Un halcón valiente especialista en equipos de rescate

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Sereno, apacible, de carácter firme, oriundo de El Bagre, como buen antioqueño emprendedor y amable, con más de trece años de carrera, dedicados a servir al país como Suboficial de la Fuerza Aérea Colombiana, él es el Técnico Segundo Didier Terán Sánchez, actualmente se desempeña como Técnico Especialista en Equipos de Rescate – TER.

Su misión es vital al momento de ejecutar operaciones especiales, pues es el encargado de operar equipos como grúa de rescate, Bambi Bucket, carga externa, con los cuales se han salvado cientos de vidas, minimizando el daño en miles de hectáreas consumidas por el fuego, causados por los incendios forestales y a través del transporte de carga externa ayudando al progreso de los habitantes con el traslado de grandes estructuras y material para la construcción de escuelas.

Siempre desarrolla sus operaciones bajo todos los parámetros de seguridad por ello se acostumbra a cumplir con éxito todas sus misiones y con dolor recordó una en la cual no se logró el objetivo “fue una operación de inserción de comandos, en la que se presentó un accidente y descendiendo el comando le cayó un material en la cabeza y tuvimos que reconfigurar la aeronave de inserción a rescate, hicimos todo lo posible dentro de la aeronave por salvarle la vida, era una misión que no era complicada pero las circunstancias la volvieron complicada, estuvimos haciendo RCCP (reanimación cardio cerebro pulmonar) durante 40 minutos de vuelo, no descansamos un solo minuto tratando de recuperarlo, lastimosamente a pesar de todos los esfuerzos el muchacho falleció, lo marca a uno porque no todas las misiones son iguales, lo vuelve a uno una persona más humilde, le hace recordar que somos seres frágiles, que nuestra investidura no nos hace inmortales”.

Ha hecho parte de importantes misiones y afirma que la sensación de operar el equipo del cual dependen no una, sino varias vidas; la persona que está en tierra esperando ser salvada y el rescatista de personal – RP, encargado de realizar la extracción del herido o enfermo, “lo primero es que uno entiende la responsabilidad tan grande que tiene, lo segundo es que uno sabe que está haciendo tareas que probablemente pocas personas en la nación o en el mundo pueden darse el honor de cumplir y lo tercero es que nosotros sabemos que estamos cambiando vidas, una persona que pudo haber muerto o terminado mucho más grave, resulta ser auxiliada en el menor tiempo posible puede salvarse, encontrarse con su familia y puede seguir cumpliendo su tarea, lo principal es que somos conscientes que quienes van a la guerra saben que detrás de ellos siempre hay alguien dispuesto a salvarlos en caso de que caigan heridos y eso es una moral muy grande para la tropa, por eso nuestro helicóptero de rescate se llama Ángel, porque los mismos soldados le pusieron el nombre al saber que cuando caían heridos, siempre había un ángel dispuesto a rescatarlos”.

Lleva operando estos equipos por más de 10 años y también ha sido testigo de cómo la región ha evolucionado, gracias a la misión que cumplen las tripulaciones de estos halcones valientes del Comando Aéreo de Combate No.5, “aunque somos anónimos, sabemos que esos días de sacrificio, las horas que no invertimos en la familia sino en el trabajo, las trasnochadas, valieron la pena, que de una u otra manera si cambiamos la historia de Colombia” dijo enfático.

No se queda únicamente con lo que ya aprendió sino siempre está pensando en cómo avanzar, cómo incluir nuevas técnicas, entrenándose de manera permanente para no perder las capacidades y estar incluso al nivel de las mejores fuerzas aéreas del mundo.

Y este fue su mensaje para quienes vienen detrás y sueñan con ser parte del equipo azul, “bueno que la Fuerza Aérea está hecha de personas, la Fuerza Aérea es una obra de arte y como tal en el tiempo puede tal vez ir envejeciendo, pero también se hace más valiosa, entonces quienes están detrás de nosotros, deben primero desarrollarse como personas y encontrar en lo que hacen su motivación y entender que la Institución la transformamos nosotros, desde lo más mínimo que hacemos hasta el proyecto más grande, no desmotivarnos por situaciones, sino entender que somos valiosos para un país y que no podemos parar, siempre hay que pensar en qué hacer y cómo desarrollarnos y en todo lo que podemos aportarle a la Fuerza”.

Por supuesto no puede faltar su motor principal, la familia, “a mi esposa un enorme agradecimiento por toda su paciencia, por todo su esfuerzo, tengo dos hijos y entiendo que no es sencillo, por aguantarme, por soportar las dificultades conmigo, por su comprensión en esos tiempos en los que no he estado y le tocaba a ella sola, a mi familia por poner la esperanza en mí, porque aunque ellos al principio no estaban de acuerdo, entendieron que nosotros hacemos una labor muy importante, porque una persona sola acá pierde las fuerzas pero con la familia se siente más motivada a seguir adelante”.

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