quiere la paz, vote no al plebiscito”? En todo momento y en cualquier sentido que nos estemos comunicando, esperamos siempre la decisión de los demás. Básicamente lo que pedimos al otro es que se defina por una cosa u otra, que tome posición, que no se quede neutro, que hable, que se pronuncie, que no sea indiferente, que diga las cosas con claridad. Es Común en las conversaciones de las personas las siguientes expresiones: “!bueno! defínase, “gallo o gallina”, es una cosa o es la otra; no podemos seguir a medias tintas, con frecuencia afirmamos: “si” o “no”; pero muy diferente es decir “si” y “no” al mismo tiempo. Esto es lo que ocurre con algunas personas y partidos políticos en nuestro país, cada vez que se pronuncian con respecto a la paz, lo hacen para confundir, desinformar y polarizar al pueblo. Miremos no más este eslogan, que a mi manera de ver es contradictorio: “Si quiere la paz, vote no al plebiscito,”.
En algunos colombianos de manera equivocada se ha puesto de moda la canción que dice: “cuando yo diga “si”…ustedes dicen “no”…”. Está claro que dicha canción es para “jugar”, se realiza en un grupo determinado como elemento pedagógico para pasar un rato agradable o como dinámica “rompe hielo”. Pero el tema de la paz no es un juego, es algo que debemos tomar con responsabilidad. Jesús en el Evangelio dice: Dichosos los que trabajan por la paz…«Sea vuestro lenguaje: ‘Sí, sí’; ‘no, no’». Cuando algunos afirman “Si” pero “no” – sí a la paz y no al plebiscito-, inmediatamente interpreto: quieren la paz pero no con el presidente de turno ¿se nos olvida que todos los presidentes en Colombia están en el deber Constitucional de trabajar por la paz?, –de hecho unos jefes de estado han logrado sacar procesos adelante y otros no- ¿Por qué tanta envidia? Los que se oponen a la paz deberían escuchar el lamento de Dios atreves del salmista: “Cuando yo digo paz ellos dicen guerra” (Salmo 120, 7).
Una “cosa” es una “cosa” y otra “cosa” es otra “cosa”, reza el dicho popular. De ahí que les invito para que apoyemos la paz y no dejemos por ello de criticar el Gobierno nacional y denunciar los actos de corrupción; el Papa Francisco es muy claro al puntualizar que “la política es responsable de su propio descrédito,” la corrupción de injusticia, por ejemplo el poco empeño para solucionar temas como el de la salud, la difícil situación de los camioneros, la iniciativa a través de la ministra de educación para imponer en los Colegios la ideología de género que sabemos, destruye al ser humano, el ser humano varón y mujer y atenta contra la familia; todo esto es muy grave y debemos denunciarlo. Pero tampoco dejemos por ello, apoyar las acciones de una paz negociada. O ¿en qué país del mundo se ha salido de la guerra sin antes negociar? En ninguno, y te reto para que investigue. En los países que ha sido exitoso un proceso de paz es porque son países que han dejado espacio para el dialogo; pues a la guerra la mueve el odio y la venganza; al diálogo, el amor y el perdón.
Conocemos de primera mano los desastres de la guerra, ¿cómo no apostarle a la paz?. Hay unas voces a favor del Proceso de Paz que me parece pertinente traer a colación: “No podemos permitir otro fracaso más en el proceso de la paz” (papa Francisco), “paz es tejer lo que la guerra destejió” (Marina Gallego), en cuatro años Colombia ha demostrado su compromiso con la paz” (Ban Ki-Moon), “seremos el socio de Colombia en lograr la paz (Barack Obama), la paz es una oportunidad para repensarnos (Lucia Gonzales). Sí Colombia demostró que con la guerra no logró acabar con las Farc, es hora de apostarle a la paz. Jesucristo es la paz que nos habla: “El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”. (Mt. 12, 30)
Tú, ¿de qué lado piensas que estás?
Publicado originalmente en Desde Granada.