La entrada en vigencia del Decreto 1500 de 2007, a través del cual se busca que la carne obtenga los más altos estándares de calidad y seguridad para el consumo humano, ha ocasionado la suspensión gradual y total de algunas plantas de beneficio animal, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), ha cerrado las puertas de las plantas de sacrificio de Argelia, Nariño, Abejorral, La Unión y Sonsón, este último con suspensión temporal del servicio desde el 9 de febrero del presente año, pero con intención de apertura con el avance del plan de mejora.
Esta situación tiene preocupados a la comunidad de la zona páramo, pues se ha producido un encarecimiento de la carne, por ejemplo, en Nariño se conseguía un kilo de carne por 15000 pesos, ahora el precio oscila entre 17000 y 18000 pesos, situación que supone un realce en la canasta familiar. En Sonsón también ha habido un aumento de 1000 pesos por kilo, además de eso, William Giraldo, Carnicero de Sonsón sostiene: “la calidad de la carne ha disminuido, sobre todo las vísceras, la mayoría llegan descompuestas, y otra dificultad es que las ventas han mermado” otra de las problemáticas es porque se han venido presentando una serie de sacrificios clandestinos, debido al encarecimiento del producto, se está dando una informalidad en este proceso, arriesgando y exponiendo a una contaminación los productos cárnicos y por ende, la salud de las personas.
Otra de las quejas de la comunidad es por las condiciones deplorables como están siendo tratados los animales, el Alcalde de Nariño Carlos Arturo Marín manifiesta “el ganado hay que tenerlo en el municipio el martes por la tarde para la pesa, tiene que pasar un largo tiempo para que los transporten en camiones hasta Marinilla y apenas los sacrifican el viernes, durante ese tiempo, es poco o nada el agua y comida que reciben estos animales” además añade “la ganadería era uno de las fuentes de ingresos de los habitantes y en eso se basaba gran parte de su economía, ahora infortunadamente, este ganado no es rentable, porque comprarlo en Nariño, llevarlo y regresarlo sale más costoso, se ha producido un daño a una economía local y todas las ganancias se las están llevando a otros centros”
Las estrictas normas como Localización, acceso, diseño, construcción, drenajes, ventilación, iluminación, instalación, control de plagas, manejo de desechos, calidad del agua, operaciones sanitarias, personal, utensilios, además de superar un riguroso examen, son algunos de los requisitos exigidos por el Invima a los frigoríficos, situación complicada para municipios de sexta categorías como estos, además porque muchos operan solo en un municipio para autoconsumo, por lo cual no poseen capacidad financiera para hacer las adecuaciones que exige el decreto. En el departamento de Antioquia se han venido dando algunos cierres, pero en la zona páramo u oriente lejano, el plan de abastecimiento pone en riesgo el bolsillo de sus habitantes, por los múltiples gastos que esto les ocasiona a comunidades y comerciantes, ya que los 1100 animales que eran sacrificados allí mensualmente ahora deberán ser llevados hasta Marinilla, lo que aumenta los costos de producción y distribución.
La alternativa
El secretario de Agricultura y Medio Ambiente de Sonsón, Alexander Orozco dice por su parte, que lo que sucedió en su municipio fue una “suspensión temporal del servicio, esto debido a un requerimiento y observación del Invima, pero que el municipio está dentro del plan de racionalización de ganadería del departamento de Antioquia” y argumenta “es tanto el compromiso que ya se suscribió un convenio con la Gobernación de Antioquia por valor de 938 millones con el fin de cofinanciar en proyecto de adecuación de la planta de faenado del municipio” . Las demoras en el proceso es por las acciones que se vienen desarrollando con la Autoridad Ambiental, entidad que es la encargada de la estabilización de la planta de tratamientos residuales, “obras que ya debieron haber empezado, porque desde el mes de febrero que se dio el cierre anunciaron que sería rápido la reapertura y ya han pasado 4 meses y no se ven avances” comenta un habitante de la localidad.
Esta sería una opción, por ejemplo, para que el frigorífico de Sonsón se convierta en un eje en esta región y así evitarse los más de 100 km que hoy por hoy debe hacerse para el sacrificio animal, acudiendo al lugar “más cercano”. Se espera entonces, que el municipio de Sonsón emprenda cuanto antes los esfuerzos y acciones pertinentes para reabrir lo más pronto posible y sean capaces de cumplir con la estricta normatividad de calidad y eficiencia que exige la ley 1500.