Exposición en el municipio de Concepción y un tufillo decensura…
Por Mario Augusto Arroyave
El catálogo de la exposición -que no se publicó-, comienza con una contundente frase de Sábato: “El artista es el loco que gracias a su demencia, a su capacidad de adaptación, a su rebeldía, ha conservado los atributos más preciosos del ser humano”. En él se presentaba y se consignaba para la memoria, la presencia de tres jóvenes artistas en el maravillosa morada donde nació nuestro héroe de la independencia José María Córdova. La muestra compuesta por dibujos, grabados y fotografías corresponde a la obra de Ricardo Gallo, Jhonatam Castro y Danilo Londoño y está abierta al público hasta el mes de agosto.
El evento artístico cuya apertura coincidió con la celebración de las tradicionales Fiestas de la Guayaba plantea un acercamiento al mundo del misterio y el mito, un recorrido protagonizado por la imagen de personajes en una dualidad mágica hombre – naturaleza, a través de una experiencia estética en la que se examinan lenguajes diversos, técnicas tradicionales con tratamientos novedosos, el despliegue de una descollante habilidad para el dibujo y la representación de formas que invitan a merodear por mundos de amplia interpretación.
Los artistas han querido compartir con la comunidad de este bello municipio una obra que recrea la mirada en escenarios y en narrativas fantásticas, en personajes que deambulan por un universo plural y franco donde “se trata de un ser que se encuentra a sí mismo arrojado en la existencia, enun mundo ya en marcha, que impone determinadas formas de conferir sentido, que es social y que está constituido en la historia” (Heidegger), pero donde también se plantea una refl exión con una pertinencia en la experiencia local: El Fauno, el gran dios del campo y los pastores que a menudo
era también un espíritu de los bosques responsable de hacer fértil el ganado y los campos. Esto junto al trazo sátiro, sugestivo y virtuoso presente en cada pieza impecablemente presentadas.
La verdad incómoda
Por allá en 1939, la obra de la artista Débora Arango era boicoteada por las Damas de la Liga de la Decencia en Bogotá. Después, su exposición en el Teatro Colón fue cerrada por orden de Laureano Gómez, a quien le parecían inmorales sus desnudos. Como si fuera poco, su exposición en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid en 1955 fue clausurada por el gobierno del General Francisco Franco. De forma similar, a Carlos Correa le hicieron retirar su obra y el premio obtenido en el Salón Nacional por órdenes de la curia. Las obras de arte incomodan a ciertas personas que encuentran en ellas acento vulgar.
Esta exposición al parecer ha sido incómoda para algunas personas que han considerado que las imágenes podrían atentar contra las sanas costumbres de los Concepcioninos. A pesar del loable interés de las personas que gestionaron y propiciaron la muestra en la Casa de la Cultura, aparecieron voces de reproche que generaron un ambiente hostil. Personas que temen quizá que las mentes y los corazones puedan corromperse si ven algo diferente a una estampa religiosa, que son secuaces de la sumisión, padrinos del oscurantismo.
La Constitución de nuestro país, en uno de sus más grandes actos de sensatez, reconoció la diversidad y la pluriculturalidad, la libertad de cultos y por ende la separación y autonomía de las decisiones del estado, por lo que resulta altamente inconveniente para un pueblo la permanente injerencia del organismo religioso en temas de ciudadanía, cultura y política. El arte es un instrumento de pensamiento crítico que además permite vislumbrar nuevos mundos lejos de las ataduras de la representación e interpretación unívoca de las imágenes y las cosas. Ni una institución, entidad museal, ni
un municipio son repúblicas independientes y debe entenderse fundamentalmente laesencia del principio constitucional