El aumento de mordeduras de serpientes venenosas en Antioquia ha generado preocupación entre las autoridades de salud y medioambientales del departamento. Según los datos del Instituto Nacional de Salud (INS), en 2023 se registraron 744 casos, lo que representa un incremento del 36% en comparación con 2009. Este año ya se han presentado 433 incidentes, lo que refleja una tendencia alarmante, especialmente en las zonas rurales.
Las serpientes, tanto venenosas como no venenosas, cumplen un papel fundamental en los ecosistemas. Víboras y corales, por ejemplo, poseen glándulas con veneno de alta toxicidad que usan tanto para inmovilizar a sus presas como para defenderse. Aunque algunas culebras tienen veneno de baja toxicidad, su función es la misma: controlar poblaciones de animales que podrían convertirse en plagas. Además, las serpientes son parte de la dieta de aves rapaces, mamíferos carnívoros e incluso otras serpientes no venenosas, que ayudan a controlar a las especies más peligrosas. Su veneno, además, ha sido clave en el desarrollo de tratamientos médicos.
En Antioquia, las serpientes Mapaná o Talla Equis son responsables del 70% de los accidentes registrados en 2023. El cambio climático y la expansión humana en áreas rurales han facilitado la dispersión de estos reptiles, que buscan refugio en territorios más altos debido a la subida de temperaturas y la intensificación de lluvias. La presión agrícola y urbana también ha provocado que cada vez haya más encuentros entre humanos y serpientes en zonas que antes eran bosques o ecosistemas.
Aunque la mayoría de las serpientes en Colombia no poseen veneno letal para los humanos, su mordedura sigue siendo un riesgo. Por eso, en caso de accidente ofídico, lo más importante es acudir a un centro médico para recibir el antiveneno, el único tratamiento efectivo aprobado. La Universidad de Antioquia está trabajando en un proyecto para mejorar el acceso a antivenenos, con el fin de reducir la mortalidad asociada a estos accidentes.
Las serpientes no consideran al ser humano una presa, por lo que sus ataques son defensivos. En primera instancia, intentarán camuflarse para evitar el conflicto. Si se sienten amenazadas, reaccionarán para protegerse. Mantener la calma y evitar movimientos bruscos son las recomendaciones más importantes para evitar complicaciones ante una mordedura.