El Sistema de Salud en Colombia llegó a su tope

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El Sistema de Salud Colombiano sufre de falencias en su estructura desde su creación, las cuales se han venido agravando a través del tiempo dado que los diferentes Gobiernos no han tomado los correctivos necesarios para garantizar verdaderamente el derecho fundamental a la salud que tenemos los colombianos. De no corregirse de forma integral, definitiva y expedita estos profundos errores, estaremos avocados al desplome del Sistema de Salud; que traerá como consecuencia la desatención en salud de todo el pueblo colombiano, la quiebra de los prestadores de servicios de salud, la desaparición de las entidades administradoras, y en general, el derrumbamiento de todos los actores involucrados con el Régimen de Salud.

Las altísimas carteras impiden a las clínicas y hospitales pagar oportunamente a sus profesionales, miembros del personal y proveedores. Incluso, algunos gerentes de hospitales han expresado que, debido al déficit en sus carteras, hay instituciones que ni siquiera tienen recursos para pagar los servicios públicos. De esta manera, el pensamiento generalizado de los colombianos es que “los hospitales tienen la culpa”, como consecuencia del desconocimiento que sobre el tema tiene la gente del común. Por eso, les explicamos a continuación qué es lo que pasa con el sistema de salud en Colombia:

¿Cómo funciona el Sistema de Salud?

El Gobierno Nacional es el ente encargado de reunir los recursos para solventar los gastos que en materia de salud generan los colombianos. El dinero debe ser girado oportunamente por el Gobierno a las EPS, que son las estructuras operativas que el mismo Gobierno ha establecido para el manejo del Sistema. Estas, por su parte, deben enviar los recursos a las clínicas y hospitales como pago por su funcionamiento.

IMG_7689El procedimiento

Las clínicas y hospitales, después de atender a los pacientes, deben radicar las facturas de sus gastos frente a las EPS que, además, han establecido otros intermediarios que se encargan de la recolección de la facturación y otros procesos administrativos. Luego, las EPS reconocen la validez de la deuda, y remiten la facturación de las instituciones al Gobierno Nacional para el desembolso de los recursos.

La negativa del Gobierno frente a las cifras de endeudamiento con las instituciones prestadoras del servicio, se debe a que los intermediarios no envían oportunamente las facturaciones a las EPS, y por eso el Gobierno no tiene una cifra real de su deuda con las instituciones, y alega, frente a la opinión pública, que su deuda es menor a la que las clínicas y hospitales reclaman.

Las demoras y desventajas

La facturación que remiten las instituciones de salud se demora entre 30 y 45 días en llegar a las EPS, debido a la lentitud administrativa de los intermediarios. Las EPS reconocen la deuda hasta 150 días después y su cancelación se extiende otros 60 o 90 días. Es decir que el Gobierno se demora hasta un año para efectuar el pago a los hospitales y por eso todas las instituciones prestadoras del servicio de salud, hoy por hoy, no cuentan con dinero para pagar sus nóminas. Las instituciones son las únicas empresas del país que trabajan al “debe”, sin percibir remuneración inmediata por su trabajo. La deuda supera ya decenas de billones de pesos.

IMG_9257El karma de las liquidaciones

El Gobierno Nacional, con su decisión de liquidar a las EPS, hace que las clínicas y hospitales pierdan, casi en su totalidad, las acreencias por la prestación efectiva de su servicio, y lo poco que puede ser recuperado es limitado a tiempos insostenibles. Así las cosas, se avecina la inminente desaparición de la gran mayoría de prestadores de servicios de salud, poniendo en altísimo riesgo la vida del pueblo colombiano, la fuente de trabajo de un inmenso número de personas, el patrimonio de los prestadores, las acreencias de los proveedores, etc. En pocas palabras, el abatimiento de un sector productivo y económico que compromete más del 7% del PIB.

Hospital San Juan de Dios de Rionegro, un caso conocido

El Hospital San Juan de Dios de Rionegro, a pesar de ser ejemplo en la región de sostenibilidad y transparencia, permite visualizar el problema generalizado en todas las clínicas y hospitales del país víctimas de un Sistema de Salud Insostenible. “Las instituciones no resistimos más. No tenemos con qué sobrevivir. El San Juan de Dios, que ha sido uno de los hospitales más juiciosos, tiene una cartera de 42 mil millones de pesos. No tenemos cómo funcionar”, afirmó el gerente Gilberto Antonio Garcés.

La deuda del Gobierno con el Hospital San Juan de Dios de Rionegro, necesita 50 mil millones de pesos anualmente para funcionar, está representada en la siguiente tabla:

3 mil millones de pesos solo por la atención de pacientes sin capacidad de pago.

3 mil 200 millones de pesos que adeuda Comfenalco.

4 mil 200 millones de pesos que adeuda Saludcoop.

5 mil millones de pesos que adeuda Caprecon

180 millones de pesos que adeuda Cafesalud

El ultimátum de las IPS al Gobierno

En la Declaratoria publicada luego del Primer Encuentro Nacional de IPSs, dice que, ante este panorama desalentador, las IPSs han decidido tomar una posición activa, propositiva y dinámica sobre la problemática actual del Sistema de Salud, con el fin de buscar soluciones estructurales a corto, mediano y largo plazo. Las instituciones han llamado la atención del Gobierno Nacional para que garantice a las IPSs los recursos necesarios para la prestación de los servicios de salud en todo el territorio nacional, bajo los precisos términos consagrados en la Constitución, la Ley y la jurisprudencia de la Corte Constitucional, de manera que cuenten con un flujo de capital mensual para el adecuado ejercicio médico.

En el caso que las IPSs no reciban respuesta efectiva del Gobierno, procederán al cierre paulatino de sus servicios de salud. “Nosotros con la Asociación de Empresas Sociales del Estado, la SEMI, la Asociación de Clínicas y Hospitales, y las clínicas privadas vamos a ir bajando y cerrando servicios hasta que no tengamos una respuesta. Creemos que el colapso total del Sistema de Salud será en junio, tiempo en el que serán cerrados hasta los servicios de urgencias”, agregó Gilberto Antonio Garcés.

Por todas estas razones los ciudadanos debemos reflexionar y conocer el panorama de salud de nuestro país y las soluciones que proponen las instituciones para contar con un sistema viable y garantista. Cada paciente debe saber que la culpa no es de los hospitales sino de un Gobierno que permitió el crecimiento de una deuda y abandonó a las instituciones prestadoras del servicio de salud que siguen atendiendo a la población solo por ética y compromiso. Sépase pues que, si se decreta el cierre total de los servicios de salud, es porque las clínicas y hospitales llegaron a un escenario definitivamente insostenible.

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