Javier Cadavid cargaba con el temor de que la hora de la muerte lo agarrara en la cárcel La Paz de Itagüí. Por eso luchó 12 años gritando su inocencia, y al fin fue escuchado.
La JEP ordenó este jueves la libertad de este hombre de 64 años nacido en el Suroeste antioqueño, con lo cual se revocará la condena a 23 años que le impuso la justicia en 2009 por los delitos de extorsión agravada y enriquecimiento ilícito, en medio de señalamientos que lo vincularon al frente 47 de las Farc.
Todo comenzó con un próspero negocio de abarrotes que Cadavid montó en el municipio de Nariño, corregimiento de Puerto Venus. Allí alcanzó tal grado de confianza que la cuenta bancaria que manejaba para su negocio empezó a ser usada por pobladores, comerciantes, profesores y hasta miembros de la fuerza pública. Todo el mundo. Pues las personas le pedían el favor de recibir la consignación del dinero que les enviaba para no tener que ir hasta otras zonas más lejanas a retirarlo y darle papaya a la guerrilla que en esa época imponía su ley en calles y trochas.
Sin embargo, al ser público dicho número de cuenta, la guerrilla empezó a exigir a quienes extorsionaba, particularmente habitantes de Pácora y Agudas, Caldas, consignar dinero en esa cuenta..
Esa fue su desgracia. Y durante todos estos años no valieron las confesiones sobre su inocencia que habían dado varios exguerrilleros, entre ellos alias Karina, la temida excomandante de los frentes 47 y 9 de las Farc, quien señaló que Cadavid no tenía relación alguna con el grupo guerrillero. Incluso durante una audiencia ante víctimas hace tres meses, a la que tuvo acceso EL COLOMBIANO, la exguerrillera lamentó que a pesar de aportar testimonios este hombre siguiera privado de su libertad.
“Yo he ido a los estrados judiciales a decir que hay un inocente en la cárcel, que la guerrilla lo utilizó, que él nunca colaboró”, confesó la exguerrillera, entre lágrimas, a Mariela Toro y Juan Felipe Cadavid, esposa e hijo de Javier. A ellos, en dicha audiencia, les pidió perdón.
Agotando su última carta, el proceso de Cadavid había llegado en agosto de 2021 a revisión a la JEP, que este jueves finalmente le puso fin a la pesadilla que vivieron Javier y toda su familia.
Ahora podrá hacer realidad ese otro pensamiento que se intercalaba entre sus angustiosos días con el temor a morir en prisión: disfrutar del viaje por carretera de una hora, entre el lugar donde estuvo preso hasta su casa, en Rionegro, al lado de su esposa Mariela.
