¿provincia es igual a provincian@?

0
39

Por: María Consuelo Montoya Giraldo

Aparece esta homologación ligera de términos cuando se desconoce por falta de información y comprensión lo que ha significado la evolución del Estado Colombiano, así como de la construcción de ciudadanía, ó en aquellos que de manera deliberada buscan reducir, maltratar, menoscabar de un lado el significado y trascendencia política de la Provincia y de otra la reducción cultural de nuestra geografía de montañas y la estructura social del campesinado Colombiano al ostracismo, la ignorancia y el atraso.

Una respuesta afirmativa en esta relación debe conllevar al reconocimiento de la geografía cargada de montañas de una parte importante del país y de la cual Antioquia posee un área bastante importante.

También es afirmativa si se refiere a montañero (a), por ser hombre o mujer procedente de zona de montaña, el ciudadano (a), que culturalmente pertenece y se identifica con el constante subir y bajar por calles, carreteras o senderos empinadas, acostumbrados a ver salir el sol por la cima de las montañas y despedirlo por las montañas del frente. Montañeros que cuando bajan al río, se conectan con el agua y sus alrededores, miran las cimas de sus montañas como el reto de superar esfuerzos, y cuando llegan a la cima se conectan con el aire y la inmensidad de sus paisajes, con la libertad y el vuelo, con la ampliación de la visión y la proyección de los ideales.

Ambos fenómenos de gran esencia y vitalidad en cuanto a identidad se refiere, a vínculo con la naturaleza, pero también a construcción de territorio y de visiones conjuntas que permitan la materialización de un Estado Democrático que atiende las aspiraciones colectivas del pueblo, reconoce la autonomía de los entes territoriales de base, la descentralización de competencias y recursos y la participación ciudadana.

La respuesta es negativa si lo que se pretende es seguir significando en aquello de “provinciano”, el atraso, la ignorancia, lo retrógrado, disminuyendo y mas aún poniendo una carga de minusvalía al campesino, por aquello de simple Campeche, y sobreponiendo y exhaltando al ciudadano, como aquel que vive en la ciudad, cargado de la falsa imagen que estos tienen acceso a todos los derechos, por tanto a todos los servicios y a todos los “lujos”, particularmente de los que provee una economía desnaturalizada, mezclada entre lo legal y lo ilegal (narcotizada) y de un desarrollismo a ultranza.

La respuesta es negativa, si lo que se pretende con el término provinciano, es desconocer esa esencia cultural montañera, que ha valorado el esfuerzo, el trabajo y las construcciones y transformaciones colectivas de la minga, la romería, el trabajo en compañía, la asociatividad y la solidaridad. Si lo que se pretende es cortar de un tajo con cualquier rastro de protección tanto de nuestras identidades culturales, como de nuestros recursos naturales.

También es negativa la respuesta si la connotación de desinformado, despistado, ignorante nos aleja de la posibilidad de ejercer una ciudadanía con derechos, si lo que se quiere y necesita es una masa amorfa sin criterios para la discusión de los asuntos sociales, colectivos y si lo que se pretende es seguir alimentando las maquinarias electorales vacías de reflexión.

Pero es bien válido llamar Provinciano al que pertenece a una Provincia que está llena y con potencia de lo que la Constitución Política de Colombia la denominó: Entidad Territorial con autonomía.

Si el propósito es acrecentar la democracia, si es la de acercar el gobierno al pueblo, si es la de materializar decisiones políticas con sustento territorial, enraizadas y contextualizadas en los aconteceres en Provincia, que no son los de la centralidad capitalina, ni de Bogotá, ni de Medellín, por lo menos no de la permanente manera de concentrarlo todo.
Si el propósito es la de un Estado Democrático que se funda en la asociatividad de sus entes territoriales, y se proyecta a la sociedad que los constituye.

Si los Municipios como entes territoriales se vuelven sólidos en su carácter de células básicas del Estado Colombiano, si los roles en la distribución de funciones y competencias es equilibrada y sobre todo si en las reglas de la toma de decisiones existe pluralidad, igualdad, libertad y justicia.

Si sus formas organizativas sociales, comunales y comunitarias estrechan y fortalecen sus relaciones, se constituyen así mismas en fuentes democráticas locales que le aportan a un tejido social fuerte y a una autonomía territorial.
Si por fín entendemos, que en 1991 la Asamblea Nacional Constituyente reconoció la ruralidad del país, reconoció a sus regiones y microrregiones, la diversidad de pueblos, culturas, profesiones de fé, condiciones sexuales y de género, la civilidad y la biodiversidad de su naturaleza…

Si por fin reconocemos, que estamos ante una nueva estructura política, con amplitud y diversidad de formas en el Estado Colombiano en las que las Regiones, las Provincias y las Entidades Territoriales Indígenas hacen parte constitutiva.

Si nos diéramos esta autorización…

Nos sentiríamos orgullosos de ser Provincianas y Provincianos, de hacer parte de la construcción de un Estado democrático, un país diverso y biodiverso, con participación y autonomía de sus entes territoriales, de un territorio equilibrado en sus funciones urbanas y rurales y de una sociedad en la que es posible el disenso y también la construcción pausada de consensos o acuerdos políticos de beneficio colectivo.

¡ME DECLARO PROVINCIANA!

Loading

Comentarios