Una pieza para la eternidad: Una Virgen de Nazareth hecha en el Carmen peregrinara hasta tierra santa

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En el corazón de El Carmen de Viboral, un pequeño taller artesanal ha logrado lo que podría parecer imposible: llevar el arte de este rincón del Oriente Antioqueño hasta el epicentro de la fe cristiana. Santiago Ocampo, escultor y artista local, es el alma creativa detrás de esta hazaña. Su voz, llena de entusiasmo, resuena en las paredes de su taller, donde el aroma a madera trabajada se mezcla con el eco de los golpes de cincel.

“Nuestro taller está de fiesta”, declara con orgullo, recordando cómo hace unos años despedían al Santo Cristo del Silencio, una obra nacida de sus manos que hoy descansa en la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén. Pero esta vez, el motivo de celebración tiene un carácter incluso más trascendental: una escultura de la Virgen de Nazareth, encargada por los frailes franciscanos, custodios de Tierra Santa, y comisarios de México y Centroamérica.

La Virgen de Nazareth no es solo una obra de arte; es una embajadora de fe y esperanza. “Esta pieza peregrinará por todo el mundo antes de llegar a la Casa de la Sagrada Familia, en la Basílica de Nazareth”, explica Ocampo, invitando a la comunidad a conocer la obra antes de su partida. Asegurando que esta es una de las creaciones más importantes en la historia de su taller, que ya cuenta con más de 20 años de experiencia contando maravillosas historias de culto a través de sus piezas.

El taller de Santiago es un espacio donde la tradición y la innovación conviven en perfecta armonía. Aquí, el arte sacro cobra vida con una atención minuciosa al detalle. Cada curva, cada gesto de la Virgen de Nazareth, refleja el profundo respeto del artista por la historia y la espiritualidad.

El Carmen de Viboral, conocido por su tradición cerámica, ahora se enorgullece de ser también un referente del arte sacro, pues las obras de Santiago Ocampo han encontrado hogar en diversas ciudades de Colombia y en diversos templos alrededor del mundo.
La Virgen de Nazareth partirá a Tierra Santa este mes, pero no sin antes dejar una marca indeleble en quienes han tenido el privilegio de contemplarla.

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