Brilla por su ausencia el Voto Programático en las Elecciones Presidencialistas

“Juntos podemos tener la Colombia que siempre hemos soñado”, “Somos millones los colombianos que queremos trabajar bien por un país, cuando nos unimos por cambiar las cosas ¡Lo hacemos!”, “Lograremos que todos los colombianos tengan trabajo y mejores ingresos”, “Tenemos una oportunidad , para mejorar la vida de todos los colombianos, especialmente los más necesitados”, “Trabajando juntos podemos alcanzar el bienestar que nuestros padres soñaron para sus hijos”, “Seguiremos trabajando para que la educación sea aún mejor”,  “Para tener un país capacitado, digno y con más trabajo”, “Nosotros hacemos una política distinta, libre de las maquinarias de la política tradicional”, “Estamos en este proyecto ciudadano porque nos duele la pobreza de tanto colombiano que vive en la angustia de no saber que van a comer al día siguiente”, “Una verdadera democracia debe ofrecer a todos los colombianos un buen sistema de salud, es indispensable cambiar el sistema de las EPS actuales, la principal vacuna que hay que aplicarle al sistema de salud es la vacuna contra la politiquería”, “Vamos a implementar la jornada única en los colegios públicos, invertir en la formación de maestros, dar formación técnica desde el bachillerato y garantizar el acceso de todos los jóvenes a la educación superior”[1]

Promesas, preventas, mundos idílicos, recetas y soluciones mágicas es lo que encontramos todos los días en esta época electoral. Candidatos y candidatas hacen un despliegue discursivo para convencer y atraer electores. La ciudadanía elige y espera votar para que las palabras se materialicen o porque un buen sancocho, ladrillos, tejas, contratos o puestos de trabajo se intercambien por una equis en el tarjetón el domingo 25 de Mayo.

¿Existe un control sobre estás promesas? ¿Será que los aspirantes a la Presidencia y Vicepresidencia tienen la  obligación de cumplirlas? ¿Podemos como ciudadanas y ciudadanos exigir que se lleven a cabo las ideas que nos vendieron para obtener un voto? ¿Ejercemos nuestro derecho al voto programático eligiendo Presidente y Vicepresidente?

Pues bien, la figura de voto de programático que consiste en votar de acuerdo a programas de gobierno inscritos ante la Registraduría como requisito para ser candidato o candidata y que deben ser el horizonte del plan de desarrollo del aspirante electo, sólo aplica para los cargos a alcaldías y gobernaciones. A pesar que el presidente y vicepresidente son las figuras con mayor poder dentro del ejecutivo, también formulan e implementan un plan de desarrollo, pero no inscriben programas de gobierno. Entonces el voto programático, que significa elegir un programa de gobierno que será la guía del plan de desarrollo no es obligatorio para quienes aspiren ocupar estos altos cargos del Estado; sus propuestas son promesas.

En el ámbito normativo no hay una sola ley, norma, acuerdo o decreto que obligue al Presidente o Presidenta electo a cumplir lo que dicen en plazas públicas, televisión, radio, prensa, internet. Esta obligatoriedad existe para alcaldías y gobernaciones, y no para la presidencia que es el organismo rector, el que lleva a cabo un plan de desarrollo que rige y dirige el resto de planes a nivel nacional,  que deben  ir en consonancia y coherencia para que los municipios y departamentos tengan los recursos para impulsar sus programas y proyectos. Hay un gran vacío en la ley.

Eso no es todo, con el ejercicio del voto programático se adquiere también la potestad de revocar el mandato. Por tanto no existe ningún mecanismo jurídico que permita revocarle el mandato al Presidente o Presidenta.

Sin embargo, es importante recordar que la soberanía reside en la ciudadanía y que los candidatos electos sólo ejercen la democracia representativa de ese poder que tiene el pueblo, por esto son importantes y necesarias las manifestaciones públicas cuando exista inconformidad con los gobernantes,  dado que la protesta social tiene el poder de recuperar el espacio para los pobladores, para el debate, para la democracia; sirve para evidenciar individuos empoderados como actores sociales capaces de constituirse como sujetos políticos.

Por: Carolina Orrego y Leslie Paz